Fue en 1872 cuando el Gobierno federal de los Estados Unidos, presidido por Ulysses S. Grant, formalizó la creación del Parque Nacional de Yellowstone, ubicado en el extremo noroeste de Wyoming, traspasando las fronteras de Idaho y Montana. Más de 3 millones de visitantes al año confirman el atractivo sin igual de esta maravilla de la naturaleza, que aloja en su seno cientos de kilómetros de hermosos senderos, 9 mil kilómetros cuadrados de lagos cristalinos, imponentes y estruendosas cataratas, cañones y pastizales; termas y géiseres, junto a una impresionante diversidad de flora y fauna.
Su influencia ha sido grande y en él se han inspirado películas y caricaturas de sonoro éxito. Es celosamente custodiado y genera millones de dólares anualmente; pero su gran valor radica en su condición de santuario de biodiversidad en los Estados Unidos. Fue el primero en su especie y su manejo es un ejemplo a seguir por los parques nacionales del mundo.
Nuestro país posee varios parques nacionales, con características muy particulares. Teóricamente, tienen el denominador común de ser garantes de vida y aliados al bienestar del medio ambiente, aunque en la práctica el sistema les ha fallado. Se han declarado parques nacionales, sin la debida planeación ni seguimiento; muchas veces ignorando el factor humano: gente que nació, se crió y vive con su familia en la zona. En días recientes, vuelve a colocarse en la palestra uno de estos: Valle Nuevo, el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier.
El parque
Situado en una meseta sobre los 2,200 metros de elevación, los 910 kilómetros cuadrados de Valle Nuevo se encuentran ubicados mayormente en la provincia La Vega, mientras que parte de su territorio está dentro de las provincias de Azua, San José de Ocoa y Monseñor Nouel.
Alberga en sus paradisíacos y fríos paisajes 531 especies de plantas identificadas, de las cuales 138 son endémicas de la isla; es decir que Valle Nuevo es la única garantía de su supervivencia como especies. Según expertos, unas 150 de estas se encuentran en peligro de extinción.
Posee una gran diversidad de aves, mariposas, reptiles y anfibios, incluyendo varias especies de ranas Eleutherodactylus, las cuales son muy escasas en el mundo. También es un importante refugio de vida y reproducción de nuestra ave nacional, la cigua palmera, junto a una gran variedad de conejos, gatos y otros animales en su estado silvestre.
Fruto de sus exploraciones, el primer cronista de Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, nombrado en 1532, describe la existencia de lagos poco profundos en esta impresionante zona.
La parte ocoeña
Según el Ministerio de Medio Ambiente, 45 mil tareas correspondientes a la parte sur del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, ubicadas en San José de Ocoa, se encuentran sembradas de productos agrícolas. Pertenecen a la Sección de La Horma; sobre todo los parajes La Nuez y Las Espinas. Alegan que estos sembradíos afectan negativamente la producción de agua.
Madre de las Aguas
En esta zona nace una gran cantidad de caudalosos ríos y arroyos de la República Dominicana, entre estos: Yuna, Ocoa, Nizao, Constanza, Blanco y Tireo, cada uno con extensas áreas de influencia para la vida de su región. Es la mayor reserva de agua que posee nuestro país, considerándose que la mayoría de los productos agrícolas de nuestro territorio son irrigados con aguas provenientes de esta área.
El pujante deterioro medioambiental ha contribuido a crear una conciencia cada vez más activa sobre la conservación y el correcto uso de los recursos naturales. Para ambientalistas y especialistas, el uso de Valle Nuevo para fines agrícolas afecta sensiblemente su capa boscosa y el proceso de ascensión del agua subterránea para nutrir los ríos.
El 14 de junio de este año, el presidente Luis Abinader presentó al país el Compromiso Nacional por el Agua, previo a la creación del Pacto Nacional por el Agua 2021-2036. Se trata de un ambicioso proyecto que requerirá una inversión extraordinaria, junto al compromiso multisectorial, con el objetivo enunciado de: “Garantizar un suministro universal, seguro y sostenido del líquido a nivel nacional”. En este proceso las aguas de Valle Nuevo juegan un papel primordial e insoslayable.
El dilema
El 29 de septiembre del año 2016 el Ministerio de Medio Ambiente, mediante la resolución 14-2016, ordenó el cese de las actividades agropecuarias en Valle Nuevo, iniciando posteriormente acciones de desmonte de cultivos en grandes terrenos del municipio Constanza, provincia La Vega. También fueron ejecutados operativos de desmonte de tuberías que secuestraban las aguas de la zona, reportándose posteriormente una mejoría en el caudal de las fuentes acuíferas. A pesar de los grandes avances, el denominado proceso de recuperación de Valle Nuevo no se completó, quedando pendientes acciones similares en zonas correspondientes a La Horma, San José de Ocoa, las cuales dieron inicio pero fueron suspendidas.
Recientemente las nuevas autoridades medioambientales emitieron otra resolución, la 16-2021, otorgando un plazo de 100 días a los agricultores de la zona para su desalojo definitivo y prohibieron nuevas actividades agrícolas o ganaderas. Mientras los productores dicen que el desalojo afectará a cerca de 400 familias, el Ministerio de Medio Ambiente calcula que son menos. Pero independientemente de cualquier discrepancia cuantitativa en el dato, el problema es complejo y requiere manos de seda para buscar una solución razonable. Por un lado está la recuperación definitiva de la Madre de las Aguas. Por el otro, el drama de los agricultores que tienen una vida entera produciendo en la zona y cuyo sustento familiar depende exclusivamente de aquellos cultivos. Se trata de un dilema entre el interés nacional y la vida misma de muchos hijos de nuestra tierra. El gran reto es encontrar un punto de equilibrio.
Los productores de La Horma
Los argumentos de los productores son varios, pero todos giran en torno a sus propiedades, sus inversiones y su futuro. Campesinos que alegan tener toda una vida en la zona; agricultores con millonarias inversiones y cuantiosas deudas, al igual que una producción agrícola relevante a nivel nacional. La Horma es importante productora de fresas, papas, cebollas y zanahorias, así como ajís, repollos y otros rubros agrícolas. Además, existen ambiciosos proyectos de producción de aguacates.
Estos factores convergen y sirven de aliciente a una resistencia, que ya empieza a manifestarse a través de distintos medios. Los productores de La Horma han convocado reuniones y ruedas de prensa, auspician perifoneos en las calles de Ocoa y utilizan los medios de comunicación para expresar su preocupante situación, esperanzados en que el desalojo sea desestimado y en su lugar se utilice un plan alternativo, que favorezca la recuperación de la zona sin afectar sus cultivos y propiedades. Las principales autoridades de la provincia claman al unísono por una solución que no afecte a los agricultores.
Mientras esto sucede, autoridades nacionales y medioambientalistas coinciden en que Valle Nuevo no puede esperar más y que el mal debe ser extirpado de raíz, a sabiendas de estar ante una muestra histórica de debilidad o de complicidad estatal, de la cual no tienen culpa los agricultores, pues nadie les impidió desarrollarse en ese territorio. Aunque se han iniciado reuniones, no se prevé un final complaciente, sobre todo al leer las declaraciones del ministro Jorge Mera, destacando la intención de: “Iniciar la reparación de uno de los mayores desastres ecológicos que se han producido en el país”. A pesar de esto, la apertura al diálogo del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales deja una esperanza a una solución que garantice justas retribuciones, sobre todo a los pequeños productores que solo tienen sus cultivos como sustento. Al mismo tiempo se espera que no se permita que vayan a la quiebra los grandes productores que cultivan en el área.
La carretera y los precios
Paradójicamente, los agricultores de La Horma elevan su protesta cada año, desde hace décadas, por el mal estado de la carretera que les comunica con la zona urbana. Resaltan su alto grado de peligro. Este año se agregan los bajos precios de compra de varios de los rubros que cosechan, los cuales amenazan con causarles grandes pérdidas. Antes de la nueva resolución del Ministerio de Medio Ambiente, ya habían botado en vertederos parte de sus cultivos, ante las cámaras de televisión, como forma de protestar por la previsión de cuantiosas pérdidas. Posteriormente el Gobierno accedió a comprar parte de su producción de cebollas.
Lucha por la vida
En la Madre de las Aguas se libran importantes luchas por la vida: la que libran los defensores del medio ambiente y la lucha por la vida de los campesinos, hijos legítimos de su tierra.
SEPA MÁS
El parque fue bautizado como Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier en honor a un prestigioso abogado santiaguero, arduo defensor del medio ambiente y de la independencia del Poder Judicial.
Dentro del área de Valle Nuevo, en los límites de San José de Ocoa y Constanza se encuentra una pirámide ciclópea cuatriseccionada, inaugurada el día 1 de enero de 1959, con motivo del primer centenario del municipio San José de Ocoa. El presidente Trujillo no asistió, pues tuvo que recibir al derrocado y fugitivo presidente cubano, Fulgencio Batista.
La zona posee un vasto potencial para el desarrollo de actividades ecoturísticas, pero requiere un plan bien articulado.
El punto más alto de Valle Nuevo es Alto de la Bandera, con 2,842 metros de elevación.
La temperatura puede alcanzar niveles de congelamiento. Pernoctar en la zona es un reto para el alma aventurera.
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