A propósito de la conmemoración del vil asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, es bueno reflexionar y recordar a las nuevas generaciones y a esos que por conveniencia quieren olvidar nuestra historia el porqué Ramfis Trujillo no debe ser opción.
Luis José Ramfis Rafael Domínguez Trujillo, nombre de pila del nieto del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina es hijo de Angelita Trujillo y Luis José Domínguez, un coronel retirado de la Fuerza Aérea Dominicana, quien fue una figura poderosa del trujillato.
La historia patria quedó marcada con sangre durante los gobiernos del dictador, la democracia quedó secuestrada y la libertad solo existía para quienes servían a los propósitos del sátrapa mientras que el pueblo dominicano era oprimido, maltratado, torturado y asesinado si se atrevía a oponerse o mostrar signos de resistencia.
Ahora, quizás sea cierto que el libertinaje y la descomposición social han llevado a nuestra sociedad por rumbos que deben ser reencaminados pero la opción jamás debe ser un Trujillo; la opresión es la respuesta que buscamos ni la tortura el método que necesitamos para encaminar nuestra sociedad por nuevos rumbos.
Aunque la Junta Central Electoral (JCE) le negó sus aspiraciones a la presidencia del país, bajo el alegato de que no documentó su renuncia a la nacionalidad norteamericana, adquirida por nacimiento, con diez años de anticipación, ni que reside en el país durante los diez años previos a su postulación al cargo al que aspira, el pueblo dominicano debe negarle aún la oportunidad de expresar el más mínimo ápice de interés de gobernar nuestra nación por el oscuro pasado en que su familia sumió a nuestro país y el cual el conoce sin lugar a dudas; no es solo la JCE la que debe negarle a usted sus aspiraciones, es el pueblo mismo quien debe rotundamente oponerse tanto a usted como a los que le secundan aun conociendo la historia de su familia y nuestra patria.
No ha pasado tanto tiempo para que olvidemos al tirano, aunque la carne haya sido raída de los huesos de quienes murieron a causa de sus caprichos, su sangre aún sigue húmeda en las aceras, en los campos, en los pueblos todos y en la memoria de quienes nunca podremos ni nos permitiremos olvidar a: Virgilio Martínez y Altagracia Almánzar, a Desiderio, Mauricio o Galindez, a Guancho, Ramón Marrero o las hermanas Mirabal; demasiada fue la sangre derramada en los funestos 31 años de tiranía y demasiado alto el precio pagado por Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, teniente Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño para que nuestro pueblo al fin fuese libre de ese cuyo nombre solo debería ser nombrado para recordar el mal.
En este día conmemorativo el pueblo dominicano le dice a usted señor, “Usted no Ramfis, Usted es un Trujillo”.
Ricardo Sánchez @rickyg045
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