Todos quieren (queremos) que no se tomen préstamos y se paguen los que desde Lilis se han tomado, pero nadie quiere pagar el precio.
Todos quieren (queremos) carreteras reparadas, continuación de obras detenidas, aumento de sueldos y una mayor inversión en educación, salud, vivienda y modernización del Estado; nadie quiere pagar el precio.
Todo reclamo y exigencia sobre la base vista anteriormente son acciones hipócritamente correctas.
Congresistas del Partido Revolucionario Moderno no tienen moral para exigir al presidente conclusión de obras o inicios de otras de carácter prioritario.
La oposición NO moral ni conducta en su ejercicio del poder político tiene para exigir la limitación en la toma de préstamos, partiendo de la oportunidad que se tuvo de enderezar las finanzas públicas, organizando el cobro de los impuestos ya existentes y creación de otros que sin forzar al productor de bienes y servicios que generen los recursos económicos que optimicen el Estado en la necesaria capacidad de brindar a la nación los servicios base que inician con Educación, Alimentación, Salud y Vivienda.
Pero diputados y senadores le salieron huyendo a la negaron a la historia y realidad que requería la Republica Dominicana, prefiriendo actuar en conveniencia de los proyectos presidenciales a los que están alineados que asumir con responsabilidad la construcción de una Reforma Fiscal efectiva y posible en medio de la necesidad propia de un país en pleno desarrollo; le salieron huyendo al dialogo poder legislativo – poder ejecutivo que nos diera una Reforma Fiscal mejorada y protectora del productor y del consumidor dominicano.
Los emplazamientos que recibió el presidente en las vistas públicas son responsabilidad directa de los congresistas que no fueron capaces de hacer las observaciones a una Reforma Fiscal inapropiada y lejos de las posibilidades de la producción del PIB y no crearon las condiciones para aprobar una Reforma Fiscal que ahora sin ella limitan la capacidad de inversión y de gasto de la población; los atropellos a la figura presidencial pertenecen al Si borrego de los/as congresistas. Senadores y diputados, diputadas, senadoras dejaron solo al presidente con un Si a todo cuyo interés fue quemarlo a toda costa; ninguno estuvo dispuestos a usar el tiempo como mejores aliados del presidente, del gobierno y de ellos como congresistas, sin embargo, prefirieron el camino lento y fácil de centralizar todo en una figura, huyendo a la responsabilidad conjunta de gobernar.
“Señor presidente, le hemos acompañado en la construcción de una mejor nación y una democracia sólida lo cual nos lleva a solicitar que el equipo económico de este económico liderado por la Comisión de Hacienda se siente con su equipo económico y una comisión económica independiente con la oposición representada discuta una Reforma Fiscal adecuada no solo a los tiempos si no a las posibilidades naturales de la producción nacional en bienes y servicios que conforman el producto interno bruto y que a su vez garanticen la estabilidad económica a largo plazo. Tomemos de 3 a 6 meses presidente para discutir y hacer un acuerdo fiscal posible.
Estamos seguro que usted nos hará el privilegio de juntos trabajar en los objetivos planteados”.
Un solo senador, senadora o diputado, diputada fue capaz de conectar con el presidente y generar el debate que requería el gobierno para generar una reforma consensuada que elevara a todos y todas; pero provocaron una soledad innecesaria a un presidente iniciando gestión, especial los que están pidiendo continuación y terminación de obras quienes no han asumido posición en la realidad de que no era posible aprobar lo propuesto, pero que si es necesario aprobar una reforma consensuada y protectora de todos y todas.
La ausencia de una reforma fiscal nos tiene (tiene al Estado) en reconstrucción de un presupuesto efectivo; pero la incapacidad del Congreso es la que nos negó una reforma fiscal consensuada y efectiva, respetuosa de la micro economía, pero sujeta a las necesidades propias del país.
Los representantes del poder legislativo dejaron solo al presidente y el Partido de gobierno trazo un camino peligroso que nos expuso a un Estado limitado de derecho al decirle que, si a todo lo que propuso el presidente, negándole al mismo tiempo la posibilidad de tener compañía directa en decisiones neurálgicas a largo plazo.
Solo se requería un solo diputado o senador (hombre o mujer) del Partido de gobierno que elevara su voz en el congreso para abrir la oportunidad de crear la estructura económica que permita a corto plazo limitar los préstamos y ejecutar de forma efectiva las obras pendientes.
¿Qué nos viene ahora?
Acortar el gasto público, menos posibilidad de aumentos salariales, corte de la inversión social, mayor necesidad de tomar prestamos internos y externos.
El presidente Luis Abinader no recibió si como lealtad, recibió si de quémese solo.
Inteligentemente hizo lo que tenía que hacer, reconociendo que la reforma propuesta es un fiasco, sin embargo, sabe que se hace necesario presentar un proyecto viable y posible.
Ojalá y no lo dejen para dentro de 4 años, porque el PIB no aguanta mas carga.
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