Cual Raffles, un buen mal samaritano que encantó a todos
Por Nóbel Mejía.-San José de Ocoa
Es penoso decirlo pero el Licdo. Wilfredo Tejeda tiene razón y es que “todavía viene Pedro y Jaya”. Aunque en círculos comunicacionales se manejaba una “sospecha” acerca del señor Julio Antonio Sánchez Soto y su Oficina Ecológica, Cultural y Deportiva (OCCD-OCOA), lo cierto es que la colectividad fue sorprendida en su buena fe.
Alias Valerón y/o el jefe resultó ser integrante o tener algún vínculo con la banda de John Percival Matos y compartes, al menos es lo que se presume o lo que dice la evidencia ineludible sobre el terreno.
Es lógico que nos quedemos petrificados o con la boca abierta ante hechos de tal magnitud, sobre todo porque cada día el sistema nos mantiene en una encerrona que nos hace dudar hasta de nuestra propia sombra o existencia. Cuando recién le tomamos aprecio o confianza a alguien o algo viene el “tablazo”. Y es que no se equivoca la poderosa y eterna Palabra de Dios cuando dice en 1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
En cierto modo no debemos sentirnos mal, más bien tomemos esto como experiencia. Es un truco muy antiguo: muchos delincuentes han pretendido perderse de la vista acusadora haciendo el bien, incursionando en el activismo social y/o político y estableciendo espacios para blanquear capitales. Luis Candelas en España, Pablo Escobar Gaviria en Colombia y Quirino Ernesto Paulino Castillo en República Dominicana son ejemplos de ello. Hablarse del legendario Candelas en España es sinónimo de un héroe y de Paulino Castillo es de un dios en la línea fronteriza dominicana.
Los delincuentes operan esa forma a los fines de lograr el contubernio social con o sin conocimiento de causa; escalar a plataformas sociales y políticas que le permitan evadir la justicia y vestir trajes de inmunidad hasta donde sea posible, entre otras razones. Créame si le digo que son maestros en eso y no somos los primeros en ser engañados. De hecho, es muy probable que muchos de ellos estén operando tan campantes como Johnnie Walker y gozen de nuestra estima. En lamentables casos hasta sabiéndose.
Las instituciones estatales deben pelar el ojo para saber exactamente de donde proceden las cosas que supuestos buenos samaritanos ofrecen. De hecho, en los países donde funciona la institucionalidad los acuerdos locales son autorizados o vigilados por los organismos centrales o regentes del sector en cuestión. No se recibe una menta si esta no es depurada por los agentes competentes. Aprendamos de los bancos fuera de los paraísos fiscales, a estas instituciones no entra un solo peso sin ser investigado.
En este caso hubo una falla de parte de nosotros como medios de prensa, sobre todo porque teniendo sospechas no fuimos capaces de articular una investigación periodística, dejando las cosas en términos de “espinitas” y conjeturas que no son propias de la comunicación técnico profesional. Parece ser que el más atinado, diligente o responsable fue el periodista Manuel Báez, quien hizo una advertencia indirecta meses atrás; yo estaba preparando un artículo donde preguntaba cosas acerca del modus operandi de esa institución y, como parte de ello, pretendía solicitar entrevista a Sánchez Soto. Aunque debo ser sincero, lo más que llegué a creer era que ese señor estaba montando una plataforma política propia.
Ahora solo resta que aguardemos y/o demandemos que se investigue esa fundación y la procedencia de cada peso que esa persona regaló. Es muy probable que se trate de recursos fruto de actos delictivos. Además, la posibilidad del uso de testaferros, el blanqueo de capital a través de inversiones recientes y posibles cómplices locales.
A mis amigos y colegas que se codearon con ese señor, tengan cuidado porque el corazón no se puede abrir a todo el mundo por el sentido de la oportunidad. Los comunicadores debemos desarrollar “olfato”. Hay mucha gente mala que no vacila para meter a los buenos en tremendos líos. “Si algo suena demasiado bueno como para ser verdad no lo crea”.
Pelemos el ojo porque por ahí anda un extranjero del cual se dicen muchas cosas…al hijo de la revolución que no detenga la investigación, siempre tomando los cuidados pertinentes.
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