Felipe Ciprián
Hace diez días la señora Claudia Franchesca de los Santos, directora del Intrant, quien ahora es la máxima autoridad del tránsito y el transporte terrestre del país, publicó un aviso publicitario muy elocuente: decía, en esencia, que los vehículos pesados no podrían transitar por las vías públicas desde el mediodía del 23 de diciembre de 2017 hasta el lunes 25 a las 12:00 de la noche del 2017.
Pero el aviso tiene una gran novedad. La funcionaria advierte que los camiones que forman parte de las flotillas de abastecimiento de combustibles y alimentos y que tengan que seguir transitando durante el feriado, deben proveerse de una autorización expedida por el Intrant y al transitar –los camiones- «siempre deben hacerlo por el carril derecho».
¡Ah! ¡Los camiones deben transitar por el carril derecho de avenidas y autopistas! ¡En Navidad y Año Nuevo! cuando la ley los obliga a hacerlo todo el tiempo.
Lo que está haciendo la autoridad de tránsito es confesar que los vehículos pesados –cotidianamente- invaden los carriles del lado izquierdo y compiten entre ellos atascando el tránsito en autopistas y carreteras, pero en diciembre y enero –por favor- se les pide que solo ocupen el carril de la derecha.
Durante el año entero la autoridad no los sanciona por esa fragrante violación del tránsito que provoca muchas muertes, pero para diciembre y enero se les pide que sean generosos y no violen la ley.
Si los sancionan, que publiquen la cantidad de multas y las comparen con las aplicadas a vehículos particulares o a motociclistas y verán que son una insignificancia, pese a las muertes masivas que provocan cada año.
Mientras los vehículos pesados manejan en forma atolondrada durante el año, se adueñan de todos los carriles y compiten en las vías públicas, el Intrant se prepara para meter en cintura a motociclistas y automovilistas para que no violen las leyes de tránsito y si lo hacen serán multados con varios salarios mínimos.
Ese es el problema de este país: la autoridad del tránsito –apoyada por una nueva ley del Congreso- se va contra los pequeños y está dispuesta a imponerle multas impagables, mientras a los camioneros que provocan muertes en serie todo el año, les sugiere manejar en Navidad y Año Nuevo por el carril derecho.
Los camiones, de generales de la Policía, militares y empresarios de los que Blas Peralta es un líder, van en bandolera por avenidas y calles, con una parte de los conductores drogados o alcoholizados en grado sumo, pero esos no los para la Amet –nose atreve- ni los «fiscalizan».
Me gustaría que Claudia Franchesca y todos los jefes de Amet me digan a cuántos conductores de vehículos pesados han multado por conducir por los carriles de la izquierda en autopistas y carreteras durante el año 2017. ¡Se avergonzarían en grado sumo si conservar su dignidad!
Con la cuantía de esa violación de tránsito –que supongo es tan grave como manejar borracho- este país pudiera pagar la deuda externa.
Pero a los camioneros la autoridad les hace sugerencias. A la clase media, le aplica la ley.
¿Quién puede demostrar lo contrario?
No me rendiré y aquí los espero con sus datos acerca de cuántos conductores de camiones fueron sancionados por transitar por los carriles de la izquierda cuando la ley se lo prohíbe expresamente y es el motivo más frecuente de accidentes en carreteras y autopistas.
¿La ley se va aplicar selectivamente, con especial severidad a los vehículos de particulares que son los que menos accidentes provocan o en algún momento van a mirar para donde están los verdugos del tránsito?
Es cuestión de vivir o morir. De eso hablo. Aquí los espero con sus verdades.
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