La democracia dominicana no es fuerte, es cada vez más débil.
Las instituciones conservan fortaleza en la debilidad del conocimiento cívico, debilitado a su vez por un manejo reservado de las informaciones sociológicas confirmado incluso en las cantidades de horas escolares alrededor de Ciencias Sociales.
Los partidos políticos son el instrumento directo de alcanzar el poder político en países de estructura republicana, es decir representativa; nosotros somos una República.
Desde el principio de la nación en 1844, nos encontramos con conservadores y liberales.
Para la post guerra de 1963, nos encontramos con el nacimiento de los Partidos en una línea clara de desarrollo institucional y definición de las ideas que organizadas desarrollarían la forma de cómo se gobernaría partiendo de quien se alzara con el poder.
Los Azul de ideas liberales, nacionalistas eran fueron representados por Gregorio Luperón; los Rojos de ideas conservadoras, entreguistas los lideraba Buenaventura Báez, luego dadas las diatribas entre unos y otros provocadas por el irrespeto a la de mayorías se crea el partido verde.
Hoy en 2024 luego de tener partidos ideológicamente fuerte (1963-2002), solo quedan esqueletos empresarialmente electorales cada vez más personalizados y atropellantemente dirigidos hacia minorías ilegitimas, legalizadas en “leyes electorales” que promueven una ruta a la inestabilidad en cualquier momento futuro de la historia.
No tenemos forma base de identificar las ideas y metas los partidos políticos que nos lideran hoy día.
Para 1966, teníamos un Partido Reformista que por su liderazgo y formación sabíamos que esperar de el; conservadurismo, línea dura, representación de intereses de los dueños de los medios y forma de producción y el Partido Revolucionario Dominicano, nacionalista, demócrata, defensor de los derechos humanos y defensor de los derechos del trabajador y no dueño de los medios de producción.
El Profesor Juan Bosch, ante su conflicto ideológico de ver los cambios de su visión y lo que la apertura había permitido hacerse en el PRD parte y le produce a la democracia de la Republica Dominicana otra institución política llamada Partido de la Liberación Dominicana, calificable por mi como una versión PRD cerrada y disciplinada.
Con sus luces y sombras, momentos de semi dictatoriales y momentos de relativa libertad se construyó un sistema de partidos fuerte y delimitado por el respeto que al final definió la instauración democrática definitiva logradas en la crisis electoral de 1994 por las presiones legitimas ejercidas por José Francisco Peña Gómez y que instauraron una apertura demócrata sin precedentes que aun cuando costo la no llegada del líder perredeísta al gobierno, nos liberó a una discusión y opinión abiertamente democrática de temas institucionales y sin miedo a represalias de quien gobierne.
Pero …
Las ultimas elecciones partidarias se realizaron en el 2000; del 2002 en adelante todo se complicó, dado que los partidos políticos cambiaron la naturaleza impetuosa de la democracia por los aposentos y acuerdos tras bastidores, los liderazgos barriales, comunitarios por “personajes” con el poder económico que buscaban las posiciones para representar los intereses de los grupos que le promovían.
Encima se desarrolló una línea oscura de interés en que las elites políticas tomaran las voluntades generales, lo cual justifica el alto índice de abstención.
Hoy tenemos un sistema en el que gano en un partido estas elecciones y al mes estoy juramentado en el otro, en caso de los diputados elegidos por una población y representando a quienes no votaron por el.
Una ley de partidos políticos y electoral que humilla a quienes trabajan duro en sus militancias, sirven a sus vecinos, comunidades y población, mientras eleva fuerzas oscuras cuyos compromisos es con ellos y ellas mismas.
El cuerpo legislativo 2016-2020, pudo darle a la democracia y al sistema institucional político electoral dominicano una fortaleza que eclipsaría en el tiempo la solidez de los liderazgos y una representación real y legitima de la voluntad del pueblo dominicano; sin embargo, no lo hicieron y prefirieron pasar a la historia como los atrofiadores de la consolidación política del país y de suceder (el riesgo es latente) un colapso institucional del país.
¿Cuál es demócrata? ¿Cuál conservador?
¿Quién de derecha o izquierda? ¿Quién de centro izquierda o extrema derecha?
Todos son iguales para los fines, porque se ha constituido una dictadura personalizada en la que voluntad de los 5 que dirigen cada partido son los que deciden sobre las militancias; los partidos cada vez están mas lejos de los gremios y los gremios cada vez están mas cerca de los partidos.
Probables consecuencias de seguir como si nada estuviera sucediendo; ver acontecimientos de Ecuador, Venezuela, Perú, Chile e increíblemente Estados Unidos (que no ha colapsado por su fuerte componente institucional y legal) y gracias a Dios para bien (no siempre es el caso) El Salvador y México.
El presente escrito no es una queja, es una observación al liderazgo electoral; hay que ir a lo político (ideas de como gobernar, solucionar y dirigir la nación) y desaparecer el irrespeto a los liderazgos.
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