Felipe Ciprián
Al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que en diciembre próximo cumplirá 45 años, le está llegando la edad de los achaques de su salud, y este sábado se sabrá si sus dolores son de un simple resfrío o de un cáncer peligroso para su supervivencia como fuerza dominante de la política nacional.
La reunión del Comité Central peledeísta fue convocada expresamente para discutir qué modalidad de selección de candidaturas finalmente aprueba ese organismo dirigente, dentro del menú que tiene la Ley de Partidos.
Hasta que esto escribo, todo parece resuelto para que la posición del sector peledeísta que encabeza Danilo Medina, consistente en decidir que el PLD escoja sus candidaturas mediante primarias abiertas utilizando el padrón universal de ciudadanos aptos para el voto preparado por la Junta Central Electoral (JCE), se apruebe sin mayores contratiempos.
La posición de Leonel Fernández, hasta hoy -yo no se mañana porque él sabe cambiar de opinión sin dar explicación a nadie- es la de que las primarias abiertas son inconstitucionales y adoptarlas en el PLD como una de las opciones del menú, sería también violatorio de los estatutos de esa organización política.
En el campo de los argumentos jurídicos, a Leonel podrían sobrarles razones porque la Corte Suprema ya se pronunció en 2005 sobre ese mismo aspecto e imponerlas de nuevo (las primarias abiertas) parece un atentado calculado a la jurisprudencia sentada en materia constitucional. Pero ni siquiera ahí veo oportunidades porque el Tribunal Constitucional -también por jurisprudencia- debe ceñirse a examinar si la ley fue aprobada siguiendo el proceso que establece la Constitución y con la mayoría necesaria.
El problema es que no se trata de un debate jurídico, al menos dentro del PLD, sino de qué sector político dispone de mayoría en los organismos dirigentes para inclinar la balanza en uno u otro sentido.
Alejándose del poder
Leonel está en franca minoría hace mucho tiempo y con su actuación (no me atrevo a decir que sea una táctica y mucho menos parte de una estrategia) no ha logrado más nada que arrinconarse y alejarse de su anhelado propósito de volver al poder.
Hace un año dije claramente que la única posibilidad de Leonel volver al poder era haciendo una ruptura a tiempo con el danilismo, convertirse en oposición y articular un frente anti-reeleccionista vigoroso, que hiciera concesiones políticas y programáticas al resto de los opositores y definir un camino claro para las elecciones de 2020.
Cuando dije eso, Leonel reaccionó diciendo que quienes auspiciaban la división del PLD -espero que no se refiriera a mí que no estoy en partido alguno- estaban equivocados y fracasarían en sus vaticinios porque “el PLD permanecerá unido y ganará las próximas elecciones”.
Tomé la parte que creí me tocada en ese planteamiento y le respondí muy directamente: “Leonel, si el PLD permanecerá unido y ganará las próximas elecciones, Danilo será el próximo candidato y usted lo aceptará para que gane”.
Ese es exactamente el cuadro que tiene hoy: Acepta a Danilo como candidato del PLD a una nueva reelección o el partido morado se divide y no precisamente en dos mitades, sino en tres tercios, de los que Leonel quedaría con uno.
La situación se complica
Ahora la situación es mucho más complicada para Leonel que hace un año.
En octubre de 2017 Leonel podía romper en dos al PLD y con su parte articular un frente opositor con la mayoría del espectro de los partidos fuera del gobierno, en número aproximado de 15, plantar cara y maniatar a Danilo ante cualquier aspiración a la reelección.
Naturalmente, tendría que tener una hoja de servicio tan limpia que una embestida del gobierno en los planos judicial y mediático lo dejara incólume y con posibilidades de convertirla en victoria.
No estoy seguro de que Leonel pueda pasar todas las pruebas, no tanto en el plano judicial, donde le sobran jueces adeptos, sino en el ámbito de la opinión pública.
Ya lo dije. Si Leonel va a la reunión del Comité Central y defiende su posición de que las primarias abiertas son inconstitucionales y anti-estatutarias, y finalmente se aprueban, no tiene más camino que aceptar el resultado y calmar a sus parciales ante la derrota.
Una vez se aprueben las primarias abiertas, como se aprobarán en tiempo récord porque el sector que las respalda es claramente mayoritario, las piezas de Leonel solo se pueden mover en dos direcciones: competir con esa modalidad frente al mismo Presidente de la República, y si pierde las primarias, acogerse a ese resultado.
Después de competir y perder, no le luce para nada salir a montar un proyecto anti-reeleccionista porque los mismos peledeístas lo van a señalar como un político que debate, pierde y luego no respeta el criterio de la mayoría.
¿Candidatura sin marcha atrás?
Si como ha dicho Leonel su candidatura no tiene marcha atrás, tan pronto el Comité Central del PLD decida primarias abiertas con padrón de la JCE, si va a ser consecuente con sus seguidores y sus partidos aliados, tiene que abandonar de inmediato el PLD y montar sus aspiraciones en otras tiendas.
No le estoy recomendando que haga esto, pero políticamente no tiene otro camino si de verdad él no contempla dar marcha atrás en sus aspiraciones de “volver al Palacio Nacional”.
Personalmente creo que ya es demasiado tarde para un proyecto alternativo porque tendría que prepararse al menos para seis o siete meses de bombardeo mediático y jurídico -contra él y sus principales seguidores- al mismo tiempo que su competidor, Danilo Medina, afianza su campaña permanente para reelegirse.
El poder o la unidad del PLD
El más grave problema de las aspiraciones de Leonel -aparte de que aparece como un insaciable que ha gobernado doce años y quiere ocho años más- es que no tiene madera de gladiador, del hombre que va hasta el final, de la muralla infranqueable cuando se fija un objetivo. Por eso pierde seguidores en forma constante y progresiva, tanto en los organismos del PLD, como en el ámbito legislativo.
Falta saber qué es más importante para Leonel, si la unidad del PLD aunque gobierne Danilo en forma indefinida, o si su meta de volver al gobierno.
No tengo la respuesta, pero supongo que su principal interés es volver al gobierno porque el PLD ya es solo un instrumento para presentar candidaturas, defender el voto y capturar partiditos bisagras enteros o dirigentes de ellos para sumar fracciones en el conteo final de votos.
Lo digo por última vez a riesgo de que el bloqueo mental no me entienda, incluso de amigos de muchos años que son leonelistas: Si se aprueban las primarias abiertas -como se van a aprobar sin duda este sábado- Leonel solo tiene dos caminos: competir con Danilo (no con Montás, Domínguez Brito, Amarante, Maritza Hernández…) en el escenario de primarias abiertas, o no hacerlo para presentar su proyecto presidencial desde otro partido o frente.
Feísimo sería que Leonel vaya a las primarias, Danilo lo derrote y luego salga a poner tienda aparte con una candidatura presidencial fuera del PLD que tendría escasas posibilidades de concretar.
Si a Leonel lo derrotan sucesivamente en el PLD, como creo que sucederá, quienes quieran aprender la lección que lo hagan: La tropa que se pasa su tiempo haciendo vivac, será derrotada. La tropa que trabaja y hace maniobras para garantizar combates de ofensiva y de contraofensiva, difícilmente sea derrotada y tiene muchas posibilidades de vencer si enarbola una causa justa y cuenta con dirigentes con lucidez, sagacidad, sensibilidad y arrojo.
La situación de Leonel es muy difícil para sus propósitos en el mediano plazo.
Comentarios...