El pasado 24 de agosto en un acto celebrado en el Palacio Nacional y encabezado por el Presidente Luis Abinader el Ministro de Educación Roberto Fulcar anunció al país el año escolar comenzará el 2 de noviembre en la República Dominicana en la modalidad virtual, decisión tomada ante la pandemia de Covid-19.
A pesar de que el Ministro Fulcar dejó establecido que el programa oficial de docencia para el periodo 2020-2021 daba inicio en la fecha indicada, tanto para el nivel público como privado, este último sector decidió “arrancar” prácticamente dos meses antes de lo indicado por las autoridades oficiales de educación, por lo que a la fecha existen decenas de colegios que están impartiendo sus clases.
El ánimo de este artículo no es analizar el desacato de los Colegios Privados ante la decisión oficial en una próxima entrega trataremos el tema.
Nuestro análisis va en la dirección de una realidad que habíamos advertido en la entrega titulada “Señor ministro de educación, seamos sensatos” en la que desglosamos una serie de elementos que a nuestro juicio debían ser tomadas en cuenta antes de programar un Año Escolar bajo la Modalidad Virtual.
Nos referíamos entre otras variables a la conectividad o el acceso a internet para la matrícula estudiantil que aguardaba por los planes del Ministerio para retomar las clases.
En esta oportunidad nos permitimos agregar otra variable indispensable para llevar a cabo la Modalidad Virtual, la “Calidad” del Servicio de Internet en cuanto a descarga y carga de información que permita la conexión e interacción de los estudiantes con las diferentes plataformas que serán utilizadas en este proceso.
Nos enfocaremos en San José de Ocoa una de las provincias con la calidad más baja (demostrado) en el Servicio de Internet, situación que ha sido denunciada hasta la saciedad, directamente con las compañías (Claro / Altice) así como en el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), sin que hasta el momento se haya brindado una solución que mejore la calidad de este servicio caro por demás.
Con los Colegios Privados impartiendo docencia o llevando secciones instructivas sobre el uso de sus plataformas para el año escolar 2020-2021, conocemos varias familias Ocoeñas residentes en Santo Domingo que han pasado los meses de pandemia en San José de Ocoa pero se han visto obligadas a trasladarse de nuevo a “La Capital” debido a que la conexión de Internet disponible en la provincia no les ha permitido participar en estas secciones.
Acá no funcionan las líneas de internet fijo, ni los módems y mucho menos los famosos “paqueticos”.
Surgen preguntas, ¿Qué pasará cuando el sector privado de San José esté trabajando a toda capacidad y por ende la demanda de este servicio sea mucho mayor?
¿Qué pasará cuando el sector público de San José de Ocoa inicie sus secciones formativas previstas para una primera fase a partir del lunes 28 de septiembre?
¿Tendrán que irse a Santo Domingo también?
Los clientes de San José de Ocoa pagan los servicios al mismo precio que los de Santo Domingo o cualquier otra localidad del país donde la calidad llega a la categoría de “regular”.
¿Será posible que las compañías entiendan que nuestra provincia no representa una amplia cartera de clientes que les motive a realizar las inversiones que se requieren para que el servicio de internet esté a niveles si no óptimos que al menos cumpla con los requisitos mínimos ofrecidos cuando “amarran” a un cliente por los famosos 18 meses de contratos?
Lo cierto es que las familias Ocoeñas la tienen bastante difícil y tendrán que hacer malabares para que sus hijos puedan tomar sus asignaturas en la nueva realidad de educación virtual que se avecina.
Esperamos que el gobierno junto al ente regulador y las prestadoras de servicios busquen una salida a esta vieja problemática.
En esta oportunidad no se trata de compartir reuniones familiares o disfrutar de los servicios de streaming… se trata del acceso a un derecho humano fundamental “La Educación”.
Comentarios...