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SANTO DOMINGO-La República Dominicana encabeza, junto a El Salvador, la mayor tasa de feminicidios en la región Latinoamericana, según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de las Naciones Unidas.
Solamente en el transcurso de esta semana cuatro mujeres han muerto a manos de sus parejas; la última fue degollada en la tarde de ayer en plena calle del sector Gurabo, de Santiago, por un hombre con el que supuestamente mantenía una relación sentimental.
En lo que va de año la ola de violencia contra las mujeres ha cobrado 49 víctimas. Según estadísticas oficiales, un promedio de 102 mujeres son asesinadas anualmente por sus compañeros sentimentales o exparejas.
No menos alarmantes son los resultados de las últimas tres ediciones de la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa), que reflejan que una de cada cinco dominicanas de entre 15 a 49 años ha sido víctima de violencia física y una de cada diez ha sufrido violencia sexual.
Y es que a pesar de que desde hace dos décadas el país cuenta con la ley 24-97, que instituyó como delito la violencia intrafamiliar y contra las mujeres, el problema sigue siendo tan dramático como ayer.
Prevalece la dominación masculina
Para la cordinadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Lourdes Contreras, esto se debe a que el flagelo no está siendo abordado desde sus raíces y prevalece en los hombres el sentido de propiedad sobre las mujeres, unido a la falta de coordinación interinstitucional entre los actores con responsabilidad en el tema, que permita trascender del carácter punitivo al preventivo.
Contreras insiste en que los feminicidios son el resultado del ejercicio de superioridad del hombre sobre la mujer, el cual debe ser erradicado con el concurso del Gobierno, los poderes legislativo y judicial y de los propios medios de comunicación que han influido en el imaginario social colocando a las mujeres como objetos sexuales o de compra.
«Por eso se habla de las ‘chapiadoras’, en los ‘dembow’, en las bachatas y por los propios comunicadores cuando quieren sindicar a una persona en las peores condiciones. Cambiar ese imaginario cuesta mucho, nos está costando no solamente esfuerzo, nos está costando vidas».
En la misma línea se expresó Elías Muñoz, gerente de Asuntos Corporativos de Philip Morris, empresa que coopera con el Centro de Estudios de Género de Intec, quien destacó que no se puede ignorar la dominación masculina que por generaciones ha ejercido la violencia para imponerse sobre las mujeres.
Asimismo, criticó el vacío de legislaciones, medidas y reformas que garanticen la seguridad de las féminas y evite que más niños queden en la orfandad.
En ese sentido, un estudio presentado recientemente por Intec, refleja el impacto que estos crímenes tienen en las familias de acogida, que asumen una carga económica y de cuidados para la cual no se habían preparado.
La investigación «Efectos extendidos de los feminicidios en las familias que acogen a los hijos e hijas de las víctimas, en la provincia Peravia (2007-2012)» de la autoría de la doctora Sheila Báez, revela que los huérfanos reciben poca o nula atención psicológica y protección de organismos del Estado y del sector privado, por lo que no existen estudios que determinen su grado de afectación por la pérdida trágica de sus madres ni que establezcan su grado de probabilidad de tener un desarrollo positivo posterior.
Un problema de educación y salud
Es en ese contexto, que diversas instituciones sociales y gubernamentales, vuelven a poner sobre el tapete la necesidad de crear un Sistema Integral para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, el cual está previsto en un proyecto de ley que reposa en la Cámara de Diputados tras ser aprobado por el Senado.
La propuesta legislativa elaborada en 2014, delega responsabilidades no sólo a nivel judicial y del Ministerio de la Mujer, sino también en los Ministerios de Educación, Salud, de Trabajo y de Cultura, así como en los gobiernos locales.
A nivel de salud pública, el proyecto establece que la institución garantizará el cumplimiento de protocolos en la atención a víctimas de violencia intrafamiliar; asegurar el funcionamiento de centros de atención a las mujeres maltratadas con profesionales de la psicología y trabajo social y preservar material biológico o muestras en los casos de agresiones sexuales para asegurar las evidencias ante la autoridad judicial.
Asimismo, deberán registrar estadísticamente los casos de violencia que llegan a los centros de salud; elaborar un informe semestral con el número de mujeres atendidas e identificadas en situaciones de violencia y denunciar a las autoridades competentes los casos tan pronto tengan conocimiento o sospecha.
Janet Camilo:»Esto tiene que cambiar»
«Esto tiene que cambiar» es el nombre de la campaña lanzada ayer por el Ministerio de la Mujer para sensibilizar a la población sobre la problemática a través de mensajes de educación y concienciación. La iniciativa, presentada en un acto en el barrio Cristo Rey, uno de los que registra el mayor número de casos, involucrará a instituciones como la Procuraduría, el Ministerio de Educación y varias alcaldías, dijo la ministra de la Mujer, Janet Camilo. «La batalla contra la violencia de género la ganaremos luchando juntos, todas y todos», apuntó la funcionaria. Dijo que la igualdad de género «no es un tema de mujeres, es un tema de hombres y mujeres y por eso en esta campaña queremos sumar a los hombres, para que juntos busquemos parte de la solución a la violencia de género en el país. Imagínese lo que pasan una niña y un niño que tienen a su padre preso porque mató a su mamá», señaló la ministra, quien también deploró los embarazos de niñas, fruto de violaciones e incesto.
49 muertes
Estadísticas. Es el saldo de mujeres asesinadas por sus parejas o excompañeros sentimentales en este año.
102 al año
Promedio. Según las estadísticas oficiales alrededor de 102 mujeres mueren a manos de sus parejas cada año.
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