Falleció la madrugada de este lunes la doctora Carmen Isa Isa (Titina), Dueña de una importante formación cultural e intelectual.
El deceso se produjo en su residencia en Santo Domingo, donde estuvo rodeada de sus familiares.
Carmen Isa Isa (Titina)
El lunes veintiséis (26) de noviembre del año 1928, La Sultana del Este, San Pedro de Macorís, abría sus puertas de par en par para dar formal bienvenida a la niña a la que sus padres bautizarían con el nombre de Carmen, hija de los señores Jorge Elías Isa y Emilia Isa (fallecidos), ambos de origen libanés (Medio Oriente).
El matrimonio Isa-Isa procreó 11 hijos en total, cuatro (4) varones y siete (7) hembras, de los que Titina es la novena, siendo sus hermanos Josefa Emilia, Rafael Emilio, Manuel Emilio, Engracia, Luz María, Tomasina, Elsa Marina, Jorge Elías, Tomás Antonio (Tony) y Carime Isa Isa, de los cuales sólo sobreviven en la actualidad, además de Titina, sus hermanas Elsa Marina y Carime Isa Isa; esta última, dicho sea de paso, la primera mujer cirujana de la República Dominicana.
Tras su nacimiento en San Pedro de Macorís la entonces niña Carmen Isa Isa sería trasladada a San José de Ocoa a mediados del año 1931, pueblo que la acogió sin pensar siquiera que aquella criatura llena de ingenuidad, de candor y de ternura que en la ocasión arribaba a nuestra comunidad, tiempo después se habría de convertir en una de sus mejoras hijas. Ya en nuestro pueblo cursa sus estudios primarios en la Escuela Luisa Ozema Pellerano, otrora Escuela Julia Molina (madre del dictador Trujillo).
Terminados sus estudios primarios, Carmen Isa vuelve a San Pedro de Macorís en donde cursa el bachillerato en la Escuela Normal culminando en 1945; en ésta su ciudad natal realiza estudios comerciales (Mecanografía y Recepción) y en la Escuela Marcela Vargas de la misma ciudad realiza cursos de pintura, entre otros.
Luego de concluidos sus estudios secundarios en su ciudad natal, Titina Isa regresa a la comunidad de San José de Ocoa, pueblo en el que se dedica al magisterio durante cuatro (4) años aproximadamente, impartiendo el séptimo (7mo.) curso en la escuela en la que realizara sus primeros estudios, esto es, en la Escuela Luisa Ozema Pellerano, destacándose en el magisterio por su formación académica y moral, ganándose la admiración de todo nuestro pueblo; admiración que con el discurrir de los años se agiganta mucho más y con su especial manera de ser ha cautivado a la comunidad ocoeña, por eso goza desde siempre del cariño, el respeto y la admiración de todos los que le conocen, y es que su dulce manera de ser, su elevado grado de educación y su delicado y finísimo trato para con los demás hacen de nuestra querida Titina una persona sencillamente agradable y una ocoeña ejemplar.
Sedienta de conocimientos no descansa en la búsqueda de su preparación y en las postrimerías de la década del cuarenta, en mil novecientos cuarenta y nueve (1949) específicamente, la señorita Titina cual gaviota extiende sus alas y zarpa a la Ciudad Capital para inscribirse en la Universidad de Santo Domingo, tiempo después Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); universidad ésta en la que en 1954 se invistió en la graduación del jueves 28 de octubre, conquistando el doctorado en Farmacia y Ciencias Químicas.
Durante su permanencia en la Ciudad de Santo Domingo y mientras realizaba sus estudios universitarios residió en el Colegio Santo Domingo (Internado) dirigido por monjas americanas, lo que explica su sentir e inclinación por la fe católica y el toque cristiano con que se desempeña esta hija de Dios.
Graduada el 28 de octubre de 1954, como hemos señalado, regresa a San José de Ocoa empezando así una fructífera labor, iniciando una nueva vida; vida ligada desde entonces y hasta la fecha a todas las iniciativas tendentes a mejorar las condiciones de vida de su querido pueblo al que le ha dedicado sus mejores años, poniendo en cada tarea, en cada acción, alma, vida y corazón.
Su activa participación empieza a granjearle la admiración y el respeto, participación esta que la catapultaría al pináculo del prestigio social, emergiendo como la primera de nuestras regidoras, función que desempeñó con alto espíritu de responsabilidad y decoro, tal y como nos lo afirmó el Dr. Mignolio Pujols, distinguidísimo hijo de esta tierra manielera (ya extinto), quien a la razón se desempeñaba como Síndico Municipal de la gestión en que nuestra Titina Isa fungía como miembro de nuestro cuerpo edilicio, ejerciendo sus funciones con estricto apego a la ley, de forma honorífica, de la misma forma en que lo hicieron sus compañeros de la Sala Capitular de ese entonces, que fueron dicho sea de paso, el Dr. Américo Martínez, José Ramón Tejeda (Crispín), William Odalís Tejeda Romero (Lilita) y William Read.
De manera que al hablar de esta distinguida hija de nuestra comunidad nos referimos a una persona con una elevada vocación de servicio y de una férrea formación, y ciertamente no podía ser de otra manera puesto que viene de las entrañas mismas de una respetable familia, como lo es la Isa, sin duda alguna una de las familias más honorables y unidas con que cuenta y ha contado siempre nuestra comunidad.
Desde el año 1962 y hasta la fecha la Dra. Carmen Isa (Titina) regentea la Farmacia Nueva instalada por los hermanos Américo Martínez, distinguido galeno de nuestro pueblo y el señor Eusebio Martínez (ambos fallecidos).
No albergamos la más mínima de las dudas de que si buscamos en las páginas de la historia de nuestro pueblo siempre hallaremos la figura de esta abanderada de la paz y la justicia social ligada a todo lo que tiene que ver con el bienestar colectivo de su comunidad, y es precisamente esa participación y esa especial y sin igual manera de ser las que la hacen merecedora de todo el cariño, de todo el amor, de toda la simpatía de San José de Ocoa; real y efectivamente ella constituye un vivo ejemplo de sencillez, de abnegación y de ternura, por eso los ocoeños siempre hemos visto y tenido en nuestra querida Titina a una amiga por su solidaridad, a una hermana por su trato y a una madre por su devoción.
La señorita Titina es un digno paradigma y no por mera casualidad ha recibido múltiples reconocimientos, entre los cuales podemos citar, los siguientes: Reconocimiento otorgado por la Generación del 40, institución que la reconoció el 25 de abril de mil novecientos noventa y ocho (1998) por su fecunda labor; el 17 de enero del año 2003 el Presidente de la República, a la sazón el Ing. Hipólito Mejía Domínguez, la distinguió con la Medalla al Mérito Civil, así como varias instituciones de nuestra provincia, entre las que podemos citar al Club de Jóvenes Renacer, el Cuerpo de Bomberos Civiles, la Asociación de Estudiantes Universitarios Ocoeños, Inc.; institución ésta que en un justo reconocimiento le dedicó su XXXIII Semana Cultural, celebrada en el mes de agosto del año 2003, entre otras, las que la han reconocido por sus aportes, su colaboración y su trayectoria.
En mil novecientos cuarenta y seis (1946) se convirtió en virreina del gran reinado del sur; en fin, varios reconocimientos y distinciones, entre las cuales adquiere significativa importancia la de ser poseedora, como lo es, del cariño, el respeto y la admiración de todo un pueblo que le distingue y que la coloca en la galería de honor de nuestras más distinguidas hijas.
En la actualidad nuestra admirada Titina se desempeña como vicepresidenta del Centro de Rehabilitación de San José de Ocoa, es fundadora junto a otras personalidades de la Fundación Tony Isa (Fundación que lleva el nombre de su hermano, ya ido físicamente de entre nosotros) y de la cual es asesora; es miembro fundadora de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (ADESJO), fue presidente de la Congregación Hijas de María, grupo de la Iglesia Católica, entre otras importantes funciones asumidas y desempeñadas cabalmente por esta hija meritísima de nuestro pueblo.
Nuestra sinigual Titina se ha desempeñado como miembro del Consejo Parroquial de la Parroquia San José y como fiel devota y entusiasta feligrés ha desarrollado una encomiable labor. Del mismo modo participó activamente en los inicios del Colegio Nuestra Señora de la Altagracia. Como anécdota vale señalar que junto a otras educadoras de nuestro pueblo, entre ellas Rosa Erminda Martínez (Rosita) se dedicó a la tarea de visitar casa por casa para convencer a los padres de que enviaran a sus hijos a estudiar, ya que se negaban a ello, argumentando que era peligroso debido a que por ahí pasaban las guaguas de transporte y que era la entrada principal de nuestro pueblo, lo que era y es cierto, pero gracias a esta tarea los niños empezaron a visitar el colegio fundado en los primeros años de la década del 60.
Dueña de una importante formación cultural e intelectual lograda no sólo a través de la lectura, sino de la vida, viajando por diferentes partes del mundo, visitando países de diversos continentes, codeándose con otras culturas, lo que le ha posibilitado robustecer su acervo, haciendo honor a la expresión cervantina de que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Su casa ha sido lugar de encuentros y de importantes reuniones, recibiendo en ella a distintas personalidades de la vida pública nacional, entre ellos a presidentes de la República en ejercicio, como fue el caso del Ing. Rafael Hipólito Mejía Domínguez y del Dr. Leonel Antonio Fernández Reyna, así como a sus respectivas primeras damas.
Sin embargo, muy a pesar de haber estado ligada al glamour de la “alta clase social” de la mano de su sobrino “hijo”, el Dr. Jorge Subero Isa, ex presidente de la honorable Suprema Corte de Justicia, del mismo modo se ha mantenido involucrada con los más depauperados y humildes hijos de nuestra comunidad, los que siempre han tenido en la señorita Titina y en su casa, una amiga, un refugio.
A propósito del Dr. Jorge A. Subero Isa, el mismo ha expresado: “Mi educación y formación se la debo a Titina”.
Ciertamente se trata de una colaboradora entusiasta de todo cuanto procure el bienestar de nuestro pueblo, solidaria como la que más y poseedora de un trato exquisito que logra hacer sentir especial a todos a quienes trata. De igual manera hace galas de detalles tan importantes, que si bien en otros pasan inadvertidos ella los toma para darles su verdadero sentido.
Esos detalles de los que es poseedora esta distinguida ocoeña se pueden apreciar cuando cae enfermo o fallece un pobre de solemnidad del pueblo de San José de Ocoa, adonde acude a llevar su solidaridad y su consuelo, pues como hija de Dios y devota de la Virgen María tiene un corazón gigante para amar, como ha quedado evidenciado durante toda su vida. De igual manera, comprometida con su Iglesia Católica, se le observa religiosamente en el templo de la misma, la que visita permanentemente.
Nuestra querida Titina ha utilizado las oportunidades que le ha dado la vida para contribuir con los demás, siendo el canal adecuado para que humildes jóvenes de nuestra comunidad lleguen adonde sin su ayuda les habría resultado muy difícil llegar.
Toda una vida dedicada al servicio de los demás, toda una trayectoria de colaboración y de entrega desinteresada, por su altruismo, por su finísima manera de ser, por estar ligada a todas las iniciativas de nuestro pueblo, por ser parte esencial de la galería de honor de los hijos distinguidos de este pueblo y por sus aportes al desarrollo del mismo la Dra. Carmen Isa constituye, simboliza y representa toda una reserva moral y un paradigma para la sociedad dominicana y muy especialmente para el pueblo de San José de Ocoa.
(Tomada del libro “Cómplices de una Historia”, de la autoría de José Manuel Arias M.), tomo I, segunda edición, páginas 205-214.
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