Se coloca el alba y solo aspiraba el ocaso para definir la ruta a seguir en un mar impetuoso. El agua atraviesa la cara siendo el manto de tantas lagrimas ocultas que buscaban en el profundo abismo solo sostenido en rocas de recuerdos.
Todo se nubla al tocar fondo la necesidad, la ambición o el simple hecho de arrastrarse a cabo de ser notado o buscar arrodillar a otros. El reclamo por favores antiguos inicia la cacería por defensas de muros indefendibles y barcos cargado de oro sin justificación. Las olas se recargan en el cielo y las fuerzas se rinden a la búsqueda de una identidad que lucha por no perderse en el firmamento de aguas turbias y espacios sin escrúpulos.
Integridad es el punto de quiebre de cualquier navegante perdido, entre el decir si cuando es no o, no cuando al final tiene que ser si.
Los si y los no dependerán del valor de ser personalmente coherente y honesto consigo mismo que tenga cada guerrero ante las olas empinadas. Si somos capaces de elegir la ruta, debemos ser capaces de agradecer y recordar a quienes nos han hecho bien sin venderle nuestra alma a quien desde los tiempos de la creación le ha hecho la vida añicos al Creador.
No es todo mar en calma que represente paz.
La cantidad de peces podría ser resultado de golpear barcas exitosas ciñendo el resultado al fracaso de marineros sin valor cuya integridad es menor que la de un tiburón furioso. Cada uno esta en la disyuntiva de ser leal con el mar, con las barcas, el ocaso o las tormentas; buscamos ser leal con cualquier persona menos consigo mismo y, cuando colocas tu proceder en función a la de carnes con mente propia… en ese momento, por la razón que sea que suceda; Pierdes tu integridad.
Las decisiones son el resultado de las convicciones que se hallan forjado en el proceder, conocer y rectificar descubriéndonos equivocados. Cuando admiras, sigues o aplaudes a un guerrero por lo que pueda hacer por ti… Pierdes toda tu integridad.
Sometes la voz a la defensa de saqueos o burlas de inocentes vistiendo de agradecimientos el proceder; se pierde la integridad.
La integridad es el valor de lo correcto dentro de ti.
Es la lucha entre lo que se quiere y lo correcto.
La naturaleza del hombre – mujer es imperfecta; … pero el conocimiento, la consideración de la Ley, la integración social y la capacidad de razonar nos da la oportunidad de elegir, … de decidir sin luego echar la culpa a los demás.
Buscar culpables de todo lo que nos sucede nos hace mediocre.
Tocar fondo, reconocer que ahí uno se encuentra y reconstruirse es la clave de un renacer.
La lealtad se ha personalizado y es la fuente de cada barco destrozado, de cada ocaso deseado, de cada miseria repetida.
La lealtad pervertida por el zacaliñamiento de favores o cálculos de grupos determinado han arrodillado la integridad de tipos destrozando a su vez instituciones que en su momento fueron poderosas y dejado en el camino a quienes buscan ser honestos consigo mismo.
Los barcos han descendido al mas elevado final de la ruta marina.
Verifica donde esta tu lealtad y procura que no este ceñida en una persona física, si no en valores abstractos que definen lo tangible de tu personalidad y ser.
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