Por Omar Ureña
En los albores del año 2014 se celebró en todo el país el VIII Congreso Norge Botello, para esa fecha el equipo del exgobernador Félix Estrella, apoyó a varios compañeros candidatos de la línea del presidente Danilo Medina, para pasar a ser miembros del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana, todos los apoyados por ese equipo ganaron holgadamente las candidaturas y pasaron a formar parte de órgano interno oficialista.
Este preámbulo es necesario, porque se presenta un escenario similar donde participan los mismos actores de aquel entonces, donde uno de ellos que conforma el equipo contrario uso como métodos irracionales propio de individuos débiles, la fuerza, la violencia, la intimidación y una serie de mecanismos inapropiados para querer imponerse, actitud ésta que está muy distante de la democracia partidaria.
Hablo de este tema con propiedad, porque fui víctima de la intransigencia de aquél mal recordado día, donde el hoy precandidato a senador y actual cónsul de Nueva York, Carlos Castillo quién a la sazón respaldaba los candidatos del expresidente Leonel Fernández (su antigua corriente interna), permitió que un grupo de personas en estado de embriaguez, a las siete de la mañana me agredieran, logrando arrebatar mi cámara volviéndola añicos, sólo porque no respondía a sus intereses, aun sabiendo que me encontraba cubriendo las incidencias del proceso interno enviado como corresponsal por el portal digital Ocoaenred,com.
Lo responsabilice a él y lo reitero ahora porque, cuando acudimos a la Policía a colocar la denuncia y los individuos fueron apresados, el señor Castillo se presentó al destacamento advirtiéndole al coronel de ese entonces, que tuviera cuidado con esos hombres que eran parte de su equipo.
Es verdad que ha pasado el tiempo, la cámara nadie la pagó y todo quedó impune, pero lo que más me molestó y me sigue molestando de ese episodio, fue y sigue siendo la actitud de arrogancia del señor Castillo, que nunca tuvo la delicadeza de ni siquiera presentar excusas en nombre de su equipo, de ese equipo que amaneció en las calles ingiriendo bebidas alcohólicas, armados con armas blancas, también de fabricación artesanal (chilenas) y otras de origen desconocidos para hacer valer su ego.
Por ese y otros abusos cometidos en la gestión legislativa 2010-2016 del señor Castillo, donde el terror fue su carta de presentación y el cual arropó a toda la provincia, ganándose el mote de (EL FUERTE, todo lo contrario por supuesto, porque quien actúa con tanta vileza es un ser humano lleno de miserias), en tal sentido, es que, bajo ninguna circunstancia apoyaría yo a una persona que nos traiga incertidumbre, miedo y desasosiego.
Nunca más señor Carlos Castillo, nunca jamás, podrá hacerle daño a tanta gente que quiere la paz, así le responderá el mayor grueso de ocoeños hábiles para el voto.
No es nada personal… Hágale llegar este fax a algunos de su equipo que ve en el derramamiento de sangre el oficio por excelencia donde se han entrenado.
Que comience la fiesta… señor Carlos Castillo
¡Sí ombe sí!
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