Es un clamor nacional que el ex presidente Leonel Fernández, sea investigado por la justicia dominicana sobre su responsabilidad con los actos de corrupción cometidos durante sus tres períodos presidenciales.
Se llegó a decir que Fernández había dirigido el gobierno más corrupto de la historia dominicana, algo que se ha dicho de cada gobierno de la post dictadura, y si fuésemos más atrás en la historia, de cada gobierno desde la fundación de la república. Hoy se dice que el más corrupto ha sido el dirigido por Danilo Medina.
Siendo el líder dominicano de mayor influencia en la vida política nacional en la actualidad, todos pedimos una investigación sobre las gestiones de Fernández. Sus contrarios porque asumen que quedaría demostrada su culpabilidad y hasta podrían llevarlo a prisión e inhabilitarlo. Sus seguidores para demostrar la inocencia de su líder y fortalecerse aún más en su camino de regreso al palacio nacional, y los independientes porque creen que debe siempre prevalecer la verdad.
Llevar a Leonel al banquillo de los acusados, no le fue posible a sus propios compañeros quienes utilizaron todas las herramientas para reducirlo: poder mediático, campañas internas y externas de descredito, persecución de sus seguidores y hasta fraude en primarias. ¿Por qué no fue utilizado el recurso de la inhabilitación desde la justicia si el danilismo “dominaba las cortes”? ¿Cómo es que al presidente del gobierno más corrupto, sus más enconados enemigos no osaron llevarlo a la justicia?
Igual de difícil parece para el gobierno de Luis Abinader, sentar a Leonel en el banquillo de los acusados habiendo dirigido un gobierno con muchos escándalos de corrupción, pues Leonel ha sido el blanco de la oposición desde su salida al ruedo en el año 1995, y a pesar de ello no ha sido fundamentado, en 16 años, un solo expediente que le vincule a actos punibles.
El pueblo dominicano debe hacer causa común con las damas que encabezan la lucha contra la corrupción, pues será titánica. No será fácil enfrentar un fenómeno enquistado en la cultura de base de la sociedad. No será fácil enfrentar el poder de los partidos políticos, todos afectados de corrupción. No será fácil ante un sistema judicial desacreditado por los mismos políticos. No será fácil con un congreso nacional que acusa las mismas carencias morales que el resto de la sociedad y los poderes públicos. Ellas, “Las Damas de la Nueva República”, solo tendrán éxito, si lo mejor de la iglesia católica, lo mejor de las iglesias protestantes y lo mejor del pueblo las respalda. Solo el pueblo salva al pueblo.
Quienes claman por la “persecución” de Leonel Fernández, ante una lucha que apenas empieza, en realidad no quieren combate contra la corrupción, persiguen distraer a la Procuraduría General de la República para que no tenga éxito. Persiguen desacreditar el trabajo de “Las Damas de la Nueva República”, pues si no persiguen a Leonel es como si nada bueno hayan hecho.
Sí, todos queremos un juicio contra la corrupción de los gobiernos de Leonel, y los de Hipólito. Hasta Leonel Fernández necesita ese juicio. Es la única forma de comenzar de nuevo. Que nos quitemos las caretas de las que habla Carl Jung, y podamos vernos tal como somos unos y otros, para que no sea la historia la que condene o absuelva, sino la justicia.
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