Por Nóbel Mejía
El equipo político del Movimiento Pasión por Ocoa hizo un llamado a sus miembros y simpatizantes en el sentido de apoyar al precandidato presidencial peledeísta Gonzalo Castillo, dejando a la voluntad personal el resto de los niveles electivos.
Las opiniones positivas y negativas no se han hecho esperar, cosa totalmente lógica o normal en ese tipo de situaciones.
La pasión ha pactado con Gonzalo y está tirada a la calle buscando los votos. La decisión no debe sorprender y, de hecho, era lo esperado, lo sabio, lo inteligente, lo conveniente. Castillo es el hombre de Danilo Medina y el senador Pedro Alegría ha dicho hasta la saciedad que sigue al presidente. Sorprende a uno de los opinantes que recuerda al legislador le fue imposible reunirse con Gonzalo a los fines de socializar sobre los temas de interés para la provincia. Sucede que la política ha sido transformada en la ciencia de la conveniencia y la actividad electoral es cosa de coyunturas o momentos. Tiene mucho que ver con el statu quo y la proyección en el tiempo; los políticos “aventajados” hacen el ejercicio de verse años más tarde bajo distintos escenarios. El destino de una población determinada puede tener o no velas en tal entierro. Alegría tiene pasión por Ocoa pero no por ello podemos pedirle que se haga el haraquiri.
En el plano local establecimos que Pedro contaba con tres opciones: volver al terreno de juego, apoyar a uno de los jugadores o sentarse en las gradas. Ha optado por lo tercero y no tiene nada de malo. Un retorno a las arenas de combate implica la posibilidad de asociarse a un partido opositor al oficialismo y un desagravio a Danilo. Apoyar explícitamente a precandidatos locales del Partido de la Liberación Dominicana implica afectar su amplia base de simpatizantes que se ramifica en todos los partidos y sus corrientes, incluyendo el leonelismo y el danilismo. Fíjese que refiero precandidatos del PLD porque el llamado establece la interesante cláusula “dentro del PLD”.
Ahora bien, algunos pueden interpreter que lo implicito es el apoyo al precandidato a senador Félix Estrella porque es la única propuesta del danilismo en lo senatorial y, lógicamente, el hombre clave de Gonzalo. Eso no necesariamente es así. En todos los niveles hay opciones diferentes en cada uno de los bandos. Nunca debe descartarse apoyo de último momento, coyuntural, abierto, por debajo de la mesa, tras bambalinas o como sea, incluyendo el otro lado de la acera. Es un lujo que Alegría puede darse con sobrada ganancia de causa, sobre todo porque es una paloma que vuela en plena libertad.
La postura es de cara a las elecciones internas y no sabemos lo que pueda ocurrir en las generales, sobre todo si los escenarios resultan negativos. Si Gonzalo pierde, ¿Qué tendrá el senador en su agenda?; ¿se entregará en los brazos del leonelismo que, dicho sea de paso, le tiene estima?; ganando o perdiendo Gonzalo, independientemente de resultados locales, ¿no existe la posibilidad de que Pedro sea agenciado y presentado por un partido opositor o, bien, un aliado del PLD? -Hablar sobre ello es mucho especular e invocar bolas de cristal. Alegría ha dejado bien claro que desiste de aspiraciones pero no abandona la actividad política.
El fin de la reflexión ese ese, apoyo al precandidato Gonzalo Castillo y libertad de escogencia en el resto de los niveles dentro del PLD. No sabemos si Pedro Alegría realmente ha decidido cerrar un ciclo en su brillante carrera política. A muchos le resulta un final básico en extremo. Particularmente creo le conviene apoyar a Castillo y sentarse de verdad en las gradas en el resto de los niveles, sin apoyos por abajito. Más adelante, cuando las internas definan escenarios, debe tomar decisiones que no afecten su futuro político, reflexionar en otro nivel. Las primarias es cosa de niños pero las generales es asunto de HOMBRES.
Comentarios...