Por: César Casado
En un mundo de constantes transformaciones, el escenario que se vislumbra para Estados Unidos tras la salida de Joe Biden de la Casa Blanca parece desafiante. Conflictos geopolíticos, crisis humanitarias, tensiones políticas internas y una competencia feroz entre las potencias por la hegemonía global definen el panorama del siglo XXI, marcado por una creciente incertidumbre y complejidad en el orden internacional.
El conflicto ruso ucraniano ha dejado un escenario incierto para la alianza Ucro-Europeo-Atlántica, ya que no han podido recuperar regiones clave de Ucrania Oriental. Su objetivo principal ha sido aislar a Rusia y afectar su tejido económico, lo cual no han logrado. Por el contrario, Rusia, tras la Operación Especial que comenzó en febrero de 2022, se ha fortalecido gracias a sus alianzas geoestratégicas con países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Se espera que, con la llegada de Donald Trump al poder, Rusia pueda reivindicar sus objetivos geopolíticos con la operación militar de 2022. La alianza económica, política y social BRICS, durante la gestión de Joe Biden, consolidó su liderazgo global, logrando integrar más socios estratégicos a su grupo, entre ellos Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajistán, Cuba, Malasia, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
Por otra parte, en el conflicto Israel-Palestina, la situación en la zona de Gaza se ha tornado complicada para Israel. Lo que parecía una operación relámpago para detener a la organización política y paramilitar palestina sunita HAMÁS, terminó con un alto costo humano, incluyendo miles de víctimas entre niños, mujeres y ancianos. Recientemente se logró un alto al fuego, lo que se convierte en un panorama sombrío para Israel, aunque para Palestina significa una paz momentánea.
Situación de Venezuela: según la oposición venezolana, el ganador de las elecciones del 28 de julio de 2024 fue Edmundo González, con apoyo de María Corina Machado, obteniendo 6,27 millones de votos, frente al candidato oficialista Nicolás Maduro, quien obtuvo 2,75 millones de votos. Desde el lado oficialista, se declararon ganadores con la obtención de 5,15 millones de votos, representando el 51% del total de votos. Con estos resultados cuestionables por la oposición y varios países, Maduro se reelige por tercera vez y comenzará su cuarto mandato como presidente, el pasado 10 de enero de 2025. Este panorama en América Latina deja claro la falta de interés en la gestión de Biden para frenar lo que parece ser una dictadura autoritaria en la región.
Situación de Haití: la crisis humanitaria de este país caribeño ha ido en aumento en los últimos cuatro años, donde bandas armadas se han apoderado de grandes zonas del país, causando desplazamientos masivos de personas hacia la República Dominicana. El caos social y la crisis política han agudizado la situación hasta el punto de que se creó una Misión de Paz de Kenia, la cual no ha dado los frutos esperados. Haití sigue sin rumbo y cada día empeora la situación ante una administración Biden indiferente.
Por otra parte, China ha sido el gran ganador, se ha beneficiado indirectamente de los errores de la administración Biden. Hoy, China tiene un gran liderazgo económico para enfrentarse a la gestión de Trump. China no es la misma en términos cuantitativos de hace cuatro años y Biden no logró detener su avance geoeconómico en América Latina en regiones claves como América Latina, Medio Oriente y África.
En su primer discurso ante las Naciones Unidas en 2021, Joe Biden proclamó una nueva era de diplomacia con Estados Unidos como líder; sin embargo, cuatro años después, sus palabras se contradicen con su salida de la Casa Blanca el próximo 20 de enero de 2025, dejando a un mundo más inseguro.
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