Recientemente tuve el privilegio de compartir un artículo dirigido al público nacional y extranjero, relacionado con nuestro histórico Parque Libertad. Interesado en que todo el mundo nos conozca y que mucha gente nos visite, he dedicado todos mis artículos en el periódico Listín Diario, a resaltar las bondades de San José de Ocoa; el texto sobre el parque sigue la misma línea. Aprovechando el momento, hoy utilizo mi espacio en Ocoa en Red para saludar y resaltar el gran esfuerzo humano que se hace para mantener un parque con las características del nuestro.
Basta con recorrer los pasillos y observar los jardines, para uno darse cuenta de que se requiere de mucho trabajo, dedicación, amor y conocimientos para mantener este santuario ecológico, el espacio público más visitado y utilizado en nuestra zona urbana. La labor de jardinería, efectivamente dirigida, juega un papel fundamental en la siembra, poda, alimentación y mantenimiento de la gran variedad vegetal que adorna la plaza. La atención diaria y bondadosa del personal encargado del área, es responsable de que los ocoeños podamos alardear de su belleza natural.
No es secreto para nadie que en el parque convergen a divertirse cientos de personas, produciendo gran cantidad de desechos: basura, botellas rotas, vómitos de borrachos y un largo etcétera. Quienes tenemos el placer de ejercitarnos en esa zona por la madrugada, podemos ver a un nutrido equipo de hombres y mujeres que se encargan de limpiar cada acera y cada rincón, garantizando que la salida del sol nos presente ese rostro sonriente y pulcro que caracteriza esta plaza, la cual se acerca a paso constante, a cumplir su primer siglo de existencia.
Toda esa situación se multiplica con celebraciones como la actual, donde son miles los visitantes y muchas las imprudencias. Sin importar las circunstancias, el personal llega a tiempo a poner las cosas bonitas e iniciar una nueva jornada de vida en el Parque Libertad.
Durante el día la vigilancia es activa, pero no invasiva. Sabemos que están ahí los policías municipales, tomando en serio la protección de la plaza y de la gente. Pero también los tradicionales cuidadores, quienes dan mantenimiento, observan, saludan amablemente y responden cualquier pregunta curiosa.
Es mucha la gente responsable de nuestro Parque Libertad. Nuestro reconocimiento a todos: desde el personal del Ayuntamiento Municipal hasta cada colaborador que ha hecho posible su hermosura arquitectónica y sus pocos pero significativos monumentos. El Parque Libertad es un buen ejemplo de que la unión hace la fuerza.
«Porque toda casa tiene su constructor, pero el constructor de todo es Dios».
Hebreos 3:4
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