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OCOA-Louis Joseph Quinn se ganó el título de padre protector de Ocoa y no precisamente por llevar una sotana en su calidad de sacerdote, sino porque para los ocoeños, hay un antes y un después de su llegada a aquellas tierras montañosas.
Un canadiense que llegó al país en la década de los 60 para ser ejemplo de amor y servicio desde la iglesia.
Luis Quinn dejó una huella indeleble en los ocoeños a través de su arduo trabajo en beneficio de los más necesitados. Era común verle usando botas y cargando fundas de cemento para alguna construcción. Tanta es la gratitud, que su antigua vivienda se han convertido en una casa museo de parada obligatoria, donde el recibimiento lo da a brazos abiertos una figura de cera del mismo sacerdote.
A lo largo de su vida, recibió multiples reconocimientos por su noble obra. Entre ellos el premio apec de filantropía, el premio fundación bruga, entre otros y declarado por el senado de la república como protector de la provincia de san jose de ocoa y recibió por parte del gobierno la orden Duarte, sanchez y mella.
Este hombre excepcional de mirada serena, hablar pausado y gran corazón, construyó con sus propias manos viviendas, escuelas, acueductos, caminos vecinales, creo juntas campesinas, dio alfabetización a niños y adultos, y reforestó san jose de ocoa.
El padre Luis falleció en Miami en el 2007, dejando un legado de cooperativismo, fe, amor y servicio.
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