Louis Joseph Quinnn Cassidy (Luis Quinn) nació para servir a los pobres. De ascendencia irlandesa, nació en Inglaterra, se crió en Canadá pero vivió con intensidad en la República Dominicana, específicamente en San José de Ocoa. Se hizo sacerdote en 1952, llegó a nuestro país en 1953 y en 1965 inició la parte de su vida por la que siempre será recordado, pues se estableció en Ocoa para quedarse hasta el 2007, año en el que falleció.
Luis se había capacitado académicamente en liderazgo, cooperativismo y desarrollo comunitario. Sus conocimientos los puso en acción en diversas comunidades de San José de Ocoa, donde el progreso era una fábula inaccesible. Bajo su liderazgo, la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa, Inc. (Adesjo) tomó papel protagónico en la construcción de caminos, carreteras, sistemas de riego, acueductos, escuelas; centros comunitarios, de salud, educativos; talleres vocacionales, viviendas y en otras causas sociales. La tenacidad de su trabajo y la transparencia de su accionar lo convirtieron en un hombre en el cual organismos nacionales e internacionales confiaban, para canalizar recursos en favor de las comunidades de Ocoa.
Tutor por excelencia
Bajo el liderazgo de Luis se formaron decenas de jóvenes, muchos de los cuales alcanzaron notorios sitiales en la vida pública y privada de nuestro país. Él enseñaba a trabajar bajo un lema: “Ayuda mutua y esfuerzo propio”. Estableció en los campos ocoeños la cultura del convite, la máxima expresión del trabajo mancomunado. Mediante este, sentó las bases para que los miembros de las comunidades asumieran papeles protagónicos en la solución de sus propios problemas. Entonces era común ver a grupos de campesinos trabajando en la construcción de su propio acueducto, o abriendo caminos a golpes de hacha y machete.
El ciclón David
Al padre Quinn le tocó asumir el liderazgo en la protección de los más vulnerables y en su recuperación, fruto del paso del temible ciclón David. El desastre tuvo dimensiones épicas y las repercusiones entre los pobres fueron devastadoras, quedando una gran parte de los ocoeños sin techo y sin acceso a comida ni agua potable. En ese dantesco escenario, muchas comunidades se crecieron y, junto al sacerdote, lucharon contra la adversidad, logrando gradualmente su resurgimiento. Junto a él siempre luchó un amplio grupo de hombres y mujeres, con vocación reivindicativa y de avance decidido ante cualquier adversidad.
Defensor de los rebeldes
Durante las turbulencias del régimen de Doce Años del Dr. Balaguer, Luis Quinn fue paladín en la defensa de la vida de los rebeldes de la época. Varios jóvenes subversivos le deben la vida, pues supo esconderlos o sacarlos del poblado en momentos en que eran buscados activamente por fuerzas represivas. El rumor en el entorno palaciego y entre los delatores de la época apuntaba a que ese cura era comunista, término con el cual se designaba a cualquier elemento progresista y en desacuerdo con la represión. Aún así, y a pesar de ser víctima de actos que atentaron contra su integridad y su vida, se mantuvo trabajando en Ocoa y vio llegar tiempos de mayor apertura democrática en la República Dominicana.
Honores
Recibió muchos honores y reconocimientos en vida y después de su muerte. Sin embargo, el gran reconocimiento se lo tributan las comunidades que hoy transitan los caminos de la superación, gracias al impulso que él brindó como bujía inspiradora. Contó con el activo apoyo de instituciones extranjeras (como la GTZ, la USAID y otras), llevando a San José de Ocoa a trascender las fronteras de lo nacional. Con Canadá mantuvo un estrecho vínculo, de gran beneficio para muchos ocoeños.
En el presente varias instituciones hacen esfuerzos para mantener su legado. Entre estas se encuentra la Fundación Ocoa de Pie, Inc., la cual hace presencia en causas sociales y progresistas de Ocoa. También suman sus esfuerzos grupos juveniles, organizaciones de ocoeños en el exterior y conjuntos lírico-culturales. Para estos grupos, preservar viva la memoria de Luis Quinn tiene un especial significado.
El Guayacán
En sus tiempos de mayor actividad era común escuchar llamarlo por radio, utilizando su nombre clave: “Guayacán”. Me explicó Carlos Manuel Martínez (Memén), uno de sus más cercanos colaboradores, que lo llamaban así por su reciedumbre, comparándolo con el resistente árbol que lleva ese nombre. Hizo honor a ese apodo aún en los últimos años de su vida, con una vitalidad mermada por el mal de Parkinson, problemas cardíacos y serias lesiones en la columna vertebral. Esto no lo detuvo y se mantuvo gestionando el bienestar de las comunidades hasta el final de sus días terrenales, en el año 2007.
Cuando murió fue enterrado en una humilde caja de pino, tal como lo pidió. Ante su féretro desfilaron miles de ocoeños y visitantes, quienes tributaron amor y admiración a este símbolo del trabajo comunitario y del progreso de San José de Ocoa. El mismo presidente de entonces, Leonel Fernández, hizo acto de presencia en sus exequias. Hoy que la joven provincia transita rumbo a su desarrollo turístico, es propicio recordar que salimos del anonimato y la postración gracias, en gran medida, al ejemplo de vida y acción de Luis Quinn.
La Casa de Recuerdos
En el mismo centro del municipio de Ocoa se encuentra la Casa de Recuerdos del Padre Luis Quinn; la misma casa donde habitó y vivió humildemente. Allí los visitantes tienen la oportunidad de ver sus pocas pertenencias y recrear su estilo de vida. Al explorarla resaltan sus influencias hacia una efectiva justicia social y al trato digno de los más pobres. Esta casa forma parte de la primera ruta cultural y ecoturística de Ocoa, llamada en su honor Tesoro del Guayacán, inaugurada por el Fondo Ecoturístico de San José de Ocoa durante la gestión de Rafael Read, como director ejecutivo, y Carlos Castillo como presidente.
Esta humilde vivienda, ubicada en la calle Mella y colocada a un lado de la parroquia San José, vio desfilar en vida de Luis, tanto
a dignatarios como a los más humildes ocoeños. Bajo el mismo cobijo tomaron café presidentes y labradores de la tierra. Para unos y para otros, estaba disponible por igual el Guayacán.
Biógrafos
La figura de Luis Quinn ha inspirado varios libros, incluidas algunas biografías que recogen parte de lo que fue su vida. Uno de estos autores, el Ing. Pedro Milton Martínez, quien difiere sobre su mes de nacimiento, lo bautiza con un apodo que refleja la esencia de su influencia: Sembrador de Esperanza. Y es que eso fue lo que más sembró en la gente: la esperanza
de un mejor porvenir, sabiendo que el trabajo y la unión producen cambios milagrosos en las condiciones de vida. Cada vez que un niño triunfaba sobre las lombrices, bajo la influencia del trabajo del padre Luis, nacía la esperanza de un productivo hombre del mañana. Hoy son muchos los líderes comunitarios y hombres de bien que le deben su vida.
El Parque Nacional Luis Quinn
Esta unidad de conservación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas está designada por ley para el uso público, el desarrollo de actividades ecoturísticas, la investigación científica y actividades compatibles. Busca proteger y aprovechar el potencial y la inmensa gama de recursos naturales de la loma La Tachuela y su entorno oriental. Su extensión es de 197.28 kilómetros cuadrados, con una gran diversidad de ecosistemas asociados. .
SEPA MÁS
Condecorado con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en el Grado de Comendador.
Designado por el Senado de la República como “Padre Protector de San José de Ocoa”.
Investido como “Dr. Honoris Causa” por la Universidad Dominicana O&M.
Profesor honorario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
En su honor fue designado el Parque Nacional Luis Quinn.
Fuente: Listin Diario
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