Por: Alfredo Arias
Da mucha nostalgia saber que el amor y la defensa que expresan los actuales y principales dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) son superficiales, pasajeros, personalmente interesados y negadores de la historia de esa organización política. No son más que simples devaneos de un PRD moribundo. Al menos a ese triste estadio de involución lo han colocado, muy específicamente en los últimos tiempos bajo la presidencia del Ing. Miguel Vargas Maldonado.
A lo que han llevado al PRD, después de la muerte física de su líder histórico el Dr. José Francisco Peña Gómez el 10 de mayo de 1998, en Cambita Garabitos.
El PRD cuya fundación hace ya ochenta (80) años, se remonta al 21 de enero del año 1939 en la Habana Cuba, llamado también como el “Partido blanco”, el “Partido del hacho” y el “Partido de la Esperanza Nacional”, con dejo de tristeza para el sistema democrático dominicano, ha devenido en un partido bisagra, en una especie de club de empleos para dirigentes que han preferido medrar al lado de los que hoy detentan el poder: político, económico, legislativo y judicial en nuestro país.
Nadie, pero absolutamente nadie, se imaginaria que el “glorioso” Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuyo surgimiento tuvo como objetivos principales contribuir a la eliminación de la terrible y despiadada tiranía de Rafael Leónidas Trujillo y luchar decididamente, como lo supo hacer, en la década de los años 60 y 70, por el advenimiento de un estado de cosas y un régimen político democrático para toda la República Dominicana, sería en estos momentos un Partido realmente minoritario, sin propuestas, ausente en el debate nacional y más lastimero aun: eco y bocina de un sistema que ha institucionalizado las peores prácticas de gobernar un país, matizadas en la más rampante corrupción e impunidad. Contra lo cual luchó, sufrió y murió el Dr. Peña Gómez. Qué pena!
Ojalá y que el PRD, otrora Partido de multitudes y participante en primera fila en las mejores causas, contra la intolerancia y las injusticias sociales, pudiera rescatarse, librarse del secuestro inconsecuente de que es víctima en los actuales momentos.
Genera un poco de aliento la Sentencia TSE-012-2019 dictada por el Tribunal Superior Electoral (TSE) el 8 de abril del presente año, declarando NULAS todos las acciones llevadas a cabo en el PRD desde noviembre del año 2017 hasta la fecha, incluyendo la elección de las actuales autoridades de ese partido.
De esta decisión del TSE adquirir la autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada, entonces el PRD habrá de abocarse, entre otras acciones, a organizar y celebrar la Convención Nacional Extraordinaria y elegir sus nuevas, legales y legítimas autoridades. Tratar de reencontrarse con sus orígenes y vincularse a la práctica política con mayor nivel de credibilidad e independencia.
El autor es Abogado
alfredoariaslara@gmail.com
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