Daniela Pujols
Fuente: Diario Libre
SAN JOSE DE OCOA-Cuando se habla de fiestas patronales a muchos le llega a la mente diversión y música, pero su origen es puramente religioso; tiene que ver con el nacimiento o la conmemoración de un santo patrón o una virgen protectora.
En España, de donde proviene mayormente este tipo de celebraciones se conocen como fiestas mayores.
Por 10 o 12 días ese pueblo se integra a las actividades comunitarias, deportivas y culturales; asiste de manera continua a las novenas de la iglesia católica y a las eucaristías y los más jóvenes se van para el parque central de la comunidad a sumergirse en el mundo de la música, la camaradería y el alcohol.
Mencionar cada punto de la República Dominicana donde se realizan las fiestas patronales y en honor a quien resultaría infinito.
De manera general, algunas provincias resaltan esta tradición en enero, en homenaje a la Virgen de la Altagracia; otras a finales de noviembre y algunas a mediados de mayo. Pero lo innegable es que durante todo el año la referida festividad está presente hasta en los lugares más recónditos de la isla.
San José de Ocoa es una provincia casi en su totalidad católica. Sus fiestas patronales enaltecen a la Virgen de la Altagracia, madre protectora y espiritual del pueblo dominicano y comienzan desde el 11 hasta el 21 de enero. Ese 21, al igual que en otros lugares, la iglesia San José de esta provincia sureña eleva su clamor hacia la Virgen de la Altagracia y se realiza una multitudinaria procesión con la Virgen a cuestas.
En la noche es otro mundo. El parque Libertad de San José de Ocoa se convierte en una fiesta masiva en medio de vehículos último modelo con arrolladores equipos de sonido, además de los habituales lugares de disfrute ante una multitud que se confunde con los locales y que provienen de distintas partes del país y el extranjero.
Otra comunidad ocoeña tiene su propio calendario de celebración y son las fiestas patronales de El Pinar, un distrito municipal ubicado a 10 minutos del casco urbano. Allí, la conmemoración se inicia desde el 16 hasta el 27 de noviembre en honor a la Virgen de Los Milagros, justo en su día de veneración.
El profesor Ramón Custodio ha dedicado su vida a educar a los estudiantes de El Pinar y zonas aledañas. Él también funge como uno de los portavoces de la cultura y las tradiciones de su pueblo.
El profesor Custodio, conocido por los lugareños como “Mano”, relató a Diario Libre que la historia de las fiestas patronales de El Pinar es una historia de unos 37 años que comenzó por la visión de un grupo de jóvenes nativos de la zona. “Nuestra festividad prácticamente nació a partir de la conformación de la Asociación de Pinareros Ausentes que se creó en 1981. Ellos realizaban encuentros en la comunidad todos los años”, cuenta.
Recuerda que la asociación destacaba las actividades religiosas en una fecha específica, pero decidieron que un día no era suficiente y por lo tanto crearon un comité organizador para que desarrollara un calendario de más de una semana.
Sin embargo, no fue hasta el año 1994 cuando se realizaron las primeras fiestas mayores. “El contador César Pujols fue su primer presidente de la Asociación de Pinareros Ausentes junto a Máximo Mancebo, Isael Sánchez, Rosa Pimentel (Negra), Ángel Sánchez, Chichí, Vinicio Sánchez, Wilson Casado y Ramón Casado (Chago)”, indica el maestro ocoeño con 21 años de servicio.
En aquel momento en que se realizaron las primeras fiestas patronales de El Pinar el primer presidente fue Wilton Pujols y la primera reina resultó ser la joven Yajaira Pujols, hoy una destacada abogada.
En el 2018 el comité organizador ha tomado nuevos aires y un grupo de jóvenes estudiantes y profesionales se ha encargado de tomar las riendas de la mayor actividad social de esta comunidad, algunos son miembros del grupo juvenil “Pinareros100%”.
“El motivo es aportarle nuevas vibras a nuestras fiestas acompañados de los sabios consejos de los veteranos organizadores, y tratar de llevar lo tradicional con un toque de modernidad”, asegura Rafael Pujols de 24 años, el presidente del reciente comité, egresado de ingeniería Electromecánica.
Pero el logro más grande que los pinareros van a hacer suyo es la inauguración de la Iglesia Católica del Distrito Municipal El Pinar, el mayor templo católico del pequeño pueblo.
“El motivo es aportarle nuevas vibras a nuestras fiestas acompañados de los sabios consejos de los veteranos organizadores, y tratar de llevar lo tradicional con un toque de modernidad”
Rafael Pujols Presidente del comité organizador
Este fue un sueño que duró décadas y se inició a partir del año 1994 con el aporte de un terreno donado por señor Arquímedes Díaz, un comunitario legendario. También, la obra fue comenzada con los fondos recaudados en las primeras fiestas patronales celebradas en el mismo año, aportes realizados por la Asociación de Pinareros Ausentes y la Junta para el Desarrollo de San José de Ocoa. 24 años después fue inaugurada y el acto se llevó a cabo este sábado 24 de noviembre bajo la bendición y eucaristía del obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles.
El alcalde de El Pinar, Ambioris Rossis, y el Gobierno hicieron aportes para culminar la construcción. Así lo hizo saber Rafael Pujols, del mencionado comité.
“Esta iglesia va a fortalecer nuestra fe católica. Antes las misas se realizaban en un salón ubicado al lado de la gobernación. Los feligreses estamos felices”
El nuevo templo católico de los pinareros, inaugurado este sábado 24 con una eucaristía oficiada por el obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles.
Actividades religiosas
Cada novena y eucaristía oficiada tiene un tema. Este domingo 25 de noviembre a las 6:00 de la tarde el tópico es “La misión de la familia en la Iglesia” y será oficiada por el padre José Luis Cedano. Mientras que el martes 27 se realizará la misa y procesión en honor a la Virgen de los Milagros a cargo del padre José Alfredo Rodríguez.
Se celebran, además, charlas, tardes infantiles, encuentros de beisbol y softball en el play de la comunidad y juegos amistosos entre El Pinar y Estebanía de Azua.
Las fiestas patronales son una oportunidad para exhibir las creaciones de mujeres emprendedoras las cuales elaboran todo tipo de objetos, desde cojines, canastas, hasta desarrollan la labor de tapizar muebles y otros espacios del hogar. Las técnicas fueron aprendidas a través de distintos cursos del Estado que llegaron al lugar.
La mayor representación de El Pinar es su vasta producción agrícola. Como parte de la celebración se exhiben con orgullo las grandes cosechas del año.
El reinado
Desde su primera celebración en 1994 son muchas las niñas que han soñado con ser la reina de las fiestas patronales. Y es que la comunidad se vuelve una para este evento. Se decoran vehículos donde desfilaría posteriormente la reina y su corte. Las agraciadas reciben aparatos electrónicos, facilidades de estudios posteriores y son vistas como ejemplos de la comunidad.
En la edición 2018 del evento local resultó electa como reina la joven de 16 años Marian Dicelo Encarnación Pujols; Yosairy Jacqueline Tejeda Tejeda, de 16 años ,virreina, mientras que Darianny Ramírez Mordán y Rosanna Gregorina Espinal Mordán, ambas de 17 años, fueron electas princesa y duquesa de El Pinar, respectivamente.
Aunque un reinado llegue a la imaginación como un desfile en traje de baño tal cual en los concursos de belleza, nada tiene que ver con el formato local. Los requisitos son tener un buen índice académico, la exposición de un tema, la sección de preguntas y respuestas y la presentación de una semblanza.
Dos generaciones de reinas
La profesora de matemáticas del liceo TV Centro El Pinar Ana Bertha Troncoso Macea era una jovencita de 16 años cuando se alzó como reina de El Pinar en el año 1997. Esa experiencia la cambió de por vida, hasta hoy, que se dedica por entero a la enseñanza de la matemática y la física a los adolescentes. Todavía le llaman ‘reina’ y es una figura de respeto dentro de la comunidad.
Ella cuenta su experiencia a Diario Libre: “Yo participé en el reinado en el año 1995 donde quedé como virreina. Luego concursé por segunda vez en el año 1997 y resulté electa reina. Recuerdo que en ese entonces, muy parecido a hoy en día, se tomaba en cuenta el índice académico; nos daban varios temas a desarrollar. A mí me tocó hablar de la vida y obra de las hermanas Mirabal. Se hacía énfasis en la participación en las actividades de la comunidad en los diferentes eventos culturales, y eso me permitió involucrarme en la realidad de mi campo hasta hoy día”.
Ella conserva el trofeo que recibió cuando fue reina y las fotografías que adornan la casa de su madre. “Fue algo inolvidable y me sirvió para escalar en la vida. Y aunque han pasado muchos años, esos momentos siempre estarán ahí”, relata.
Ella posee una licenciatura en Matemática y Física y una especialidad en Matemática aplicada a la Educación por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Ha desempeñado el cargo de directora docente en el liceo Los Palmaritos, un paraje de El Pinar.
A ella la llaman ex reina o reina de la comunidad: “Eso significó mucho para mí porque uno se gana el respeto de la gente y hace que uno tenga un contacto permanente con los nuestros. Las personas nos ven como un ejemplo. Me siento una maestra respetada por los lugareños”, concluye la también madre de cinco hijos.
“Eso significó mucho para mí porque uno se gana el respeto de la gente y hace que uno tenga un contacto permanente con los nuestros. Las personas nos ven como un ejemplo. Me siento una maestra respetada por los lugareños”
Ana Bertha Troncoso Macea Ex reina y docente
17 años después, en el 2014 le tocó el turno a Carmen Beatriz Pujols Mancebo, en ese entonces de 16 años. Hoy es una estudiante de 20 años de edad que culmina la carrera de Administración de Empresas por la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD).
Haber ganado como reina le permitió seguir participando en las actividades comunitarias, sirviendo muchas veces como oradora. Actualmente, en las fiestas patronales, forma parte del equipo organizador del reinado y de las actividades infantiles.
Beatriz Pujols se ha convertido en la inspiración de las niñas y adolescentes de El Pinar.
Así narra a DL: “Luego de ser reina y representar a mi comunidad de El Pinar me siento más conectada con la misma, porque representar un pueblo significa estar orgulloso de nuestras raíces por más humilde que sean. Eso significa entender que esa corona es el reflejo de El Pinar hacia otras comunidades; que esa corona fortalece nuestra responsabilidad de ser un ejemplo a la juventud, una inspiración para los niños, una esperanza para los ancianos y orgullo para nuestra familia”.
Beatriz destaca que con la coronación “abres más los ojos y te das cuenta cómo los niños te miran añorando en el futuro vivir ese momento, la corona, el desfile, etc”.
Sobre la imagen que tienen los más pequeños, la futura profesional expresa lo siguiente: “Esa mirada inocente hacia mí y hacia todas las que logramos llegar y participar nos da el mensaje de que somos el espejo en el que ellos se miran como una posible aspiración en la vida, por eso tenemos esa responsabilidad de que el accionar en nuestras vidas refleje un comportamiento en valores, con amor a Dios y respeto a nuestra familia”.
Beatriz Pujols se graduó con honores de la secundaria y va por el mismo camino hacia el título universitario.
Esa mirada inocente hacia mí y hacia todas las que logramos llegar y participar nos da el mensaje de que somos el espejo en el que ellos se miran como una posible aspiración en la vida, por eso tenemos esa responsabilidad de que el accionar en nuestras vidas refleje un comportamiento en valores, con amor a Dios y respeto a nuestra familia”
Beatriz Pujols Ex reina y estudiante universitaria
Por supuesto, las fiestas patronales de El Pinar terminan con música. Este sábado 24 se presentaron el exponente típico Krisppy y el artista urbano El Poeta Callejero, patrocinado por el Ministerio de Turismo y este domingo 25 de noviembre terminan con un local, Kilo La Magia.
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