En Las Clavellinas, San José de Ocoa, las autoridades han llevado a cabo un operativo que ha dejado más preguntas que respuestas. Entre allanamientos y discursos sobre la lucha contra el narcotráfico, hubo una acción que pasó desapercibida por muchos: la desinstalación de cámaras de vigilancia. Y aquí surge la gran interrogante: ¿Por qué en lugar de retirarlas no se usaron sus grabaciones como prueba?
Las cámaras, instaladas supuestamente por quienes operaban en la zona, podían haber sido una mina de oro para las investigaciones. En sus registros no solo podrían estar las imágenes de quienes manejaban los supuestos puntos de venta de sustancias ilícitas, sino también—y esto es lo más inquietante—pruebas de posibles sobornos y complicidades dentro del mismo cuerpo policial. Sin embargo, en lugar de rastrear los cables o la señal inalámbrica hasta los DVR y analizar el material, las cámaras desaparecieron como si nunca hubiesen existido.
El “operativo placebo”, como muchos ya lo llaman, ha tenido incluso una segunda parte, aparentemente porque en la primera no se lograron obtener todas las imágenes necesarias. ¿Es que se necesitaba editar el guion? ¿O simplemente había actores que no debían aparecer en pantalla?
En lugar de desmontar cámaras, lo lógico sería instalar más, monitoreadas desde el Sistema Nacional de Emergencias o desde el mismo cuartel de la Policía, para vigilar zonas de alto interés judicial y proteger a la ciudadanía. Pero no, se prefiere eliminar cualquier posible testigo silencioso.
Lo cierto es que este operativo parece más una cortina de humo que una verdadera acción contra el crimen organizado. Se habla de combate al narcotráfico, pero no hay evidencia concreta ni nombres expuestos con claridad. Y mientras tanto, las autoridades siguen sin responder una pregunta fundamental: ¿qué había en esas grabaciones?
La lucha contra las drogas no puede basarse en apariencias ni en acciones simbólicas para apaciguar a los de arriba. Nuestra juventud merece crecer en un entorno seguro y nuestros adultos mayores vivir en paz. Pero eso no se logra eliminando pruebas, sino atacando el problema desde la raíz.
San José de Ocoa, despierta. República Dominicana, abre los ojos. La fiebre no está en la sábana. No dejes que te engañen bajo tus propias narices.
Comentarios...