Es muy contagiosa y está ganando terreno en todo el mundo. En Estados Unidos, donde los casos y muertes por COVID-19 van bajando, hay preocupación por las personas que no se han vacunado.
La variante supercontagiosa del coronavirus llamada Delta es ahora responsable de uno de cada cinco casos de COVID-19 en Estados Unidos, y su prevalencia se duplicó en las dos últimas semanas, informaron el martes las autoridades de la salud.
Identificada por primera vez en la India, la Delta es una de las “variantes preocupantes” designadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se ha extendido rápidamente por India y Reino Unido.
Su aparición en Estados Unidos no es sorprendente. Y con el aumento de las vacunaciones y el descenso del número de casos de COVID-19, no está claro cuántos problemas causará aquí. Sin embargo, su rápido avance ha suscitado la preocupación de que pueda poner en peligro los avances del país en la lucha contra la pandemia.
“La variante Delta es actualmente la mayor amenaza en Estados Unidos para nuestro intento de eliminar la COVID-19”, dijo en la reunión del martes el doctor Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas del país. La buena noticia, dijo, es que las vacunas autorizadas en Estados Unidos funcionan contra la variante. “Tenemos las herramientas”, dijo. “Así que usémoslas y aplastemos el brote”.
He aquí las respuestas a algunas preguntas comunes sobre la variante Delta.
Se cree que Delta, antes conocida como B.1.617.2, es la variante más transmisible hasta el momento, y que se propaga más fácilmente que la cepa original del virus y que la variante Alpha, identificada por primera vez en Reino Unido. Los funcionarios de salud pública de ese país han dicho que la variante Delta podría ser un 50 por ciento más contagiosa que la Alfa, aunque los cálculos precisos de su capacidad de contagio varían.
Otras pruebas sugieren que la variante puede ser capaz de evadir parcialmente los anticuerpos producidos por el organismo tras una infección por coronavirus o una vacunación. Y la variante también puede hacer que ciertos tratamientos con anticuerpos monoclonales sean menos eficaces, señalan los CDC.
La variante Delta también puede causar una enfermedad más grave. Un reciente estudio escocés, por ejemplo, descubrió que las personas infectadas por la variante Delta tenían aproximadamente el doble de probabilidades de ser hospitalizadas que las infectadas por la variante Alfa. Sin embargo, los científicos afirman que sigue habiendo dudas.
Fuente: EFE
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