Cuando en tu vida todo marcha relativamente bien y llega la noche, esta se convierte en un remanso de tranquilidad necesario para todo ser humano.
Puedes compartir con tus familiares, disfrutar una buena cena, ver una película, leer un libro, en resumen, la tranquilidad de la noche es un momento que en la mayoría de nuestras vidas es el momento ideal del día.
Pero qué difícil es cuando se asoma este momento en tiempos de turbulencia, que cambio radical para nuestro estado de ánimo en esta etapa de nuestro diario vivir , si se fue recientemente de este mundo una persona muy querida para nosotros.
Hace poco más de un año, perdí mi padre Bernardino Maceo, cuando más lejos tenía ese momento, el destino lo sorprende con un infarto y hasta ahí llegó su existencia física con nosotros. La noche se convertiría en muy larga, angustiosa, implacable, miles de preguntas que no tienen respuesta, recuerdos agradables y no tan agradables abruman nuestro corazón.
Pero cuando sólo han pasado pocas horas, como el caso que ocupa ahora a Doña Manola, mis amigos Nelson
Manuel (Nen), Francisco y José Alberto (Joti), no quiero ni recordar lo que pasé y ellos están pasando ahora con la partida de mi vecino Nelson Soto.
Están partiendo personalidades de nuestro Ocoa que han marcado mi generación. Hace pocas semanas perdimos a mi querida Sonia Lluberes, baluarte mujer de nuestro pueblo y más allá. Sus hijos los Mellos y Erika cultivaron momentos geniales en el proceso difícil de su madre, pero jamás de los jamás se está preparado para decir adiós a una madre o un padre. Personas como fueron Nelson, Sonia y Maceo, que a quienes no le hicieron un bien, jamás ni pensaron hacerle un mal.
A propósito de estas partidas he querido escribir para los medios locales y tratar de que quienes tienen sus seres queridos con ellos hagan un stop y disfruten más de ellos. La muerte no avisa, la vida es muy pasajera, por más larga que creamos que puede ser.
Al mismo tiempo hacer un reconocimiento a la vida de muchos buenos ejemplos que no deben perecer. Las nuevas generaciones deben tratar de emular el buen comportamiento de decenas de hombres y mujeres que se nos han ido delante al encuentro con el señor, pero que sus pasos por esta vida fueron dejando una estela de buen comportamiento social, humano, de trabajo, de solidaridad y así, muchos dotes positivos que los adornaban.
Desde la distancia les doy un abrazote fraterno de condolencias a mis amigos que han perdido un ser querido recientemente y con ellos a todos los demás que también por causa de la pandemia que nos aqueja han perdido una madre, un padre, un familiar cercano, un amigo, en sí, un ser querido.
Díos los bendiga!!!
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