Felipe Ciprián
En la República Dominicana se vive un momento político tan interesante que debía ser observado por los estudiosos como un laboratorio de pruebas porque fenómenos inauditos se registran simultáneamente.
Está el debate de la probable postulación de Danilo Medina buscando la segunda reelección y la aparente decisión de Leonel Fernández de enfrentarlo en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) porque habiendo gobernado ya por 12 años, quiere regresar al Palacio Nacional sin “marcha atrás”.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) cometió la estupidez política de hacer causa común con el danilismo en el Congreso Nacional para aprobar la Ley de Partidos que establece las primarias abiertas y simultáneas como opcionales, las que eran el primer peldaño legal para impulsar el proyecto reeleccionista.
¿Si Leonel queda fuera del PLD, cómo puede el PRM atraerlo a un proyecto anti-reeleccionista?
Por igual… siendo que el PRM tenía el compromiso de seguir defendiendo la Ley de Partidos con primarias de padrón cerrado, ¿cómo es que termina apoyando el proyecto impulsado por el danilismo de primarias abiertas y simultáneas y desmadejando el Bloque Opositor?
Al día de hoy, la mayoría del electorado está dividida en dos posibles candidatos: Danilo y Leonel, pero resulta que ambos son los jefes de los dos grupos que controlan al gobernante PLD.
Están en una confrontación directa: Danilo no va a dejar el poder si quien viene a sustituirlo es Leonel porque la revancha sería inaceptable. Leonel no quiere esperar más para sustituirlo y vengarse. ¡Esa es la naturaleza del enfrentamiento!
Leonel no ha dicho que luchará contra la reelección, pero como candidato presidencial del PLD solo puede ser uno, su aspiración lo convierte en el primer anti-reeleccionista. Así tiene que verlo el danilismo y por tanto no dudará en confrontarlo.
Los conejillos a lo suyo
Casi dos años de ejercicio teórico de unidad en el Bloque Opositor se perdieron en una tarde porque los jefitos del PRM decidieron hacer causa común con el danilismo para pasar la Ley de Partidos como la quería -y ya la tiene- el actual gobernante.
Así que lo que advertí desde hace meses -de que el Bloque Opositor no existía en los hechos- se evidenció antes de que Leonel se lanzara oficialmente porque se haría imposible la convivencia entre opositores leonelistas y opositores anti-leonelistas.
Si es cierto que el centro de la lucha política está en la contradicción Danilo-Leonel (y es así), el debate de los próximos meses será sobre la reelección del actual mandatario.
Leonel no es hombre de movilizar multitudes para hacer valer la Constitución que prohíbe la reelección. De él se pueden seguir esperando disertaciones, parábolas, pero no acciones que muestren su plena disposición de sacudir al país contra una nueva reforma constitucional. Tal vez no puede hacerlo y nadie está obligado a lo imposible.
Si no es Leonel… ¿quién combatirá la aspiración de Danilo?
Ya vimos a Guillermo Moreno, aspirante presidencial por tercera vez de Alianza País, afirmar que el intento reeleccionista hay que impedirlo. Y nadie tiene que dudar que aparezcan otros partidos que se sumarán a la confrontación a una candidatura de Danilo.
Si Moreno y los demás dirigentes “opositores” se dedican a combatir la repostulación de Danilo (un problema interno del PLD), sépanlo o no, están haciendo causa común con Leonel, el mismo que combatieron durante años -incluso tras dejar el gobierno- y lo que le dio oxígeno a Danilo para gobernar y reformar la Constitución en 2015.
Constituirse en un valladar contra la repostulación de Danilo le corresponde a Leonel, no a los partidos adversarios. Su trabajo es hacer oposición, organizar y movilizar al pueblo por sus demandas fundamentales y convertir sus luchas en conciencia política para la batalla electoral.
No me digan que aquí hay dirigentes tan tontos que se dediquen a pelear contra la repostulación de Danilo para que el candidato sea Leonel.
Los opositores tienen que afinar su táctica para que no se conviertan en los mozos que servirán el pastel a sus adversarios.
Sostengo que si Danilo se entiende con los “americanos” -bienvenida Mrs Robin Bernstein- para conseguir el “plácet” para buscar la reelección, Leonel está derrotado y si se va fuera del PLD con su candidatura, no podrá unir a la oposición e impedir la reelección de Danilo.
Así Danilo no pierde
Como en el año 2016, el proyecto reeleccionista de Danilo para el 2020 solo necesita mantener dividida a la oposición y arrinconar y acallar a Leonel.
Ni siquiera necesita una Junta Central Electoral como la que encabezó Roberto Rosario, que del primer al último boletín electoral dio siempre 62% a la reelección.
¿Puede Danilo mantener dividida a la oposición? Totalmente. Para eso no tiene que hacer nada; las propias ambiciones presidenciales de los dirigentes opositores son suficientes para impedir la unidad. ¡Pobrecitos!
¿El danilismo puede maniatar otra vez a Leonel? Lo hará y necesita hacerlo para poder materializar la candidatura de Danilo para las elecciones de 2020 y le sobran herramientas para golpearlo sin piedad hasta “convencerlo” de que se haga a un lado.
No tengo dudas de que el danilismo no hará nada directamente contra Leonel (Enemigo que huye, puente de plata) pero le cortará las alas de su entorno para que no pueda volar. Pero ¡ay! si Leonel desafía al gobierno de Danilo como lo hizo frente a Hipólito Mejía cuando pronosticó que (Hipólito) quebraría los bancos y los bancos quebraron al gobierno y su reelección.
El otro será Hipólito que ya se ve perfilando una alianza Danilo+Vargas Maldonado+Hipólito para hundir a Leonel y apoyar la reelección, que si al final logra ser candidato (Leonel) será de un partido distinto al PLD, porque ahí no se lo permitirá el danilismo.
Lo digno de laboratorio es ver a los grupos alternativos y progresistas peleando contra la repostulación de Danilo para que por omisión el candidato del PLD sea Leonel, y a una parte del PRM blindarse de anti-leonelismo para que implícita y explícitamente el candidato del PLD sea Danilo. ¿Y los intereses propios de esos partidos, adónde van? Devorados por la incompetencia.
Los opositores tienen chance
La oposición -perdonen el comodín- no necesariamente está derrotada. Aun -hoy, yo no se mañana- puede luchar para disputar el poder al PLD, pero se trata de una tarea gigante reservada para líderes que no se ven en la galería.
Si hubiese un mínimo de lucidez y humildad colectiva, todos los dirigentes opositores renunciaran voluntariamente a ser candidatos presidenciales para darle paso a una figura independiente, democrática, ejemplo ciudadano (hombre o mujer), comprometido con su pueblo y con suficiente inteligencia para cumplir la misión de encabezar un frente unitario por la decencia política.
Si apareciera ese dirigente lúcido, valiente, creativo, la oposición tendría que forjar la más sólida unidad programática, formar equipos para atender en forma común los servicios políticos de la estructura: Organización, propaganda, formación, elaboración programática, primero para la lucha popular-electoral y luego para intentar gobernar obedeciendo al pueblo.
Pero la prueba de fuego fundamental de la oposición es tener un desempeño excelente en las elecciones municipales de febrero de 2020, en la que debían postularse los principales dirigentes para optar por alcaldías en todo el país.
Es lamentable que los opositores -gente bien intencionada- no tengan la humildad suficiente como para postularse para alcaldías y regidurías en todo el territorio nacional, que si resultaran exitosas, los catapultaría para dar el salto presidencial en mayo de 2020.
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