Según Wikipedia” La Nomofobia es el miedo irracional a permanecer un intervalo de tiempo sin el teléfono móvil».
A quienes padecen este trastorno se les considera personas nomofóbicas y se caracterizan por sentir miedo, pavor y temor a estar sin el celular o teléfono móvil, es decir, el nomofóbico siente que le falta algo si por alguna razón se separara del móvil, ya sea porque se quede sin batería, se le dañe o simplemente esté en un lugar donde existan algunas restricciones para usar ese dispositivo, creándose así una dependencia del celular.
Dentro de los síntomas presentados por las personas nomofóbicas, se pueden citar los siguientes:
1. Taquicardia
2. Dolor de cabeza
3. Falta de sueño (insomnio)
4. Desesperación
5. Ignorar lo que ocurre alrededor.
Según expertos en salud mental, si se ignoran estos síntomas, la patología se empeora y se vuelve incontrolable.
Uno de los grandes avances de la tecnología, es sin lugar a duda la aparición de los teléfonos móviles o celulares. Quienes vivimos la época en que para saber de nuestros seres queridos había que trasladarse de un lugar a otro, enviar una carta por correo que tardaba varios días en llegar a su destino o poner un anuncio en los medios de comunicación cuando fallecía un familiar, sabemos perfectamente de la importancia de este desarrollo. Con el paso del tiempo este importante avance ha sido complementado con el novedoso e importante internet inalámbrico y, con él, las redes sociales que son excelentes herramientas de comunicación para los humanos; Sin embargo, y como en todos los ámbitos de la vida, estos servicios pueden convertirse en enemigos de la salud si no se hace uso racional de ellos.
Hoy en día más de la mitad de la población: adultos, jóvenes, adolescentes y niños, posee un teléfono-celular, siendo los adolescentes los más proclives a crear dependencia del mismo por la etapa en la que se encuentran.
Esta patología se manifiesta por un deseo insaciable por tener el último modelo de teléfono inteligente del mercado, estar conectados a internet, contestar mensajes, realizar o recibir llamadas o estar pendientes de todo lo que se publica en las redes sociales y lo que comentan sus amigos sobre ellos, ya que sienten necesidad de aprobación y atención por parte de los amigos virtuales (son dependientes de los demás). Esta situación conlleva a la persona inclinarse por estos tipos de relaciones sociales, dejando de lado el contacto físico que es tan importante para todo ser humano.
En los últimos tiempos, este trastorno está invadiendo a una gran parte de la población, afectando la productividad en el trabajo, la atención al cliente, las relaciones familiares, el matrimonio… hasta el punto de que si no somos conscientes de esta realidad y dejamos de ignorar esta «pandemia» que poco a poco nos invade, terminaremos siendo personas apáticas, indolentes, con baja autoestima, excluidos sociales y en última instancia adictos a los dispositivos móviles.
Según expertos en la materia, la nomofobia es una adicción como cualquier otra, por ejemplo: un fumador hace lo que sea para conseguir un cigarro a fin de satisfacer esa necesidad, o un alcohólico si tiene deseo de tomar; lo mismo hace el homofóbico, enloquece si por alguna razón no puede tener consigo su celular.
Para frenar este trastorno, el afectado debe ser consciente de que está mal y, que necesita ayuda, relacionarse con personas del entorno y establecer con ellas comunicación cara a cara, fortalecer las relaciones familiares y dialogar de manera física con los que pueda, valorarse como personas, tratar de trasladar las relaciones virtuales a la realidad, entre otros.
Recomendaciones:
Cuando la adicción al celular todavía es controlable, es recomendable hacer un listado con los usos indispensables del celular y usarlo solo en esas ocasiones, absteniéndose de usarlo en actividades como: reuniones familiares, encuentros de trabajo, citas íntimas, baños, al conducir, entre otros.
Termino reiterando que la aparición de los teléfonos móviles ha sido y es uno de los avances más significativos y productivos de todos los tiempos; no obstante, es importante entender que estos son solo un recurso puesto a nuestra disposición para facilitar la vida y que no se debe llegar al extremo de hacernos dependientes de los mismos y mucho menos sustituir el contacto físico con las personas por la comunicación virtual, pues todos necesitamos de un abrazo sincero y un contacto personal con nuestros seres queridos.
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