Todavía no he logrado descifrar la contraseña para poder transitar libremente durante el «toque de queda». Sé que bajo la sábana de lo esencial, se cobija parte de este tránsito y por eso, la administración estatal otorga algunos permisos. Pero hay mucha distancia de ahí a la permisividad con que transitan vehículos de 2 y 4 ruedas y mucha gente a pie.
Y no es un «decir». Ocoa está llena de cámaras de seguridad y basta con revisar algunas para corroborar lo que estoy manifestando. Eso no lo puede tapar nadie, y me disculpan los más sensibles.
Para que las medidas sean efectivas, nadie puede estar por encima de la ley ni de disposiciones extraordinarias como este «toque de queda».
Cuando los bomberos tocan la sirena de advertencia, a las 6:45 p.m., quienes queremos que se respete la ley y la autoridad, nos apresuramos a nuestras casas. No podemos evitar sentirnos un poco «pendejos» cuando, dos horas más tarde, vemos a muchas personas que, al parecer «tienen la contraseña» para desafiar el toque de queda y cualquier disposición colateral.
Ojalá no lo tomen a mal y actúen en consecuencia. No dudamos de la buena fe de las autoridades. Pero si dudan, solo recuerden revisar las cámaras de seguridad.
Si el toque de queda es para preservar vidas, nadie debe estar por encima. Todos debemos ser iguales ante la ley y las instituciones del orden.
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