Por: Asdrovel Tejeda
Como otros años estuve en Ocoa en las patronales, no en vano, es el momento idóneo que convoca a hijos de Ocoa regados como la verdolaga por el mundo.
Como en años anteriores, me reencontré con amigos y conocidos residentes en España, Argentina, Chile, Panamá, Puerto Rico, Miami, New York, New Jersey, Pensilvania, Connecticut, Atlanta, Toronto, etc. Sin obviar a los que residen en Ocoa y otros puntos cardinales del país dominicano.
Como siempre, mucha gente, mucha, variopinta, de diferentes lugares del país y del mundo, increíble y, como siempre, los alegatos de los buenos sobre la contaminación de las patronales, del sucio, de los problemas del parqueo, del ruido, del secuestro del parque, que eso no es así, de la santidad, de los recuerdos, de que si en el pasado eran mejores con la corrida de cintas, la carrera de sacos, el palo encebao’ la fiesta en el club para socios e invitados y el pasadía en el tres rosas, las novenas y la procesión. Algo así como estar anclados en el tiempo resistiendo los cambios que la DINÁMICA del tiempo da.
Me apena, de los buenos cuanti perfectos señores de capa y espada, no solo la triste visión de:” pasado esplendor reliquia fría” sino que no sean capaces de articular una estrategia de crecimiento usando la visita de más de cien mil personas en los once días de marras, porque inmediatamente después de las patronales entra la nada absoluta y cualquier actividad moviliza escasa concurrencia ( esa es la visión de los buenos,!servir a pocos para ser servidos en los altares del ego).
En los “aciagos” días de la patrona, entran a los negocios formales e informales, miles de pesos que de alguna manera dan sostenimiento a los negocios por el resto del año. Pero mucho más lejano, vende a Ocoa, es la mejor y menos costosa propaganda y a la vez, invita al retorno de los que se fueron y eso en sí, tiene un peso sociológico incomprendido por los buenos y áureos Ocoeños de la verdad verdadera.
Ocoa, como el pais, no es el mismo, nunca más lo será, otrora habían tres millones de personas en todo el territorio nacional. El casco urbano de la ciudad tenía como mucho tres o cuatro mil personas, ahora NO, hay diez millones de dominicanos mal contados, Ocoa triplica el número, con cantidades de calles y barrios; anteriormente Sabana Larga quedaba cerca de la luna, ahora está a la vuelta de la esquina ( solo para poner un ejemplo) lo que es más, no habían tantos “extranjeros”. Piensen buenotes, piensen.
En veinte años,no va existir, ni país dominicano y posiblemente Ocoa tendrá otro nombre, que les parece Gonaive?
Tenemos en total 48 mil kilómetros2, no podemos expandirlos, ni secar las costas, ni inventar islas, cada Ocoeno, cada dominicano que se va ( Todos quieren irse a limpiar posaderas al extranjero) deja un espacio vacío que es ocupado por un HAiTIANO, quienes a su vez, quieren irse a dominicana.A lo que sea; aupados y sostenidos por los buenos que le pagan salarios de hambre en desmedro del dominicano que quiere irse ¡a trabajar en limpieza y a ver si cojemos cupones, engañamos al welfare y nos metemos en un proyecto ( la mayoría de las veces mucho más peligrosos que cualquier barrio dominicano, pero en nueva yol) o a vender material para comprar un carrote grandote, ponerle aros “jevi” y unos bocinones que cuando se prendan, la gente sepa que aquí va Ñeñeco el hijo de Ñeca la del bizco; hacerme un caserón en el barrio pa’ echarle un vaineo a los tigres y mudar dos menores. De seguir la situación ( no veo solución inmediata, uno por aspectos económicos, valores decadentes, poca reafirmación ciudadana, no credibilidad política y para colofón, los buenos viven sumergidos en el”pasado esplendor reliquia fría”).
Mientras las patronales reciben el flagelo de algunos, pudiendo ser un motor de arranque afirmativo, no oigo ninguna bulla en los espacios que perdemos, desde lo político a lo geográfico, verbigracia, tenemos un gobernador Azuano, un diputado del mismo origen y que bueno, los de aquí no están en eso. Ahorita me entras como a la conga, pero es verdad, pero verdadera.
Ojalá hagamos una reflexión ( de verdad, sin tener los dedos cruzados) y nos dispongamos a sacar beneficios reales de las controvertidas fiestas, tanto que sean capaces de llevar gente a los otros eventos que se producen en la ciudad. Mientras tanto, me despido, practicando el idioma que pronto será nacional, con el auspicio de los buenos y doctos: Te voir no se voit plus tard.
Comentarios...