Por Omar Ureña
Puede parecer fácil redactar un artículo, sin embargo, este me ha dado toda clase de problemas para iniciarlo, se me bloquea la mente, se me anula totalmente la razón, me levanto de la silla, respiro profundo, doy una vuelta, le pido a Dios que sea Él quien disponga de su luz, para que se haga realidad que este ser humano que es mi prójimo y que presenta dificultades motoras, pueda recobrar su estado, aunque ya no se pueda recobrar cien por ciento, pero sí, que pueda valerse por sí misma.
En una madrugada cualquiera recibo en mi Facebook una invitación de la joven que les voy a presentar, el cual no soy muy dado a recibir cuando tienen pocos amigos, por eso de los perfiles falsos. A ella la recibí, dándome enseguida las gracias por aceptarla.
Minutos más tardes me envía un audio explicándome su situación y por escucharse en un tono muy bajo, le pedí que me explicará nueva vez porque no pude oír nada.
La mujer de quien les hablo le llaman Martha De Aza, madre de tres hijos, soltera y sin entrada económica, ni ayuda de nadie para el sustento diario. Nos cuenta esta joven los días de hambre que ha pasado, las carencias que toman el ribete de la indigencia, porque solo tiene una casita de bloques, una estufa con tres de las cuatro hornillas dañadas, lo que origina un escape de gas y convierte la situación mas tétrica de lo que podemos imaginar.
Esa es una parte del panorama, la otra es su estado de salud, la cual lleva alrededor de un año y largos meses postrada en una silla de ruedas, producto de un accidente en víspera de la Semana Santa anterior, donde el motor en que se desplazaba colisionó en ese entonces, muriendo en el acto su acompañante quien era su nuero.
Ella quiere recobrar la salud y poder trabajar, tiene desde el 23 de agosto del 2016 perdiendo citas con el doctor, siendo de esta manera su futuro sombrío, porque no tiene de donde echar manos.
Acude a la solidaridad de la población y de cualquier autoridad que se apiade de su vida, con la contribución que puedan, para por lo menos tener lo básico y no morir de hambre y con los pasajes para desplazarse hasta el hospital Darío Contreras y así terminar sus chequeos rutinarios.
El teléfono de De Aza para contacto directo con ella es el 849-284-1594.
Que sea el Señor que le recompense…
¡Si ombe si!
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