Por Francisco Luciano
El esfuerzo del Partido de los Trabajadores, y su candidato Fernando Haddad, en Brasil, tuvo dese el principio como meta clasificar para ganar el derecho a disputar la presidencia de ese país en una segunda vuelta. Ese propósito ha sido logrado, por lo que, quienes interpretan la votación del PT y su candidato como una derrota, podrían sufrir de insomnio durante los próximos cuatro años.
A partir de ahora se inicia una nueva campaña electoral con solo dos contendores:
Bolsonaro candidato de la ultra de derecha, fascista confeso y orgulloso de su pasado de militar torturador al servicio de la dictadura militar que vivió es ese país, que ha prometido continuar el plan del actual gobierno golpista encabezado por Temer, en la decisión de destruir al Estado de Brasil, regalando al sector privado nacional y extranjero el patrimonio público propiedad de todos los brasileños.
Fernando Haddad que promete garantizar la democracia, trabajar para recuperar la economía nacional e invertir en las políticas sociales, como la educación, la salud y financiamiento de la mediana y pequeña empresa, lo que equivale a decir, a invertir en la gente. Además de preservar el patrimonio del Estado de Brasil como garantía para generar un clima de confianza y regulación de la libre empresa, tal y como ocurrió en los gobiernos anteriores del PT, que encabezaron Lula Da Silva y Dilma Rousseff.
El panorama, si bien coloca a Bolsonaro en una posición ventajosa, al ganar cómodamente la primera vuelta electoral, no menos cierto es que promete presentar una lucha descarnada batalla que puede arrojar resultados dramáticos e incluso invertidos a los de los acontecido en las votaciones del pasado domingo siete de octubre. Esto así, porque se trata de una nueva elección donde factores diversos y complejos van a incidir.
La capacidad para sumar aliados de cara a la segunda vuelta será determinante, y un factor muy importante, es que Haddad será la novedad del proceso pues logró, en poco menos de treinta días de campaña, despegar desde un pírrico 4% y lejano noveno lugar, a un honroso segundo lugar con casi el 30% de los votos emitidos a su favor , en una tendencia que de combinarse con el alto rechazo, que según todas las encuestas, persigue a Bolsonaro, podrían colocar a Haddad y al PT al frente del ejecutivo brasileño a partir del próximo primero de enero 2019.
Varios de los candidatos que obtuvieron una votación significativa , Ciro Gomes, (tercer) y Guilherme Boulos, han dejado clara su intención de no respaldar al candidato del fascismo como se conoce a Bolsonaro, aunque la decisión final está sujeta a la consulta que harán las cúpulas de sus respectivos partidos, es decir que presentan tendencia a inclinarse formalmente por Fernando Haddad y eso, además sumar al PT sus fuerzas organizadas, incidirá o motivará a votar en su favor, a buena parte del 11% de electores que votó en blanco o indecisos el pasado siete de octubre.
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