El amor es un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
Esta es sin lugar a dudas la definición de amor que más me gusta porque es una concepción abierta que deja al descubierto todo lo que encierra esta palabra tan pequeña, pero de tanto valor como lo es el amor.
Hay distintos tipos de amor, entre los cuales se pueden mencionar cuatro representaciones características de éste que son: Eros, Storge, Philia y Agape. Estas palabras son derivadas del vocablo griego y son una simbología del amor romántico, familiar, fraternal y divino de Dios.
Sin restarle importancia a cada uno de los tipos de amor, en esta ocasión quiero circunscribirme a hablar únicamente del fraternal.
Según algunos escritos, la palabra Philia es de origen griego y hace referencia a aquel amor y respeto que se tiene por los seres queridos, es decir, amigos y personas cercanas.
Este tipo de amor está estrechamente relacionado con una fuerte unión afectiva entre las personas.
Philia se considera el tipo de amor más extenso de la Biblia, pues busca enarbolar el amor y cuidado al prójimo, la cooperación, el compromiso y el respeto que se deben tener las personas cercanas independientemente de que entre ellos exista o no un vínculo familiar.
A pesar de la relevancia de este tipo de amor para tener una sociedad más justas, seguras y armoniosas, poco a poco se ha ido perdiendo esa coyuntura, confianza y respeto que debe existir para que este amor pueda prosperar.
La palabra de Dios (Biblia), nos dice » y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». Así mismo nos da un sabio consejo: «Mirad pues que nuestro amor no se enfríe».
En ese sentido, también el libro sagrado nos insta diciéndonos «En cuanto dependa de vosotros estad en paz con todos». Haciendo énfasis así en la importancia de este amor. Estamos viviendo tiempos difíciles en los que practicar el amor es cada vez más desafiante, debido a que si es con nuestros jefes nos tildan de «tumba polvo», si es con persona de nuestro mismo sexo, o del sexo opuesto, igual somos juzgados y criticados, si es alguien con una posición económica más alta que la nuestra, entonces estaríamos buscando ventajas… en todo caso la realidad es que estamos viviendo tiempos malos y peligrosos donde a lo malo se llama bueno y a lo bueno llaman malo. No obstante, lo que Dios quiere de nosotros es un corazón sincero, que no guardemos rencor, que perdonemos y estemos siempre dispuestos a amar por encima de toda circunstancia. Ahora bien, todo lo que hagamos debemos hacerlo como para el señor y como él escudriña lo más profundo de nosotros y somos conscientes de que no le podemos engañar, debemos tratar siempre de amar sinceramente y aprender a decir una de las palabras más difíciles de pronunciar en estos tiempos y a la vez difícil de regalar; » perdón».
Hoy muchos celebran y otros vemos celebrar el Día del Amor y la Amistad, unos compran costosos regalos para tratar de reparar el daño hecho durante el año a sus amigos, parejas o familiares, otros quizás lo hacen para no dejar pasar desapercibido este día y unos pocos que solo repiten una acción que ya tienen por costumbre, ser detallistas.
De cualquier modo, quiero sembrar en mis lectores una valiosa enseñanza, Dios quiere que nos amemos unos a otros sin importar que seamos menospreciados, desvalorizados o aislados. Entiendo que el 14 de febrero es solo un día comercial, pero si de algo nos sirve que sea para volver a empezar; para dar más amor a nuestros seres queridos, buscarnos dejando de lado los rencores, malos pensamientos, desacuerdos, envidia, celos y cualquier otra cosa que no nos permita relacionarnos de manera sincera con los demás.
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