Por: Marcos Soto Tejeda
La noche del 12 de diciembre de 1878 se produjo en San José de Ocoa un atentado en contra del General Wenceslao Figuereo, quien en ese momento era el Gobernador de Azua. La historia de este acontecimiento causó un gran impacto en la sociedad ocoeña de la época, por tratarse de los personajes envueltos en dicho atentado.
En el hecho resulto el citado Gral. Figuereo herido de un disparo en una pierna. Las investigaciones preliminares sobre el incidente fueron realizadas por el alcalde de Ocoa, señor Manuel De Lara, quien determinó que los principales sospechosos, eran Dionisio Cabral Alcántara, José Dolores De Soto y Silverio De Soto (Mivico).
De acuerdo a comunicaciones cruzadas entre las principales autoridades de la provincia, se puede determinar que las causas de dicho atentado fueron las rivalidades policías que existían entre los bandos que se disputaban el poder en ese momento. Los conflictos que originaban dichas rivalidades fueron informadas al ministro de Interior y Policía en ese momento, Gral. Cesáreo Guillermo, mediante una comunicación que le enviara el Gral. Wenceslao Foguereo desde Azua el dia 10 de diciembre de 1878, en la cual informaba que tanto en el Maniel como en la frontera estaban ocurriendo algunos conflictos políticos y que para tranquilizarla, era recomendable que se nombrara al Gral. José María Cabral, para que pasara por San Juan de la Maguana y Las Matas de Farfán, a fin de tranquilizar la zona.
Volviendo a la noche del atentado, es la propia víctima que alegó reconocer en medio de la oscuridad, a Dionisio Cabral como uno de los autores del atentado; en tanto que a Silverio De Soto solamente lo reconoció mediante el testimonio de un tal Felipe Pinales. Hay que resaltar que Dionisio Cabral Alcántara y Wenceslao Figurero eran compadres y según éste se profesaban afectos. En cuanto a José Dolores De Soto, a quien identifica como el verdadero autor del atentado, lo señala porque esa misma noche había dicho en una reunión que Cesáreo Guillermo no se sostenía por mucho tiempo, porque lo iban a tumbar y además porque había dicho en Azua que si Figurero venia al Maniel lo mataría.
Todo esto figura en los interrogatorios practicados al Alcalde de Ocoa, señor Manuel de Lara la misma noche del atentado, según un expediente obtenido por el Magistrado Manuel Alexis Read Ortiz en la Gobernación de Azua, el cual reposa en el Archivo General de la Nación.
El 14 de diciembre de 1878 el Gral. Cesáreo Guillermo, Ministro de Interior y Policía, le informaba al Gral. Antonio M. Castillo que, en vista del atentado acaecido, le ordenaba salir de inmediato para San José de Ocoa y que de paso por Bani se hiciera acompañar de 15 oficiales de su confianza para que investigara sin descanso todo lo relacionado con el atentado y redujera a prisión a los culpables y los enviara a la capital bajo estrictas medidas de seguridad.
En ese mismo día, el gobernador interino de Azua, José de los Santos Obando, le comunicó al ministro de Interior y policía que el día 13 de diciembre regresó de San José de Ocoa el Gral. Juan de Vargas con la buena noticia de la mejoría del Gral. Figurero, es decir, apenas un día después del atentado, lo que evidencia que la vida de la víctima nunca estuvo en grave peligro.
El día 25 del mismo mes, el gobernador interino de Azua, le comunicó al ministro de Interior y Policía, que cuando se disponía a salir para San José de Ocoa a cumplir con sus obligaciones, fueron traídos a la provincia los acusados: Silverio De Soto, Dionisio Cabral y José Dolores De Soto, con los primeros interrogatorios practicados al Alcalde de Ocoa, nombrando de inmediato al coronel José del Carmen Figueroa como juez de instrucción para que ampliara las investigaciones y de esa manera evitar que los enemigos políticos del gobierno censuraran el procedimiento legal.
Sin embargo, y aunque la propia víctima pidió que se tomara en cuenta el grado de complicidad del acusado José Dolores De Soto, ya que entendía que sería muy sensible que un padre de familia desapareciera por un delito tampoco complejo; ante esa situación el gobernador interino intervino señalando que desistió de su intención, reconociendo la incompetencia del Alcalde de Azua que había suspendido la ejecución, por lo que tenía a los reos confesados y preparados para su fusilamiento.
Sin embargo, y a pesar de lo débil que resultaron los interrogatorios realizados por el Alcalde de San José de Ocoa, Manuel de Lara, así como las debilidades de las pruebas que hasta ahora hemos encontrado en el expediente y además porque los militares irrespetaron las órdenes superiores de trasladar los acusados a la capital, estos fueron fusilados en Azua el dia 3 de enero del año 1879, según consta en documentos firmados por el Comandante de Armas de Azua y otros funcionarios del municipio.
En este sentido, es importante resaltar que J. Agustín Concepción en su libro Un siglo de Vida Ocoeña, señala que el fusilamiento fue realizado el 23 de diciembre de 1878 en Ocoa, cuando en realidad el hecho ocurrió en Azua el 3 de enero de 1879, probablemente en el Cementerio azuano, según documentos encontrados hasta el momento.
Es evidentemente que dicho fusilamiento fue más por razones políticas que legales. La ausencia del debido proceso, sin la intervención de un juez, ni una sentencia y que los acusados no fueran asistidos por abogados en su defensa, demuestra que el caso revistió poca complejidad, ya que al día siguiente del atentado se informaba que la salud del Gral. Foguereo había mejorado, además de que la Constitución de la época en su Título II, sobre la Garantía de los Dominicanos, establecía en el Articulo 11, numeral 1 la inviolabilidad de la vida humana, “Quedando para siempre abolida la pena de muerte”.
En cuanto al fusilado José Dolores De Soto, es oportuno señalar que, en la familia De soto de aquellos tiempos, era una costumbre utilizar el “De” delante del apellido, de ahí que partiendo de José Dolores De Soto Aristy, padre del autor de este reportaje, aparecen José Dolores De Soto Tejeda, abuelo y Juan De Soto Germán, bisabuelo.
En ese sentido y tomando en cuenta que José Dolores e Soto Aristy nació el 6 de agosto de 1882, se puede colegir que el nombre completo del Soto fusilado era José Dolores De Soto Germán. Este último había ocupado el cargo de comandante de Armas de San José de Ocoa en septiembre de 1878, en sustitución de Manuel B. Aguasvivas. Algo parecido sucedió con la familia Cabral, pero esta vez con el nombre “Dionisio”, el cual fue utilizado por varios parientes, entre ellos Dionisio Cabral De Luna, Dionisio Cabral Alcántara, Dionisio Cabral Tejeda y Dionisio Guzmán Cabral.
A la hora de la muerte de Dionisio Cabral Alcántara, éste estaba casado con Eladia Tejeda Soto (Lalä), quienes eran los padres de Dionisio y Manuel Heriberto Cabral Tejeda; mientras que José Dolores De Soto German estaba casado con María de los Ángeles Tejeda, abuelos de mi padre.
Fuentes:
1)- Comunicaciones manuscritas y reproducidas por Luis Subero Soto
2)- Un Siglo de Vida Ocoeña (1858-1958), de J. Agustín Concepción.
3)- BANI: Raíces Banilejas, del Dr. Vetilio Manuel Valera Valdez (año 1998)
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