Por Omar Ureña
Muchas personas sin proponérselo entran en la historia de sus pueblos, sin haber hecho hincapié para lograr esa hazaña. En la historia reciente San José de Ocoa registra hechos relevantes con personalidades nuestras, que tendrán que ser recordados a lo largo del tiempo, independientemente de si dejan o no huellas que lo catapulten para la eternidad.
La primera figura absorbida por la historia de Ocoa, tenemos al más grande de los ocoeños de todos los tiempos. Entregó su vida y sus fuerzas, dejando en todas las comunidades de la provincia su marca de amor, por aquellos nacidos con menos suerte. Hablar de esta personalidad inmortal nos llevaría mucho tiempo, por lo que, nos circunscribimos a mencionar su dulce y abarcador nombre: El padre Luis Quinn, a quien también se le conoce como El Guayacán, dejó obras de infraestructuras en todo nuestro territorio, que ni todos los gobiernos juntos han podido realizar, para beneficio de los pobres.
Tenemos a bien recordar un discípulo del padre Luis Quinn, que ha demostrado un apego especial por esta tierra del Guayacán. Hace poco dejó el cargo que ostentaba por el voto popular, sin embargo, sus ejecutorias a favor de personas vulnerables que viven en condición de pobreza, las sigue llevando a cabo con recursos propios de sus empresas, lo que demuestra su condición de filántropo.
No necesita mucha mención, porque sus obras hacen el ruido que llega a los oídos de aquel que fue su profesor, dormido en la paz del Señor y que sus restos descansan en la parroquia San José.
Todos lo conocemos, es amable, de trato exquisito, es HUMANO y lo escribo en mayúsculas porque aún así el mismo término es diminuto para lo grande que es el senador inmortal de Ocoa, don Pedro Alegría Soto.
Otra persona que entro a la historia de este pueblo como el único que ha ocupado la posición ejecutiva de la institución que hoy dirige en tres ocasiones, de manera consecutiva y que ha transformado el casco urbano del municipio cabecera, es un joven político del que sus adversarios no han podido demostrar las difamaciones hechas a lo largo de sus periodos al frente de la cosa pública, es el alcalde Aneudy Ortiz Sajiun.
Ocoa era prácticamente una aldea con edificaciones, calles, aceras y contenes deteriorados y gracias a la capacidad de gestión, la determinación de dejar un legado para las próximas generaciones y su energía de joven para conseguir obras, hoy puede gritar voz en pecho que lo ha hecho bien.
Así sucesivamente tenemos a Esther Minyetti, como la primera mujer ocoeña en ocupar un asiento en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional.
En la Gobernación tenemos a Leovigildo Bello como primer funcionario de la provincia que representa a un jefe de Estado en el gobierno del ingeniero Hipólito Mejía.
En el gobierno actual tenemos la genuina representación femenina que día a día trabaja para el gobierno de Luis Abinader, quien a sus dos meses y algunos días en la posición, viene sembrando esperanza y fe para el porvenir, está labrando los surcos para recobrar la confianza de la ciudadanía, está demostrando que la fuerza y la determinación, no está exclusivamente en el género masculino, que las mujeres son igual o más capaces que los hombres, sobre todo en una sociedad machista, se impone la regia figura de la primera mujer gobernadora de San José de Ocoa..
Ella es Josefa Oliva Castillo Aguasvivas, gobernadora civil, por lo que se percibe es incansable, está dispuesta a asumir con gallardía y entusiasmo un cambio de paradigma, que enrumbe a nuestra provincia por senderos de prosperidad.
Estas figuras se quiera o no, están inscritos en ese libro de la historia que las generaciones por venir tendrán que mencionar, unos por ser primeros, otros por la misma condición y porque dejaron huellas en sus gestiones y aún después de las mismas.
¡Si ombe si!
Comentarios...