SAN JOSE DE OCOA.- Con 92 años de edad, enfermo de los riñones y con otros achaques, Fello Olaverria, Fello”Guagua” explica que duró más de 64 años como chofer de la ruta San José de Ocoa a Santo Domingo y más tarde en la ruta Ocoa-Mahoma-Rancho Arriba. Asegura que por su condición ya no le permiten conducir pero tampoco le ofrecen una ayuda a pesar de los años que prestó servicios.
“Me hicieron una operación de la vista, perdí un ojo, razón por la cual ya no me permiten manejar, y lo que hago es que me tiro un saco al hombro y voy a La Placita, compro vegetales y los revendo para subsistir”. Explica Don Fello.
Mediante una entrevista de comunicador Frank Casado, el destacado municipe dijo que desde temprana edad, residiendo en la calle 30 de Abril, hijo de Balén Olaveria y Felicia Antonia Ciprían, a la edad de 10 años inicia como cobrador de guaguas, y luego como chofer.
Actualmente reside en Sabana Larga, aquejado de varios problemas de salud, viviendo desde hace unos seis años con una Sonda, por problemas en los riñones, problemas en la visión, pero lo que más le interesa es que le reparen su casita, que le sea cambiado las tablas de manaclas por blocks y le sea colocado un nuevo techo de zinc, para evitar las goteras cada vez que llueve.
¿Don Fello como está usted? Le pregunto…Muy bien, aquí vivito y coleando, jejejeje…me responde dejando escapar una sonrisa la cual ya era conocida por mí, pues conozco a su familia algunos de sus hijos quienes tienen esa misma sonrisa. -Venga acá Don Fello y cuando usted llega a vivir en Sabana Larga?.
Don Fello se arregla en su sillón, como queriéndome decir, prepárate para que escuches una gran historia…y la verdad, no me defraudó.
Fue el cobrador de la primera guagua que llegó a Ocoa, era propiedad de Rindo, Moncito Núñez era el chofer. Más tarde le asignaron ser el chofer de la misma. “Viví toda gran parte de mi vida en la calle 30 de abril, en el sector Pueblo Abajo de Ocoa”, expresó.
En su época, nos cuenta, los pasajeros tenían que ir a inscribirse la noche antes, para pasarlos a buscar por sus casas a las cuatro de la madrugada, y ya en Santo Domingo, se dejaba a cada uno en su domicilio, por el módico precio de cuarenta centavos como pago del transporte.
Sus días transcurren en esta casita, cuyo sueño es ver terminada para lo cual solicita ayuda para comprar blocks, cemento y varilla, para ver pasar sus últimos días en un hogar digno.
“Necesito unos 400 block, cemento y varillas para poder terminar mi ranchito, y colocarle zinc nuevo, ya las goteras no tengo como taparlas”. Termina clamando “Fello Guagua”, esperanzado que esa ayuda le va a llegar a través de este medio.
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