Falleció este martes a los 100 años de edad el destacado empresario Marino Alberto González Pujols (Marino González), tras presentar quebrantos de salud en los últimos meses.
El deceso se produjo en su residencia de la avenida Canadá del municipio de Ocoa. Sus restos serán velados en la Funeraria Sánchez de la referida comunidad y sepultado este miércoles en el cementerio del sector Pueblo Abajo.
Estuvo ligado a la panadería y ferretería, entre otros negocios.
Sus hijos Miguel González Tejeda (Fallecido), Irisneyda González Tejeda(Fallecida), Milda González Tejeda(Fallecida), Altagracia González Tejeda, Marino González Tejeda, Giancarlo González Tejeda, Elíseo González Pérez, Altagracia González Pérez, Luis González Pérez, Viriato González Pérez y José González Pérez.
Su esposa Teodolinda Tejeda Lara, la cual estuvo acompañándolo en hasta sus últimos días en la tierra.
Marino Alberto González Pujols (Marino González)
Marino Alberto González Pujols (Marino González) El jueves veintiuno (21) de septiembre de mil novecientos veintidós (1922), la unión matrimonial formada por los señores José del Carmen González y Ana Lucía Pujols (fallecidos) trae a la luz del mundo al niño al que pondrían por nombre Marino Alberto, el que con el paso del tiempo se habría de convertir en uno de nuestros comerciantes más prósperos y destacados.
De origen humilde, nacido en Arroyo Colorado (Azua), don Marino González comienza a inclinarse por los negocios llevado de la mano de su madre, la que le preparaba panes y bombones para que éste los vendiera, sellando desde entonces su apego al exigente y competitivo mundo del comercio.
Su niñez, como la de la mayoría de los niños dominicanos de su estrato social fue sumamente difícil, teniendo que levantarse diariamente en horas de la madrugada para luego ir a la comunidad de Parra, donde se encontraba ubicado el tanque del acueducto, para transportar sobre un asno (burro) varios “viajes” de agua que vendía en la calle Colón, para la época por la suma de 40 centavos, con los cuales sus hermanas le guardaban la comida cuando regresaba de la escuela y para hacer más difícil su situación estudiaba en horario de la mañana, lo que explica el porqué tenía que madrugar en la venta del preciado líquido.
Apenas alcanzó el sexto grado de la educación primaria, lo que choca abiertamente con su formación ya que con don Marino se puede hablar y profundizar sobre temas cardinales para la sociedad dominicana y aunque de manera empírica, posee conocimientos en áreas como Economía y Comercio, lo que explica su éxito en los negocios; lo mismo que sobre Sociedad y Política, rama esta última por la que siente una gran pasión y dice agradecerle a la misma parte de su formación.
Entre sus maestros recuerda al señor Antonio Sajiún y a Manuel de Regla Pujols, de quienes recibió las primeras enseñanzas en una escuelita ubicada en la intersección formada por las calles San José y 12 de Julio (hoy Manuel de Regla Pujols, precisamente), en donde tuvo como compañeras de clases a las hermanas Patria y Daysy Rojas, entre otros compañeros con los que compartió sus años de estudiante.
Marino Alberto González Pujols es el primero de una prole de 14 hijos procreados por la unión matrimonial González-Pujols y por fortuna le sobreviven en la actualidad la mayoría de éstos.
Llega a San José de Ocoa a la edad de siete (7) años procedente de su comunidad natal para instalarse en un solar ubicado en la calle 16 de Agosto de nuestro municipio; solar que su madre había adquirido fruto de su esfuerzo y del sudor de su frente y donde precisamente funcionan sus negocios en la actualidad.
Rememora con verdadero orgullo los días en los que su progenitora trabajada en la venta de panes y bombones, aprovechando los rezos para vender en ellos sus productos; productos que han estado indisolublemente ligados a la vida de este ocoeño ejemplar.
Don Marino González se dedicó formalmente a los negocios a la edad de 17 años, dedicándose exclusivamente a pequeños negocios por falta de capital; negocios que gracias a su dedicación y esfuerzo ha echado a andar haciendo de los mismos la fuente de sustentación de su hermosa familia, la que siempre ha tenido en él a un paradigma y a un vivo ejemplo a seguir.
Al cumplir los 22 años de edad decide formar su familia, por lo que se une en matrimonio con la joven Teodolinda Tejeda Lara (doña Tidola) el día 23 de diciembre de 1944, a la que conoce cuando ambos se desempeñaban como profesores de una escuela de emergencia, en plena era de Trujillo, con la que procreó 6 de sus 11 hijos, siendo éstos: Miguel Vinicio, Irisneida, Nilda Maritza, Omar, Milagros y Marino Alberto González Tejeda.
Recuerda que puso un pequeño negocio en la calle 16 de Agosto, al lado de la panadería “de un señor llamado Luis” y nos cuenta que protestaba cuando le pagaban en dólar por la molestia que le producía el tener luego que canjearlos, pues para la época corría la moneda norteamericana. (No olvidemos que es a partir de 1947, con la creación del Banco Central cuando se crea el peso oro dominicano, hoy peso dominicano).
A propósito de tan importante institución rectora, preciso es señalar que “El Banco Central de la República Dominicana fue creado por la Ley Monetaria y Bancaria de mil novecientos cuarenta y siete (1947) como el Banco de la República Dominicana, y es responsable de regular el sistema bancario y monetario en el país”.
En cuanto a la actividad comercial y muy especialmente en lo que respecta a su ya legendaria entre los ocoeños Panadería Ocoana, dice haber nacido en ella, que fue un negocio instalado por su madre que luego él expande, instalando del mismo modo en el año mil novecientos noventa y dos (1992), aproximadamente, la Ferretería González, la que funciona como una compañía, pues es don Marino una persona metódica y organizada en sus negocios y entiende que ahí radica el éxito de los mismos, y precisamente el trabajo constante, la dedicación y el esfuerzo han sido sus armas de combate para triunfar en la vida en sus diferentes facetas, tanto comercial como personal y familiarmente.
Se inicia en la actividad política de manera organizada en el año mil novecientos setenta y tres (1973) cuando el profesor Juan Emilio Bosch Gaviño formó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), siendo fundador de dicha organización política, en la que se le ve como el papá de la misma en lo que respecta a San José de Ocoa y aunque por circunstancias aceptó ser candidato a Síndico en varias oportunidades, en la historia política moderna, es decir, después del ajusticiamiento del tirano Trujillo, jamás ha ocupado un cargo público y dicho sea de paso tuvo la gallardía de rechazar la proposición que le hiciera su partido para que aceptara el codiciado cargo de Gobernador Provincial, a lo que se negó tajantemente, argumentando que no había ido a la actividad política a servirse, sino a servir, lo que aprendió del autor de La Mañosa; posición sólo observable en personas de su estirpe y de su estatura moral.
Don Marino mantenia una actitud crítica en torno a los problemas nacionales y no oculta su preocupación por temas como el medio ambiente, la deforestación y otros de no menos importancia. Siente un gigantesco amor por su país al que aspira ver desarrollarse y dejar atrás la condición de subdesarrollado y de atraso.
De manera que ante don Marino nos encontramos en presencia en un auténtico dominicano y aunque nacido en una comunidad azuana, es un ocoeño a carta cabal y un paradigma para su país, lo mismo que para su familia; de ahí que su hijo Omar lo defina, con marcado orgullo, como un ejemplo de solidaridad, nobleza, honradez y trabajo y que tiene un profundo sentimiento de ver desarrollado su país en todos los órdenes.
En la actualidad, ya con una avanzada edad y con las condiciones propias de un nonagenario, don Marino González ve discurrir sus días en la tranquilidad de su hogar, junto a su adorada familia.
(Tomada del libro “Cómplices de una Historia”, tomo I, segunda edición, págs. 103-110, de la autoría del magistrado José Manuel Arias M.
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