Me permito celebrar que Republica Dominicana tiene un Presidente constitucional dispuesto alzar su voz en nombre del Estado a favor del pueblo común venezolano que sufre la muerte generacional de sus jóvenes.
Me permito estar orgulloso de tener como presidente a un tipo valiente que en nombre del Estado dominicano usa la palabra para colocar en evidencia la soberbia del verdugo inconstitucional que destroza en silencio ruidoso la tierra de Simón Bolívar y Francisco Miranda.
Si Luis Abinader se queda callado significaría abandonar el niño/a adolescente y joven – adulto venezolano/a y desarrollaría una sensación de subordinación del dominicano a la niñada de quien se cree león pero no sale de su selva.
La naturalidad del Estado es que el Ministro de Relaciones Exteriores, embajadores y cónsul dominicanos/as en el mundo estén replicando el mensaje del presidente del Estado dominicano Luis Abinader.
… Pero es mucho pedir en una estructura en la que el miedo le ganó a lo correcto.
Tienen miedo a «perder» lo que no pueden explicar para ganar.
El presidente Luis Abinader ha elevado su voz para reiterar al mundo libre que Venezuela está siendo robada en sus libertades integrales y básicas.
El silencio inteligente (basado en el sonido de la aceptación mutua) protege el derecho de nuestros/as iguales y preserva la paz entre comunes, el silencio tiene el poder de construir maravillosos ruidos de amor fraternal que traspasan las oportunidades de avanzar en la búsqueda de la felicidad.
Silencio.
… existe silencio solitario que traiciona y arrodilla generaciones y empodera hitler modernos.
Hay silencios cuyo estruendo pisan en el cuello la creatividad y emprendimiento de inocentes que nacen en libertad natural pero congelado sus derechos a sentir, hacer y lo más importante a Ser.
Hay silencio cobarde que abandona al inocente a su suerte y legitima la inconstitucionalidad.
Es callar en la celebración de la maldad.
A Rómulo Betancourt casi le cuesta la vida no guardar silencio en favor de la soberanía dominicana y la valentía venezolana marcó el rumbo de cómo no debía pasar desapercibido el sufrimiento ciudadano, el contexto de los derechos humanos y la convivencia democrática obligan a enfrentar cualquier destello de limitación en el ejercicio de las libertades ciudadanas y del ser humano.
Venezuela no es petróleo para República Dominicana, Venezuela es la protección de Juan Pablo Duarte al ser perseguido por el tirano, es la concentración e impulso del intercambio comercial, cultural y de mezcla étnica; ambos en el mismo trayecto del sol y con lazos inquebrantables a pesar de las miserias de seres humanos deshumanizados.
El presidente Luis Abinader hace lo correcto al no dejarle pasar una a la dictadura y creo que el silencio es lo único de sus homólogos es lo único que legitima la presencia del presente estatus de Caracas.
Pedirle silencio a Luis Abinader es de cobardes, escudándose en «diplomacia», el presidente está haciendo lo correcto; esperemos los demás presidentes salgan de la cueva.
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