Por Omar Ureña
El oficio de comunicar parece sencillo, pero no lo es, nos agenciamos enemistades cuando denunciamos indelicadezas, hasta el punto de pagar con nuestras vidas, porque nadie tolera sobre todo públicamente que le señalen sus actos erróneos.
Este escrito lo voy a fundamentar necesariamente por una publicación que hice recientemente, haciéndole un llamado al sacerdote de la parroquia San José, para que dispusiera la entrega de una camioneta para el Hogar de Ancianos San Antonio de Padua,
gestiones realizadas para tales fines y que él argumenta en un aclarando que la está usando por unos días, porque no tiene otra opción hasta el momento.
No quiero hacer uso de las comillas como lo hizo usted para dejar la duda cuando encierra el termino periodista, más que eso una forma despreciativa de su parte hacia su prójimo. Sin embargo, le aclaro que esa camioneta no es la única opción que usted tiene como refiere en su escrito, porque debajo de la casa curial hay dos vehículos estacionados que son los que regularmente usted usa para su gestión pastoral. ¿Verdad o mentira?
Me encasilla de amarillista obviamente que no me ofende, porque sé que a nadie le gusta que lo rezonguen, sobre todo cuando la altivez y la soberbia no aceptan correcciones. Entendiendo su peculiar forma de ser, le perdono esa y cualquier otra falta.
En una breve reseña de mi periplo en los medios de comunicación de la provincia debo decirle que desde el año 2010 incursionamos en la comunicación, inclusive motivados por un mensaje que llevara a cabo el sacerdote de entonces Samuel Casilla, sobre los dones que Dios disponía en cada uno de nosotros. Reflexionando sobre ese particular me acerqué al director del programa Despierta Ocoa, el periodista José Manuel Báez Maceo, donde inicie hasta la fecha este digno oficio y para que sea notorio, lo hice sin esperar remuneración alguna, porque el padre Casilla nunca habló de dinero y es en definitiva lo menos importante para mí.
De igual manera he desempeñado mi papel en otros medios televisivos radial y escritos de la provincia como son, los programas Ecos de la Provincia TV, A Todas luces, Despierta Ocoa, Hablando Claro, los periódicos digitales Ocoa en Red, El Gobierno de Ocoa, el Ocoeño, Ocoa Informativa, y todo esto con el único objetivo de hacer mis pequeños aportes a ser una sociedad diferente.
No he buscado fama, ni dinero, por lo que el amarillismo como usted refiere no es mi objetivo, mis prioridades son ver que las cosas marchen de la mejor manera y si he dicho verdades las cuales usted ha bautizado como “verdades a medias” en su aclarando sobre la camioneta, que no hay un solo gestor, el hecho es, que sea como sea, fue para el uso del hogar de ancianos no como asignación personal.
Debo explicarme mejor al parecer, cuando dije y lo repito ahora, que el administrador no sabía conducir ese tipo de vehículos refiriéndome a la camioneta, recuerde sacerdote querido que las motocicletas están registradas como vehículos de motor, por lo que no entiendo cuál sería la verdad a medias, las motocicletas son un tipo de vehículo le repito, al menos que las veamos como animales de transporte. Hasta ahora mi psiquis la ve como un vehículo de motor.
Refiere usted estimado sacerdote que el hogar de ancianos termina en números rojos cada mes y que yo no ayudo a que pasen a verde, porque solo voy a buscar información amarillista, debo decirle que ciertamente mis condiciones económicas no me permiten hacer aportes de esa índole, porque este mi oficio no tiene remuneración, pero si, con sumo amor, con las garras de mi alma pongo a la disposición de esa institución este don de escribir y de hablar en los medios, para que a ellos ni a ninguna persona vulnerable le sean violentados su derechos.
Usted tiene bajo su dirección como párroco de la Iglesia Católica nuestra, porque es mía también, el Centro Padre Arturo, el Colegio Nuestra Señora de la Altagracia y el Hogar de Ancianos San Antonio de Padua, por lo que, decirme en privado que espera que en lo adelante me ocupe del buen funcionamiento del Hogar, es burlarse sin miramiento alguno, cosa que no le luce para nada a usted como sacerdote.
Sobre el chofer le sugiero a usted como responsable directo del buen funcionamiento de las instituciones bajo su cargo, interponer un oficio dirigido a una institución gubernamental para que le sea asignado al Hogar un empleado capacitado para tales fines, como existe en la actualidad en otras instituciones. También, decirle que no necesariamente por los gastos que requiere el vehículo según usted, tenga que ser esa camioneta la que deba enviar al hogar, puede disponer de uno de los asignados a su persona como párroco local.
Somos humanos y nos equivocamos, rectificar es lo más sano y nos hace grandes cuando asumimos que no estamos en la verdad. Yo no busco notoriedad ni hacerme el gracioso con una que otra noticia, pero si buscamos hacerle entender al otro en este caso a usted, que está muy equivocado.
¡Si ombe sí!
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