A escasos minutos del centro de Ocoa, se encuentra Parra. Aunque un necesario tecnicismo la unió a El Naranjal, para la elevación de estatus, Parra conserva su identidad, bondades y problemas de manera independiente.
Sus problemas siempre deben ser mencionados, pues es la manera de continuar sembrando voluntad e intenciones, hasta que se conviertan en realidades. La carretera, tantas veces reclamada; un buen centro de salud, instalaciones deportivas apropiadas y en sentido general, mayores oportunidades para su gente. Pero es en su identidad y en sus bondades donde encontramos su verdadero potencial de desarrollo. Con un origen posiblemente ligado a nuestros Manieles, pero fundada formalmente por familias que se mantienen en la comunidad, Parra tiene la riqueza de una historia de gente progresista, que empezó con nada y ha luchado para hacer parir generaciones, cuyos sellos son la lucha y la resiliencia. El testimonio más contundente para confirmar esto, es la gran cantidad de profesionales y gente de bien nacida en esta parte de Ocoa, bajo condiciones que no les favorecían.Entre sus principales bondades está el nacimiento del agua que abastece a San José de Ocoa. Un arroyo, que aunque a veces lo castiga la sequía, nunca se rinde y renace con nuevos bríos, a pesar del hombre, su ambición desmedida y su acción depredadora.
Aguas arriba, el Salto de Parra: histórico, emblemático, refrescante; parte de las tradiciones pero renovado y actualizado. La gente no deja de ir y entregarse a sus encantos. La cueva, los corrales, el modo de vida tradicional pero muy conciente de lo moderno. En Parra tenemos el modelo perfecto de una comunidad que puede insertarse en el carril del progreso a través del turismo sostenible. Preparo un trabajo más extenso y detallado sobre Parra. Pero no pude resistir la tentación de adelantar, aunque sean pinceladas.
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