Felipe Ciprián
Con la declaración del presidente Danilo Medina de que no va a buscar la reelección, los partidarios del expresidente Leonel Fernández pueden estar frotándose las manos, y algunos escritores consideran que están ante un vencido.
¡Tengan cuidado con ese tipo de ilusión! ¡Ahora es que falta mambo!
Por cerca de dos años sostuve que Danilo buscaría la reelección y que vencería a Leonel en la competencia por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para 2020.
La primera parte no ha ocurrido como yo pensaba porque cuando todo estaba listo para lanzar la reforma, Danilo la frenó.
No obstante, vean aquí, textual, lo que dijo Danilo en su discurso del pasado lunes 22 de julio de 2019, a las 9:00 de la noche: “Debo confesarles que, todo esto (los pedidos de dirigentes del PLD y empresarios para que buscara la reelección), me llevó a evaluar en algunos momentos la posibilidad de optar por un nuevo periodo presidencial, siempre dentro del marco del respeto a la ley”.
La revelación de Danilo de que “en algún momento” evaluó ir tras la reelección, demuestra que mi análisis de que él estaba en eso y que de persistir lo lograría, era esencialmente correcto.
Más aun, examinando los hechos y las actitudes del danilismo y las reacciones del leonelismo -rayanas en la calumnia personal-, permiten concluir que Danilo tenía la decisión de buscar la reelección hasta el último momento.
Su objetivo es Leonel
Lo otro que he sostenido consistentemente es que su principal empeño no es tanto seguir al mando del gobierno, sino impedir el regreso de Leonel al poder.
Si lo impide -yo creo que lo hará- mis dos tesis fundamentales de análisis estaban en lo cierto: Danilo buscaba la reelección y solo la transaría en el caso de que frenara la reelección de Leonel por otro medio. Creo que a empantanar el camino para que Leonel no sea el Presidente, se dedicará el danilismo en los próximos meses.
Tengan en cuenta que yo no estaba en contra de Leonel ni a favor de Danilo. Si ganaba Leonel, yo perdía. Si ganaba Danilo, simplemente no perdía, porque sus seguidores nunca me han agredido como los de Leonel, pero no tengo proyectos particulares, ni de grupos, ni de caudillos, aunque sí de pueblo, aunque sea a futuro.
Pero no digo esto para que algún leonelista confundido crea que estoy cogiendo indulgencias a crédito. Pueden venir con toda su maldad sobre mí que aquí los espero con la dignidad que ustedes no conocen.
Por suerte, soy algo más que un simple gacetillero, gracias a mi padre que me enseñó a dominar la naturaleza; a mi madre que me demuestra que la capitulación no es un alternativa nunca; a mi familia, a mis amigos y a mis compañeros de toda la vida en todas partes, que no son improvisados para hacer resistencia cuando se necesita luchar hasta el final. ¡Nunca los defraudaré!
No reelección
Danilo ha dicho que no va a buscar la reelección -no habló de la reforma constitucional- pero hay que tener mucho cuidado si alguien piensa que eso es sinónimo de que Leonel será el candidato del PLD porque hoy está más lejos de serlo que nunca antes.
Cuatro días después del discurso de Danilo, Leonel no ha reaccionado. Parece traspasado por una bayoneta. Es natural. Sabe lo que le hizo a Danilo y no debe ignorar lo que le espera con ese hombre, no con su oponente a la candidatura, haciendo frente a su proyecto “de minoría” en el PLD.
Leonel y sus corsarios no evaluaron bien las consecuencias que tendrían los dardos envenenados que lanzaron sistemáticamente contra Danilo y sus funcionarios, llevándose de encuentro en la envestida a opinantes no partidarios (para no decir independientes).
Ellos han despertado un volcán (Danilo) que estaba apagado pero recibiendo infamias y ahora el domo está listo para eructar, y sin duda, lo hará con toda la energía contenida, de la que en su discurso dejó ver, apenas los motivos.
Yo había pronosticado que el mes de julio venía duro y no lo fue tanto, pero agosto, uno de los mejores generales de Máximo Gómez, probablemente será la mejor escuela de táctica de la política dominicana en muchos años.
Nuevo liderazgo
En el período del 22 de agosto al 10 de octubre de 2019 se cerrará un ciclo para parte del liderazgo político dominicano. Sale Danilo o Leonel, pero más probablemente, se van los dos.
Ojalá que los líderes emergentes dentro de la carroza peledeísta no vengan con la obsesión de tratar de perpetuarse en el poder, porque eso precisamente fue lo que castró la alternabilidad en el PLD hasta hoy.
Lo mismo debe suceder en el Partido Revolucionario Moderno (PRM). Si Luis Abinader es escogido candidato presidencial y gana las elecciones, se justifica que siga como líder de esa organización política y busque un nuevo período de gobierno, pero si pierde, tanto él como Hipólito Mejía deben irse a sus negocios familiares y dejar ese partido a gente nueva para que lo dinamice y lo ponga a pelear.
Discurso de Danilo
Hay dos aspectos que no pueden perderse de vista del discurso de Danilo porque van a flamear durante los próximos meses, tanto a lo interno del PLD, como durante la campaña electoral.
Danilo dijo: “Tengan confianza, nuestro esfuerzo no termina hoy”. Creo que fue un mensaje directo al danilismo y a sus aliados (mencionó por su nombre al PRD), tratando de decirles: no voy a la reelección, pero les aseguro que nuestros adversarios (Leonel) no podrán pasar el río Jordán.
El dirigente político fue muy explícito en hacer constar que fue objeto de una campaña sistemática de agresividad verbal de parte del leonelismo, que últimamente “se incrementó de una manera despiadada, irrespetuosa y desconsiderada”.
Danilo expresó más cuando manifestó que “la campaña contra mi persona y contra el gobierno, era injustificada y estaba fuera de todo sentido de proporción y justicia”.
Al tratar de buscarle una explicación a esas campañas leonelistas, Danilo expuso al país que “estas campañas tenían (en pasado) como único objetivo minar el amplio apoyo popular con que cuenta (en presente) nuestra gestión y evitar cualquier competencia para el proyecto político que intentaba (en pasado) imponer un sector minoritario del PLD (el de Leonel)”.
Habló muy claro: Ya las campañas contra él no seguirán porque no es candidato, pero el “proyecto minoritario en el PLD que intentaba imponerse”, Danilo lo da por derrotado.
¿Será por eso que Leonel no ha dicho “esta boca es mía” después del discurso de Danilo?
¿Sabe Leonel que despertó un monstruo (a Danilo Medina y al danilismo) y ahora tendrá que soportar su furia tomando en cuenta que esa bestia tiene en sus manos el presupuesto nacional, la justicia, los calieses, los fiscales, los cobradores de impuestos, los archivos públicos, sin ser candidato a ninguna posición electiva?
Sin exagerar, Leonel y sus corsarios van a una prueba difícil, que eventualmente será a dos caídas: si obtiene el 33% de los votos del Comité Central y lo ratifica el Comité Político, le faltaría pasar por el desfiladero de ganar las primarias abiertas con el padrón de votantes universal de la Junta Central Electoral.
Eso no es un concurso de popularidad ni mucho menos un arrebato de encuestas pagadas para inducir resultados. La prueba será dura y definitoria.
¡Cuando pase la tempestad, contaremos las estrellas!
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