Soy un defensor de la soberanía, pero no de la que solo ven algunos (la de negros); lo soy de todo lo que la pone en riesgo.
Estoy consciente de que la inmigración descontrolada es un problema, pero también lo estoy de que no se combate abusando de gente indefensa que solo trata de sobrevivir y por tal razón se someten al saqueo de negociantes en nuestra frontera que los entran en grupos por altas sumas de dinero y luego forman parte del mismo grupo de “autoridades” que los repatria a golpes ante el aplauso de los “patriotas modernos” que solo ven haitianos en la sopa.
Pero se hacen de la vista gorda ante la ineptitud, negligencia y abuso de poder de la “autoridad”!que se lucra de un meganegocio abusador, cobarde y despreciable.
Pero por ahora solo lo ven los que aún luchan por comportarse como ciudadanos y no como individuos, los que ven la soberanía amenazada en la mafia de la frontera y no en los hospitales, los que la ven amenazada en la subordinación de nuestro gobierno guapo contra negros y arrodillado con su jefe gringo, amenazada en contratos que comprometen nuestro patrimonio a más de 30 años (los aeropuertos) a empresas que solo conocen los que negociaron por una buena tajada.
Es muy fácil culpar a las víctimas cuando el verdugo domina el relato y la manada es tan de aplaudir todo lo popular aunque sea ajeno a los derechos humanos.
Pues me enorgullece decirles que una vez más no me verán correr con la manada, que Dios me castigue si me sumo a aplaudir atropellos a negros, y no combato a sus acarreadores y a sus jefes empresariales que los contratan por una supuesta necesidad de su mano de obra, pero que todos sabemos que esa necesidad (discutible) es más por barata que por escasa en sí.
Nada humano me es ajeno, y nada inhumano dejará de ser aborrecible por mí.
Estoy convencido de que se debe poner control y se puede hacerlo sin tener que abusar de la dignidad de seres humanos.
Pero para eso falta seriedad y voluntad del gobierno que prefiere aplausos momentáneos y no soluciones definitivas porque perjudica el negocio de sus socios y empleados llamados a amasar fortunas mientras duren los decretos.
Cuando quieran luchar por la soberanía no me verán en primera fila porque nunca buscaré protagonismo, pero les juro que estaré ahí por mi patria y por mi honor, pero para abusar en nombre de la soberanía no me prestaré jamás.
Trataré de nunca ser atrevido por la ignorancia de saber hacer lo bueno y afiliarme con lo malo.
Controlen, autoridades, ojalá y cambien la forma para que no perjudiquen el fondo, pero nos veremos en la lucha cuando sea honorable, no abusiva y por ende, cobarde
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