Por Frank Casado
SAN JOSE DE OCOA.- La crianza de los hijos es de por sí una tarea difícil en pareja, pero asumir sola la misión del sustento material, resolver desde la tarea más sencilla hasta la más compleja, la formación y el quehacer diario, es un reto doble que no pocas féminas han tenido que enfrentar por distintas circunstancias de la vida.
Doña Margarita Martínez tiene casi 89 años, desde el l967, tiene su puesto de venta de café, té, cigarros y pan. Reside en el sector Pueblo Abajo, Ocoa, su marido, Emilio Maríñez, desde hace 73 años, ya no tiene fuerzas para trabajar, procreó 13 hijos de los que sobreviven nueve. «Vendiendo café en la puerta de la Iglesia, voy a criar a mis hijos», cuenta que pensó cuando su esposo ya no pudo trabajar.
Cuenta con satisfacción que sus hijos lograron estudiar y ser profesional uno de ellos y que incluso algunos son comerciantes reconocidos en la comunidad, y hasta han ocupado puestos importantes como maestros de construcción.
«Me levanto todos los días a las 4 de la mañana, preparo el café y me lanzo con mi «anafe» y mi mesita hacia la puerta de la Iglesia, con mi termito de café y otro de Té.
Gracias a eso me pagué y me pago todo, la carrera universitaria de uno de mis hijos, el alquiler de mi casita, la comida y todo lo que hagamos «. «Siempre te cruzas con gente buena y mala o con cosas buenas y cosas malas, es como todo en la vida.
Pero siempre traté de buscar lo mejor de ello, con pequeñas cosas que hacen por uno te ayudan un montón: a progresar; Mis vecinos mis amigos. Siempre hay gente buena en la vida que te apoya y te ayuda», reflexionó.
Lo que ocurre es que, pese a las condiciones adversas en las que tuvo que afrontar su niñez y adolescencia, Miguelina logró salir adelante y lograr muchos de sus objetivos planteados desde temprana edad.
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