Escrito Por: José Manuel Calderón
En Venezuela hay una dictadura. Hay un gobierno que hace que se cumplan las leyes. Hay un gobierno que le puso freno a los que toda la vida quisieron vivir a costillas del pueblo trabajador.
Le dijo a los más ricos: sí, ustedes pueden desarrollar sus negocios aquí, pero deben respetar las leyes, pagar los impuestos y darle un trato justo a los trabajadores.
Y ahí empezó el conflicto. Esa es la libertad que pregonan. La libertad de hacer lo que hacen en RD y otros países. En Venezuela las reglas del juego hay que respetarlas.
Ese pueblo, que nunca había tenido las oportunidades que tiene de ser poder, se va a los mochos con cualquiera por defender ese modelo de gobierno, que algunos con razón lo acusan de dictadura.
Muchos de los gobiernos que se pronuncian contra Venezuela, lo hacen por la presión de la embajada USA, pero ellos tienen envidia de poder hacer lo que allí sucede. Y están conscientes de que el día que la revolución bolivariana caiga, ese poder corrupto será mucho más implacable con sus países.
Por eso lo condenan tímidamente. Por eso se cayó la reciente asamblea de la OEA.
Vamos todos a luchar por una dictadura a favor de los que trabajan.
Mucho más de la mitad de la humanidad prefiere una dictadura, en vez de gobiernos cobardes y flojos con los tutumpotes. Pero esos gobiernos dictadores que los pueblos del mundo quisieran tener, son aquellos que sean capaces de ponerle freno a los que tienen más poder y permitan vivir al pueblo llano que trabaja.
Son los más ricos los que imponen las leyes injustas a los pobres y los que las violan. Son los más ricos los que no pagan impuestos, quiebran los bancos y demás instituciones. Son los más ricos los que te desalojan de tu casa o propiedad, aunque tengas tu título. Son los más ricos los dueños de las grandes empresas y grandes extensiones de terreno. Son los más ricos los que no dejan gobernar a los gobiernos. Son los más ricos los que organizan complots para tumbar los gobiernos que el pueblo elige. Son los más ricos los que promueven la droga, el contrabando, las bandas delincuenciales, usan a nuestros amigos, hijos y nietos y sobornan a nuestros agentes de la policía y demás cuerpos de seguridad del Estado. Son los más ricos los que tienen secuestrado el futuro de este país, la educación, la salud, la seguridad, el bienestar de la gente que trabaja. Cualquier gobierno que sirva, tiene que enfrentarlos.
Recuerden que no son los pobres los dueños de los yates, lanchas, avionetas o laboratorios donde se procesa y transporta la droga. No son los pobres los dueños de las grandes industrias o medios de comunicación. No son los pobres los que dirigen o arman las bandas delincuenciales que operan en estos países. No son los pobres quienes controlan los puertos y aeropuertos, mucho menos las aduanas.
Nuestros gobiernos son tan flojos, que ni siquiera pueden nombrar algunos ministros, sin consultarlos con ese poder perverso.
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