Por :Milcíades Mejía
El pasado 5 de junio, como cada año, se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente en el que instituciones y organizaciones a nivel global realizan múltiples actividades para conmemorar tan significativa fecha. Este año las actividades realizadas no tuvieron la concurrencia y resonancia de tiempos pasados debido al protocolo impuesto por la pandemia del Covid-19 que recomienda el distanciamiento físico y limita la aglomeración de personas.
Este año 2021, se centra en la restauración de los ecosistemas, el lema escogido para esta conmemoración es:»Reimagina, recrea y restaura» y coincide precisamente, con el inicio del Decenio (2021-2030) que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha dedicado a la restauración de los ecosistemas. Se pretende que todos los países del mundo trabajen arduamente en estos 10 años por venir en la restauración y conservación de todos los ecosistemas del planeta, en un intento para detener el deterioro progresivo que las actividades antropogénicas han provocado.
Durante mucho tiempo, la humanidad ha estado explotando y destruyendo de manera irracional los valiosos recursos que atesoran los ecosistemas de nuestro planeta, estimándose que cada tres segundos el mundo pierde una superficie de bosques equivalente a un campo de fútbol. También, la pérdida de los ecosistemas le está restando al mundo importantes zonas de captación de dióxido de carbono, precisamente en un momento en que las emisiones globales de gases de efecto invernadero aumentan considerablemente, colocando al planeta a un paso de un cambio climático potencialmente catastrófico.
La propuesta de las Naciones Unidas para restaurar los ecosistemas en los próximos 10 años es una tarea global de escala gigantesca, estamos compelidos a reparar millones de hectáreas de tierra degradadas, un área mayor que la extensión territorial de China o la de los Estados Unidos.
Restaurar los ecosistemas significa prevenir, detener y revertir los daños; lograr que vuelvan las plantas y animales que hoy están al borde de la extinción, cuyos hábitats se encuentran desde las cimas de las montañas hasta las profundidades de los océanos. En estas labores también deben ser incluidas las pequeñas acciones que todos podemos realizar diariamente como: cultivar árboles, reverdecer nuestras ciudades, repoblar nuestros jardines con especies silvestres o limpiar la basura de los ríos y costas, no contaminar las aguas, entre otras muchas acciones.
A pesar del avanzado estado de deterioro a escala planetaria se puede contrarrestar el cambio climático, detener el colapso de la biodiversidad, la desaparición de los bosques, el agotamiento de las fuentes hídricas y la salud del medio ambiente global.
Las Naciones Unidas, al igual que los científicos entendidos en esta cuestión están conscientes que la supervivencia de la humanidad depende de la salud y estabilidad de todos los ecosistemas tanto terrestres como marinos; es por esta razón, que las Naciones Unidas han lanzado el reto a todos los países miembros para que el próximo decenio 2021-2030 no escatimen esfuerzos y recursos para que todos juntos podamos cumplir con esta necesaria y ambiciosa meta. Una tarea importante, imprescindible e inaplazable.
El Día Mundial del Medio Ambientes es una fecha propicia para una reflexión colectiva y profunda sobre si ha sido correcto el uso que le hemos dado a los bosques, montañas, al recurso agua, a nuestra flora, fauna y todos demás componentes de los ecosistemas. Invito a toda la población a hacerse la pregunta ¿Si seguimos con este comportamiento, podemos legarle un ambiente sano a las futuras generaciones?.
Nuestro país, es decir todos los dominicanos como miembro de la Naciones Unidas tenemos responsabilidades y la obligación de dar cumplimiento a las metas establecidas.
Adelante!.
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