Escrito Por: Nerys Ramírez Mordan
Las patronales de San José de Ocoa se han convertido en un fenómeno nacional. Estas atraen una gran cantidad de visitantes y congregan la familia ocoeña alrededor de 11 días de celebraciones que tienen un impacto económico positivo en la provincia. Por lo que, no hay dudas que los organizadores de estas fiestas han hecho un magno esfuerzo en convertirlas en una marca provincia, aunque queden pendientes detalles sobre su organización y control, estas fiestas se han ganado un espacio de trascendencia nacional. Muchas felicidades.
Ahora bien, cuando miramos algunas notas sobre los indicadores sociales de la provincia, no me cuadra el esfuerzo de las autoridades en organizar unas patronales, frente al esfuerzo por desarrollar la provincia. Según el Ministerio de Economía, 4 de cada 10 niños entre 5-6 años no reciben educación inicial; 6 de cada 10 ocoeños presenta pobreza multidimensional, somos una provincia persistentemente más pobre que el promedio nacional; además, somos la 7ma provincia con mayor porcentaje de adolescentes embarazadas y fuimos al 2022 la provincia con mayor incidencia del dengue, 4 veces más casos que el promedio nacional.
Bajo este panorama social, solo hay que caminar un poco en la provincia para darse cuenta que persisten condiciones estructurales de deterioran constantemente la vida de los ocoeños, sin existir a lo interno de la provincia mecanismos claros para el avance de las personas. Entonces, si bien las fiestas patronales pueden ser utilizadas para promover a Ocoa, no podemos perder de vistas que deberían existir otras prioridades. Esto en el sentido de que es notorio el esfuerzo dedicado a la organización de las fiestas, cuando otras tareas de mayor urgencia no reciben la misma atención. Por ejemplo, muchas veces los familiares de pacientes referidos fuera de la provincia sufren porque no tienen como pagar una ambulancia, pero con el pago de un solo artista de categoría nacional de los tantos que se llevan a las patronales, se puede crear un fondo para atender dichos casos.
Adicionalmente, las patronales no generan una economía a su alrededor, ni en términos de formación de capital humano, ni en términos de continuidad de los ingresos. En palabras llanas, nadie se sienta 11 meses para vivir únicamente de los ingresos generados en las fiestas patronales, tampoco se requiere una capacitación continua de personal, ni puestos de trabajos especializados que lleven a evitar la fuga de capital humano en la provincia. Cuestiones que podrían lograrse con un plan continuo de desarrollo sostenible. En tal sentido, Ocoa ha cometido un error histórico en promover las fiestas patronales por encima del desarrollo ecoturístico de la provincia, cuando debieron ser temas complementarios. Sumemos a esto que
En conclusión, tenemos un buen enero, pero el resto del año no son visibles los esfuerzos en desarrollar la provincia. Como provincia, tenemos iniciativas pendientes, que deben ser asumidas con el mismo afán, o quizás mayor, al que se asume de cara a las patronales: ecoturismo, dengue o privación de servicios básicos son solo algunas de ellas. En fin, entiendo que las patronales son una marca provincia que necesita seguir recibiendo el apoyo actual, mi consideración es que no debe ser la actividad que más apoyo recibe en la provincia, porque existe otras actividades de mayor urgencia e impacto.
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