Con la selección de Abel Martínez para la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se completó el cuadro de usurpación de los derechos políticos de las bases de los principales partidos del país.
El “asalto a mano adinerada” de la consulta ciudadana peledeísta del pasado día 16 fue la mejor disimulada artimaña para sustituir la voluntad de las bases de uno de los partidos más grandes, si se compara con lo que vienen haciendo los perremeístas y la Fuerza del Pueblo (FP).
Los tres se burlan descaradamente de los miembros de esos partidos –y peor aun– de la gran masa de ciudadanos a quienes necesitan para que vayan a votar por ellos. Ni una cosa ni la otra preocupan a los “líderes” del Partido Revolucionario Moderno (PRM), del PLD y de la FP.
Ellos saben que con un dinero disponible para la campaña, la gente hambrienta irá a votar aunque sea bajo una lluvia de balas.
Los dueños de estos partidos están reduciendo a los dirigentes apapachados a que se conformen con lo que ellos les den (dinero, cargos, pensiones, posiciones, enganches, negocios privilegiados) y a la masa del pueblo precios caros de los alimentos, las medicinas, la electricidad; crecimiento de la delincuencia y la criminalidad.
Lo que ha hecho el PRM
El PRM fue fundado como idea original del doctor Hugo Tolentino Dipp como respuesta a la negación de los derechos de la mayoría de los miembros y dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que vivió una crisis descomunal desde el año 2011 cuando Hipólito Mejía derrotó a Miguel Vargas en la disputa por la candidatura presidencial. El país recuerda que tan pronto Mejía aplastó a Vargas, este último alegó que el gobierno de Leonel Fernández había apoyado a Hipólito para que ganara en el PRD, luego no se integró a la campaña y finalmente el expresidente Mejía perdió las elecciones de 2012 (sacó 47% de los votos) frente a Danilo Medina que obtuvo 51.2%.
La matriz del PRM es la lucha por la defensa de los derechos de los miembros a escoger a sus dirigentes y a sus candidatos de forma democrática.
Y fundaron el PRM luego de que las cortes electorales les negaran reiteradamente su derecho a tomar parte directa en las decisiones más importantes de la vida del partido.
Con primarias
Para escoger su primer candidato presidencial, en abril de 2015, los dirigentes del nuevo PRM realizaron unas primarias abiertas que dirigió Milagros Ortiz Bosch, en las que Luis Abinader aplastó a Hipólito Mejía, pero un año después cayó derrotado por la reelección de Danilo Medina.
En octubre de 2019, Abinader volvió a derrotar a Hipólito en forma aplastante en primarias abiertas, convirtiéndose por segunda vez en el candidato presidencial del PRM para las elecciones del año siguiente.
Tras la “Operación remate” puesta en práctica por ‘políticos empresarios y empresarios políticos’, Abinader le ganó esta vez a Gonzalo Castillo, candidato del PLD y mandó a su entonces aliado Leonel Fernández, echado del conciliábulo a última hora para que no hubiese segunda vuelta donde él tendría la llave del ganador, a un lejano tercer lugar.
Se acabó la diversión
Desde que el PRM y Abinader llegaron al poder, contagiados por un coro partidario que celebró gritando por todos lados “Pato robao vamo a comé”, pasaron a pensar de otra manera. Ya los miembros del PRM no escogen a sus dirigentes. En lugar del voto universal para presidente, secretario general, en marzo pasado la Dirección Ejecutiva decidió que sería una Asamblea de Delegados.
Y así se hizo y ahí están los mismos dirigentes ratificados por una Asamblea de Delegados, la mayoría de ellos empleados del gobierno central, legisladores y otros.
El pasado 19 de junio, en una reunión en el Palacio de los Deportes, el PRM proclamó la candidatura a la reelección de Abinader y este la aceptó al grito de “No miren para atrás”.
Para completar el cuadro de un PRM que se maneja como un negocio privado, el pasado 4 de septiembre, durante la “última fase de la XXI Convención Nacional Ordinaria”, fue renovada la Dirección Ejecutiva de ese partido.
¿Qué pasó allí? Quedaron fuera del mando históricos dirigentes políticos, revestidos de ética y compromiso ciudadano, como Tony Raful, Fafa Taveras y Cucuyo Báez, que no han expresado aspiraciones presidenciales ni de ningún otro tipo que pueda hacer sombra –en ese plano- a Abinader.
La brillantez de las ideas de Tony, Fafa y Cucuyo, su comportamiento ético y su trayectoria histórica al lado de los mejores intereses del país, son atributos que hacen sombra a la mayoría de los nuevos líderes del PRM.
Pero también fueron excluidos de la Dirección, Guido Gómez Mazara y Ramón Alburquerque, dos declarados adversarios de la reelección de Abinader que reclaman primarias para la selección de los candidatos presidenciales, en las que quieren participar.
¿Primarias de qué?
En un año exactamente, los partidos escogerán oficialmente a sus candidatos presidenciales y estoy entre los que dudan que el PRM lo haga por primarias. Tampoco creo que lo harán el PLD y la FP.
Aunque Abinader cuenta con todo el respaldo de la oligarquía, con todos los resortes del Estado, con el ministerio público independiente, con los calieses molestosos de opositores y periodistas, pero indiferentes a los asaltos a mano armada, los despojos a damas y el sicariato, que les dan una ventaja incomparable frente a cualquier contendiente interno, sus expertos y estrategas no ven la necesidad de rodear su selección de procesos participativos.
En lugar de favorecer procesos democráticos con participación amplia e inclusiva, los líderes actuales del PRM prefieren echar afuera a dirigentes que les hacen sombra con sus atributos o porque quieren competir.
Mientras escribo este análisis, veo que en el país se inicia el congreso internacional “Partidos, democracia y derechos políticos”, en el Hotel Hilton y Abinader habla allí.
¡Ironías de la vida! ¿A quién se le ocurre hablar de partidos, democracia y derechos políticos en un país donde los partidos son negocios, la democracia es un banquete oligárquico y los derechos políticos se redimen con dádivas del barrilón de los legisladores, pinta tu barrio, escándalos de tarjetas de ayuda social, compra de delegados y asaltos de convenciones? ¡Qué horror!
Dinero contra vergüenza
Una mirada honesta a la actividad política dominicana de hoy permite ver un panorama desgarrador por los niveles de mediocridad humana, la apasionante búsqueda de dinero y poder para conseguirlo, sin importar que la mayoría del pueblo solo tenga valor para embrutecerla, drogarla y usarla como cobaya para legitimar gobiernos de la oligarquía y sus empleados públicos.
Eduardo Chibás Rivas, el martirizado líder del Partido Ortodoxo de Cuba, hizo famosa la frase “Vergüenza contra dinero” en el año 1951. Once años después Juan Bosch, candidato presidencial del PRD, la calcó en el país y cientos de miles de personas y familias la hicieron suya para derrotar electoralmente a la oligarquía que gobernaba para apropiarse del patrimonio del Estado.
Sesenta años después, octubre de 2022, los principales políticos dominicanos levantan sin sonrojo la misma frase, pero a la inversa: ¡Dinero contra vergüenza!
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