Tras la adaptación del primer Estado de Excepción a mediados de marzo, se instauró el Toque de Queda como medida de prevención a los casos de la pandemia Covid-19, esto implicó que luego de un horario determinado por el Poder Ejecutivo se limitara el derecho al libre tránsito, de forma tal que los ciudadanos que no poseían salvoconductos podían ser objeto de un apresamiento. Como es de conocimiento público, la pandemia llegó en un año de elecciones municipales, congresuales y presidenciales.
En toda esta labor, la Policía Nacional jugó y juega un rol importante de protección y control, esta entidad policial se vio limitada en su accionar durante el período de elecciones en vista de que aspirantes a cargos públicos – a velar por los derechos de la gente – se trasladaron al destacamento policial para evitar que “su gente” sea arrestada.
Una fuente anónima informó que en el sector de Pueblo Abajo, específicamente en el “Parquesito” se podía amanecer en “coros” y la Policía Nacional no los apresaba por la presión política existente. Sin embargo, al día de hoy, tras un operativo policial donde decenas de ciudadanos quedaron apresados “tras no respetar” esta medida de prevención, se ha denunciado “maltrato” y “arresto ilegal” de miembros de la prensa, incluso del alcalde del municipio Sabana Larga.
Los abusos policiales no son acciones aisladas, en la investigación “Análisis de la criminalidad en República Dominicana 2008-2019” pudimos evidenciar que la credibilidad policial está en 34.1% y que el sistema policial no tiene las capacidades técnicas ni logística suficiente para cumplir con el mandato constitucional de proteger la vida y los derechos fundamentales de los dominicanos.
¿Qué sucede? Los problemas de la Policía Nacional son un reflejo del sistema que se ha instaurado en la propia sociedad dominicana. Es tanto así que en el momento donde la Policía Nacional fungió como “aliado” no existió quejas, sin embargo, cuando el resultado de la labor policial no es el esperado resulta hasta sorprendente y es condenado en las redes sociales.
Las autoridades deben mantener una congruencia en el criterio, no solo en lo que se dice, más bien, velar porque lo que se diga concuerde con lo que se hace, de lo contrario se estaría cayendo en un ejercicio público vacío y sin fundamento. La Policía Nacional no está al servicio de los servidores públicos por elección o por nombramiento, tiene un mandato constitucional que le llama a proteger los derechos de todas las personas, sin importar condiciones.
En fin, usted respalda a la Policía para que cumpla su función hoy o no la respalda, pero no se avoque en “condenar” cuando los hechos pueden indicar que se ha incurrido en una acción totalmente contraria a la que se defiende como ilegítima. Paz, respeto a los Derechos Humanos, congruencia de criterio y respeto a la función pública es lo que debe existir siempre.
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