En los últimos años se ha convertido en un hecho frecuente que los Presidentes de la República se trasladen a los distintos municipios y regiones del país, ya sea para una inauguración de una obra o para sostener reuniones con las comunidades y escuchar sus necesidades. Pero no siempre ha sido así, durante los años que abarcan desde 1844 hasta 1924, es decir desde los tiempos de la Independencia hasta luego de la primera intervención norteamericana, los Presidentes no solían efectuar esos viajes. Primero por la inestabilidad política (sobre todo durante la segunda República) y segundo, por la mala condición de los caminos.
Horacio Vásquez Lajara fue el primer Presidente en funciones en visitar la villa de San José de Ocoa. Salió de Santo Domingo rumbo a Azua el sábado 28 de julio del año 1928. Luego de su visita a aquella ciudad, enrumbó con su comitiva, conformada por Secretarios de Estado, varios Diputados, directores de periódicos, además de su séquito militar y algunos acompañantes de la ciudad de Baní. El camino carretero que llevaba a Ocoa estaba en construcción en ese momento, y la ruta que seguía no era la que conocemos y transitamos actualmente.
A continuación, transcribimos la parte de la crónica relativa a su paso por Ocoa.
Listin Diario, lunes 30 de julio del 1928
El Hon. El Presidente de la República, Gral. Vásquez, visita y observa las áridas regiones de la comuna de Azua. El camino en construcción de S.J. Ocoa.
En el camino
El camino hacia San José de Ocoa se arrumba hacia el Norte, por el kilómetro 86 de la Carretera Duarte (actualmente es la carretera Sánchez, LFS) , algunos metros distante del primer puente que sirve para vadear el río Ocoa.
Extensión de la ruta.
La línea trazada, que no está toda en ejecución consta de unos 30 kilómetros. Por ahora se transita en parte, el camino primitivo que va paralelo al curso del río Ocoa, entre guazabarales que infunden miedo estrallando en pleno medio día, hasta entrar en la montaña, de la que no se apea más hasta que no llega a San José de Ocoa, la población rodeada de montes y colinas cultivados de cafetos.
Importancia Técnica.
La importancia técnica del camino de San José de Ocoa, en la sección montañosa, no es menos que la de la Carretera Puerto Plata-Santiago. Podrá ser y así lo es, que los cortes no son tan profundos, y que los terraplenes no son tan voluminosos; pero los accidentes del terreno son tan idénticos y tan constantes como en aquella región del Norte y en esta del Sur, más penosos porque es raro el oasís y la inclemencia de la naturaleza es permanente. Las bajadas, las subidas, el cauce del río que se interpone, todo es igual que en las montañas de Yaroa, del Puerto y las demás sinuosidades del camino Puerto Plata-Santiago.
Lo realizado.
Hasta ahora los cortes no están en toda su anchura, los terraplenes no han llegado al volumen determinado y se va penosamente por la ladera que solo puede contener un automóvil provisoriamente guiado y por los desechos que esquivan los puentes en construcción, o por el mismo camino primitivo y aun por secciones completamente terminadas, en las lomas o fuera de ellas.
Penalidades.
El camino fue penoso por demás y mucho, para quienes fueron ocupantes del automóvil No. 301, que es posible que fuera usado por el Faraón Tut-An-Kamen.
Comisión de Damas.
Poco antes de entrar a la sección montañosa del camino, que hemos descrito muy someramente, en la boca de Arroyo Blanco, fue recibido el Presidente Vásquez por una representación de las damas de San José de Ocoa, compuesta de la señora Gloria de Isa y de las señoritas Altagracia y Lolina Pimentel, Cruz Amelia Isa Subero, Italia y Adriana Pimentel, Alida González, Bella Emilia,Tatica y Juanita Pimentel, y Alida Castillo. El mejor elogio de estas damas es recordar la belleza de todas y cada una.
Comisión de Caballeros.
Junto con las damas estaban estos caballeros: Dionisio Cabral, Mayor Wenceslao Figuereo, Manuel A. Pimentel, Heriberto Cabral, Mario Pimentel, José F. Subero, Francisco Subero, Luis F. De Soto, Pedro M. y Miguel A. Pichardo, Adolfo González, Andrés Martínez, Jorge Isa, Felipe Isa, Gilberto Lara, José D. Medina y Plácido Castillo.
Flores ofrecidas.
El Presidente fue saludado con efusión por todos los que concurrieron a recibirlo y, en nombre de las damas, la señorita Cruz Amelia Isa Subero, le ofreció un bouquet con estas palabras:
“Don Horacio: La mujer Ocoeña, que ha admirado vuestras enaltecedoras virtudes ciudadanas, en bien de la Patria, os ofrenda en este ramillete, el perfume de su alma.”
Necesario festejo.
A la sombra de un frondoso algarrobo se hizo un breve festejo, al cabo del cual se puso en marcha la excursión, subiendo y bajando lomas, entre puentes, cruzando arroyuelos y vadeando ríos, hasta llegar al ejido de la común de San José de Ocoa.
Numerosos cabalgantes.
Poco antes de la llegada de aquel lado del Arroyo Limón, el Presidente Vásquez fue recibido y aclamado por más de 500 correligionarios cabalgando en mulas, el más apropiado animal para el cruce de la montaña. Era de ver cómo corría por entre los pedregales, por el borde del elevado terraplén y por la ladera cortada, aquellas bestias de duro casco, hechas para el transporte de carga en la loma.
Llegada y Bienvenida.
A las 2.50 pm. Eran cuando entró la excursión presidencial a San José de Ocoa. Al pie de un artístico arco en cuyo frontis se leía: Al Honorable Presidente Vásquez, el pueblo agradecido; después que fue ejecutado el himno nacional el síndico de la Común, señor Juan B. Guerrero, en nombre del ayuntamiento le ofreció la bienvenida de este modo: “Honorable Presidente: En nombre de la Común de San José de Ocoa, representada por su Consejo Edilicio, en el cual estoy investido con el cargo de Síndico Municipal, presento a Ud. la más afectuosa, la más cordial, la más placentera bienvenida”.
“La común de S. José de Ocoa, se ha visto por decirlo así, abandonada por casi todos los gobiernos, pero sufristeis vos a la dirección de los destinos públicos de nuestra patria, ya vemos que San José de Ocoa se pone de pie alborozado, viendo que esa prolífica cinta de plata llega a nuestras puertas, dilatando nuestros horizontes y señalándonos una orientación definitiva en el camino de la civilización y del progreso.”
“Honorable Presidente: Yo no tengo frase con que expresarle la satisfacción que pone en el espíritu de esta comarca la visita que le dispensáis, honrándola en este día glorioso en que, como una bandera desplegada a todos los vientos, vuestro inmenso caudal de energías es el índice que nos señala el porvenir. ¡SED BIENVENIDO!
Otra Bienvenida.
En seguida el señor José F. Subero pronunció este discurso de salutación: “Honorable Sr. Presidente. Ilustres visitantes. Bienvenido seais, señor Presidente, a esta ciudad donde tenéis cultivados tan buenos afectos. Bienvenida sea la regia comitiva que os acompaña y, al abrazaros, lo hago interpretando fielmente la grata y honda emoción que embarga el alma de estos laboriosos moradores de San José de Ocoa.
Señor Presidente: nunca mi alma, que está hecha para las grandes luchas, ha sentido más dulces vibraciones que las que hoy recorren por todos los ámbitos de fuero interno, porque estoy siendo el portavoz de suficiente motivo. Se festeja a vos, por la triple cualidad que reside en vuestra admirada, respetada y querida personalidad, como Primer Jefe de la Nación, como Jefe y Director del Partido Nacional y como amigo estimado y estimable de todos los que aquí alborozados se han congregado para daros la más calurosa y sentida bienvenida.
Derrocar tiranías fue la política suya de ayer y, la de hoy, inspirada en una demagogia racional que cuadra con los democráticos tiempos en que vivimos, es de paz, de concordia y de trabajo; actuaciones éstas, Señor Presidente, que colocarán vuestro glorioso nombre, orlado de luz, en las brillantes páginas de la Historia.
Digno hijo de la Patria: nadie os aventajó en la guerra, ni en la paz os igualó. Una veces Cincinato heroico, humilde y probo; y otras, Graco, cual Jupiter tonante, para vengar afrentas lanzadas despiadadamente a la faz de la Patria por algún engreído mandarín de cartón hecho poder.
Sabio conductor de multitudes: ayer fuisteis un vidente para indicar la ruta del deber a vuestros viejos legionarios y, hoy eres el admirado cultivador de los formidables retoños que han nacido del recio cuerpo de esos fuertes troncos. Y, los unos y los otros han palpado en vos, excepcionales dotes de virtudes ciudadanas.
Que Dios en este día dichoso para San José de Ocoa, derrame sobre vos, ilustre Presidente, y sobre vuestra distinguida comitiva, toda la dicha que la tierra pudiera contener.”
Correspondencia.
A ambas salutaciones correspondió el Presidente Vásquez con palabras y gestos mostradores del más cordial regocijo.
Accidental residencia.
Entre las más estruendosas aclamaciones populares se encaminó el Presidente Vásquez a la morada del señor Gobernador Provincia, don Dionisio Sánchez, en donde, después de un bien ganado reposo, comenzó a recibir salutaciones y ratificaciones de adhesión de numerosos y viejos correligionarios.
Gentiles complacencias.
Digamos para satisfacción de todos, las gentiles complacencias del señor Dionisio Sánchez y su elegante esposa señora Altagracia R. de Sánchez, para todos sus visitantes.
Improvisado paseo.
Eran las 5.30 p.m. cuando el Presidente Vásquez, seguido de un grupo grandísimo de amigos, que iba engrosándose por momentos, recorrió la población recibiendo a su paso las más francas, voluntarias y cordiales aclamaciones.
Grata aclamación
Al pasar el Presidente y su acompañamiento por uno de los restoranes mejor instalados de la comarca, en un fonógrafo fue ejecutada la Marsellesa y todos los paseantes se detuvieron con atención al bélico canto del pueblo francés, que enaltece las fibras de todo hombre libre.
Regocijo Público
Mientras tanto en la plazoleta de la iglesia, una orquesta hacía música y los pobladores de la villa mostraban su contento y expresaban su reconocimiento por la construcción del camino carretero que pronto será terminado.
Excelencias de la Villa
La villa de San José de Ocoa, vista durante el breve recorrido, muestra una pujanza agrícola contenida por el aislamiento en que se ha desenvuelto. En cuanto a sus condiciones salutíferas, baste decir que está situada a 473 metros sobre el nivel del mar, circundada de montañas. Será el sitio de veraneo de la región Sur del país. Las gentes son en su mayoría blancas, sanas, robustas, laboriosas y de buena índole.
Gentil reclamo.
Cuando el Presidente Vásquez retornó de su excursión vespertina por las calles de la Villa, fue reclamado por varias damas para hacer pose con ellas frente al lente de nuestro fotógrafo.
Más visitantes.
Oscurecía y en la noche iban llegando más visitantes de Baní y de Azua. A todos atendían con marcado interés de complacer, los Cabral, los Subero, los Figueroa y otros; y en el Hotel Ocoa, la Curra.
Quién es la Curra?
Así preguntarán todos. Pues la Curra no es tan sólo la hembra del Curro. Es una señora venezolana, de nombre Georgina Balsa, con 10 años de residencia en San José de Ocoa. Ella es natural de Trujillo (Venezuela), población situada en Los Andes. Vino al país de 18 años. Es mujer de Ricardo Caro, andaluz a quien denominaban el Curro, también con 40 años de residencia en San José de Ocoa. Curra, de su país, solo sabe que es Presidente Juan Vicente Gómez, porque le han dicho que el Listín lo dice. Curra, mujer de fácil expresión, atendió a sus visitantes y lamentó la partida. Ya creemos que la lamentó.
Esplendido baile.
A las 10.30 p.m. en obsequio al Presidente de la República, el Casino de Ocoa, presidido por el caballero Ernesto Ruiz, ofreció en sus salones un baile que resultó magnifico, en el cual tuvieron representación las sociedades de Santo Domingo, Azua y Baní, junto con la sociedad ocoeña, plenas de belleza y encanto sus damas y sus caballeros espléndidos y gentiles. Se prolongó esta fiesta hasta muy entrado el amanecer, dejando grato recuerdo en todos los asistentes. Dos orquestas, la de Azua, que dirige el maestro Fello Ignacio y la de Baní que dirige el maestro Maceo Barba, ejecutaban los precisos bailables que mantuvieron sin desmayo el entusiasmo.
Retorna el Presidente.
A las 4.50 a.m. ayer (domingo, ls) se encaminó a hacia esta ciudad el señor Presidente Vásquez seguido de la mayoría de sus acompañantes. Los menos se quedaron y retornaron en la tarde de ayer. A unos y otros los saludamos con motivo de su retorno.
Maniel, San José de Ocoa.
La situación de la población de San José de Ocoa, también denominada Maniel, provocó en muchos visitantes indagaciones sobre su fundación y de sus fundadores. Los datos que conocemos y que tenemos como más verídicos son estos. El Maniel de los Lorenzos fue fundado a unos 5 kilómetros de San José de Ocoa, por tres negros esclavos y que escapados a su amo y que se refugiaron en las montañas. Esto sucedió por los años de 1700. Hay mucho más que sabemos, pero mejor cabe en una sección tradicional o histórica que en esta reseña informativa. En cuanto a la actual población de San José de Ocoa, ella se dice que fue fundada en 1810 por un joven banilejo de nombre Andrés o Miguel Pimentel, quien pretendía para esposa una joven cuyos padres a ello se oponían; hasta que un día sedujo a la muchacha y con ella se fugó a las montañas y, en aquella altiplanicie, hizo su rancho, cultivó tierras y vivieron. Detrás de ellos vinieron otros y hoy una y mañana otra casa, se fomentó la población. Con lo dicho se comprende que una cosa es el Maniel y otra San José de Ocoa. Ahora bien, que se sepa que no pretendemos hacer historia definitiva, pues no somos historiadores, sino noticieros, cualquier rectificación será en beneficio de la historia. Sólo hemos relatado una tradición que nos es conocida.
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