Un factor clave para el avance de las naciones, en contexto de globalización, es el cumplimiento de las obligaciones positivas concernientes a las dimensiones del desarrollo sostenible (social, económico y ambiental), de hecho, la Organización de las Naciones Unidas determinó que “el desarrollo social y económico depende de la gestión sostenible de los recursos naturales de nuestro planeta” , de la misma forma en que se comprende que no existe desarrollo sostenible sin paz , se explica entonces que si excluimos la protección del medio ambiente de las políticas públicas locales y nacionales, el logro de las 169 metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible están en duda.
La Alcaldía de San José de Ocoa determinó en 2014 en un análisis FODA realizado para el Plan de Desarrollo Municipal que la “Contaminación de las aguas y el medio ambiente” constituía una debilidad municipal y, por consiguiente, [se debían realizar políticas locales encaminadas a disminuir los niveles de contaminación de las aguas y del medio ambiente] .
En la actualidad, existe un problema ambiental provincial que está provocando violaciones significativas de derechos humanos . La tenencia de un vertedero a cielo abierto que sirve como destino de los residuos sólidos, tóxicos, orgánicos, y hospitalarios de San José de Ocoa (municipio cabecera) y otras localidades, significa ahora mismo contaminación del aire, suelo, agua y afectación de derechos que podrían tener un nexo causal con la muerte de algún ciudadano/a, a partir de su condición endógena.
La situación del vertedero ubicado en El Pinar, debe generar preocupación provincial, tanto de las autoridades del cabildo, como también de las autoridades sanitarias y ambientales. En un reportaje periodístico publicado el 26 de enero de 2018, el ex Alcalde Ambioris Rossis indicó que en el arroyo La Toronja “drena” el vertedero municipal lo que implica que los lixiviados caen en dicho afluente, provocando contaminación de dicha fuente y luego (posiblemente), el río La Isleta, el río Ocoa y en su trayecto final, el Mar Caribe.
La contaminación de las aguas con el lixiviado que llega desde el vertedero, implica que las mismas podrían poseer metales pesados y una fuerte carga bacteriana, generando posibles daños graves en la salud de quienes utilizan las fuentes acuíferas citadas para consumo humano, lo que se traduce en una afectación directa al derecho a la salud. No tan solo esto, en caso de que los residuos sólidos que llegan desde el vertedero a estas aguas sigan el curso de las corrientes acuíferas, se podría hablar de que la contaminación sólida está llegando al mar caribe, afectando especies marinas y, por consiguiente, el océano, yendo en contra de lo establecido en la Constitución de la República Dominicana, Ley 176-07, Convención Americana sobre Derechos Humanos, Convención de Cartagena, Convención de San Salvador, entre otros.
De igual forma, la humareda que con las corrientes de aire llega al Distrito Municipal El Pinar afecta la salud de quienes padecen de asma y otras enfermedades asociadas al sistema respiratorio, indicando esto último una posible violación a la integridad personal, también contaminan la producción multimillonaria de tomates y ajíes de consumo nacional y exportación que se desarrolla en dicho distrito.
Acá hablamos de un problema que no solo afecta a San José de Ocoa, es un asunto global y merece la atención de las autoridades locales, nacionales e internacionales. La problemática ambiental ocoeña no es exclusiva del vertedero. El 25 de agosto de 2017 se publicó en un reportaje realizado por Telenoticias que en la cañada 27 del sector Las Clavellinas existía un vertedero improvisado. A pesar de todo esto, San José de Ocoa fue declarada por Domingo Contreras como la provincia más limpia, siendo esto último un argumento que no compagina ni con la situación del vertedero de El Pinar, tampoco con la situación de contaminación química de nuestros ríos.
Desde este escrito hago un llamado a las autoridades municipales, sector privado y sociedad civil a buscar una solución al problema de los residuos sólidos para toda la provincia. Esto es un problema serio cuya solución no está en el Plan de Desarrollo Municipal citado.
Como provincia con potencial ecoturístico se debe apostar a sistemas de tratamiento de residuos sólidos amigables con el planeta tierra y que no sean dañinos para las actuales y futuras generaciones, haciendo esto, se estaría cumpliendo con la cláusula de “Desarrollo Progresivo” del artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Además, se debe apostar a elevar el nivel de educación ambiental en nuestra provincia y en todo el país.
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