Con diferentes actos religiosos y cultural, se conmemoró el 13 aniversario de la partida física del Padre Luis Quinn, quien por más de 42 años fue el párroco en esta provincia.
La noche de este sábado el Grupo Musical Padre Luis Quinn, llevó a cabo un concierto por las principales calles de los municipios de San José de Ocoa y Sabana Larga, donde decenas de personas se apostaban en sus casas victorial la majestuosa decoración de la carroza que transportaba el conjunto.
Mientras este domingo el arzobispo de la Diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, exhortó a los ocoeños imitar el trabajo tesonero del Padre Luis Quinn.
Durante una misa celebrada en la Parroquia San José, el religioso dijo que antes de alabar al carismático sacerdote, debe investigar porque lo hizo, en vez de indagar que hizo.
En la actividad hablaron el presidente y director ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo de Ocoa (ADESJO), Carlos María Duverge y Juan Francisco Aguasvivas, quien resaltaron el trabajo ´realizado por la institución fundada por el religioso en beneficio de San José de Ocoa.
Además del director del Grupo Musical Padre Luis Quinn, José Manuel Arias. Asistieron a la misa, el alcalde Aneudy Ortiz Sajiu, la gobernadora Oliva Castillo, el director provincial de Salud Pública, Romil Vázquez, Niove Santana, de la Fundación Ocoa de Pie, entre otros.
El Padre Luis Quinn
El padre Quin ingresó al país en 1953, a un año de recibirse sacerdote, y llegó a San José de Ocoa el 26 de agosto de 1965, para residir hasta que expiró de quebrantos coronarios en Miami, Florida, el 11 de Octubre del 2007, a los 79 años de edad, con trabajos esforzados muy superiores a sus limitaciones, que todos las tenemos física y espiritual, con un coeficiente sobresaliente de aportes como nadie nunca antes ni jamás a los más preteridos de San José de Ocoa, a los muertos de hambre y pletóricos de fe.
Por 42 años el padre Quinn residió en San José de Ocoa en una casita de madera, techada de zinc, con plafond de cartón, un solo baño, un radito y un teléfono, que eran sus instrumentos de manejar su entorno, en una mesita que era su escritorio, y una silla de guano, que era su sillón para escribir, referencias de la humildad que practicó El Nazareno, como escuela para humanizarnos y esforzarnos en ser a imagen y semejanza.
Con un equipo de tractores, bulldozers, palas mecánicas donadas por munícipes opulentos y políticos consecuentes con la suerte de los desposeídos.
El padre Quinn construyó 450 kilómetros de caminos vecinales en San José de Ocoa, 15 clínicas rurales, 1,351 viviendas de madera a blocks, pisos de tierra por cemento, inodoros por letrinas, 132 acueductos, letrinización, enseñanza de higiene del hogar y personal, 24 regolas que irrigan ocho mil tareas de cultivos de papas, hortalizas, zanahorias y víveres, transformando lo rupestre por la civilización de donde provenía.
Plantó casi cinco millones de árboles, construyó cuatro viveros, reforestó 30 mil tareas, 264 unidades de energía solar, tres centros de formación vocacional, 45 organizaciones comunitarias que por su orientación, no solo transformaron una amplia región, con énfasis en Los Martínez, en las encrucijadas de jaldas con pendientes temibles, una gestión paradigmática, única, que ningún político, empresario ni religioso ha intentado repetir
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