Recuerdo una entrega de un jocoso programa de televisión, producido por mi esposa Scarles, junto a un equipo de amigas, entre ellas Darina y Chefo. Se llamaba El Programita. En la emisión a la cual hago referencia, las damas salieron a recorrer parte del municipio para preguntarle a la gente sobre la calle Manuel de Regla Pujols. Ninguno de los afortunados sabía absolutamente nada sobre este distinguido personaje. No era culpa de nadie, y al mismo tiempo era una culpa colectiva. Reflejaba la apatía que todavía sigue vigente, hacia el motivo de ponerle un nombre en particular a una calle.
Tengo en mis manos un ejemplar del libro Historia de las Calles de San José de Ocoa, del destacado ocoeño Francisco Casado Arias (Chan). En esta obra, el autor recorre el municipio cabecera e ilustra al lector sobre la trayectoria de aquellos en cuyo honor han sido nombradas nuestras calles. El libro es fruto de un amplio trabajo investigativo; tiene un contenido que enriquece de manera significativa la cultura general de cualquier ocoeño, y amerita ser ampliamente divulgado entre estudiantes, profesionales y el público en general.
Aparte del gran aporte que significa este tomo, el esfuerzo que se hace para publicar un buen libro debe ser apoyado y recompensado por una sociedad que necesita este tipo de aportes. Desde hoy formará parte importante de mis libros de consulta para trabajos relacionados con Ocoa, junto a escritos de destacados investigadores locales como Alexis Read, Pascual Casado, José Manuel Arias, entre otros. Me atrevo a sugerir a cada institución pública y privada, obtener sus ejemplares para divulgar su contenido.
La sociedad debe conocer a quienes les hemos dedicado nuestras calles. El buen trabajo investigativo está hecho, solo requiere mayor apoyo.
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