Por: Wilfredo Tejeda Castillo
Ha vuelto de nuevo el debate sobre el cambio de nombre a Ocoa. En otra ocasión, planteamos con argumentos sustentados nuestra oposición a dicha propuesta. Hoy, nueva vez nos expresamos contrario a la misma. Creo que hay que hablar del verdadero desarrollo de Ocoa y no de cambiar nombre al municipio cabecera y mucho menos a la provincia.
Todos coincidimos en que nadie en Ocoa merece mayor homenaje que nuestro siempre recordado padre Luis Quinn. Veneramos y restamos su memoria. Creo que la mejor manera de honrarlo es seguir su ejemplo y hacer las cosas que él soñó se hagan en Ocoa. Sacarnos de la pobreza, proteger y no depredar nuestros bosques, por ejemplo. Valoramos la buena intención del senador, pero ese no es el sentir del ocoeño.
Cuando dicha propuesta fue lanzada por vez primera por el senador en 2007, los que se enteraron se opusieron tajantemente. Luego volvió la idea en 2010 y el rechazo fue casi unánime. Nueva vez en el 2016, más del noventa por ciento de nuestra gente, en las redes sociales y en diversos espacios se expresó en desacuerdo con dicha idea. Se realizó una vista pública por parte de la Cámara de Diputados que dio como resultado que los ocoeños no estaban de acuerdo con esa intención.
La propuesta de cambiarnos el nombre no viene de ahora. Haremos un poco de historia. La primera vez que sepamos se propuso cambiar nuestro nombre fue por allá por el lejano 1888, cuando el diputado por la Vega, Sergio Arturo de Moya, propuso que nuestro nombre fuera municipio “Separación”. Según él, en honor al rol jugado por Ocoa en nuestra guerra de “separación o independencia” frente a Haití. Buena intención pero contraria al sentir de nuestra gente. Esa vez fue rechazada por los pobladores de Ocoa y por el Congreso Nacional.
Más adelante, en 1954, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, también quería cambiarnos el nombre. En aquel entonces por el de su abuelo paterno, Rafael Trujillo Monagas, la propuesta fue incluso aprobada en el Congreso pero no se llegó a materializar. En aquel entonces, igual que ahora, la idea tenía un alto rechazo de la población ocoeña y además de la iglesia. Trujillo no quería conflictos con la iglesia ni con la comunidad. Como dicen ahora, puso el oído en el corazón del pueblo y no promulgó dicha ley.
El Dr. Alexis Read Ortiz, reconocido munícipe ocoeño, historiador y actual juez de la Suprema Corte de Justicia en un artículo publicado en el periódico “Hoy” el 31 de octubre de 2007, decía lo siguiente: “Creo que el Padre Luis sería el primero en rebelarse contra el intento de cambiar el nombre de una región a la que amó profunda y entrañablemente y que él conoció con el nombre de San José de Ocoa”. Read trabajó con el padre y le conoció muy de cerca.
Por igual escribió Alexis Read en dicho artículo que: “tanto la denominación Maniel como la actual San José de Ocoa tienen una historia varias veces centenaria y, en consecuencia, son patrimonio del pueblo, del país”.
En aquel entonces Read Ortiz calificó la idea del cambio de nombre al municipio nada más y nada menos que como un despropósito y dijo: “Contra esa idea rompo lanzas”.
Siguió escribiendo Alexis Read que “Con el nombre Maniel o San José de Ocoa nuestros padres fundadores forjaron a lo largo de los años una comunidad que supo consolidar la Independencia Nacional en la batalla del Arroyo del Pinar el 30 de abril de 1844; que derrotó a las tropas de ocupación española en la batalla de Rancho Arriba (diciembre de 1863) y dio lucha a esas mismas tropas en la Eneita (4 de enero de 1864); y que peleó la batalla del trabajo, que luchó contra el aislamiento. Y no sigo. Si la buena tradición histórica no tiene valor ni merecimientos, que Dios nos meta su mano”.
Otras figuras como el respetable jurista y ocoeño a carta cabal, ya ido de entre nosotros, don Mignolio Pujols, también ha escrito contrario al cambio de nombre. Así muchos otros destacados profesionales ocoeños y personas de a pie se han expresado históricamente contrarios a esa idea.
No es válido el argumento de que la provincia lleva el mismo nombre que el municipio y por eso se puede cambiar. Lo mismo ocurre con muchas otras provincias cuyos municipios cabecera y provincias llevan el mismo nombre y a ningún legislador se ha ocurrido cambiar el nombre.
Por ejemplo, Azua que igual a Ocoa es de origen taino, Monte Plata es el nombre de la provincia y el municipio cabecera. San Cristóbal por igual provincia y municipio cabecera. La Vega provincia y municipio cabecera, San Pedro de Macorís también es así, La Romana por igual. Hato Mayor, Puerto Plata, Provincia Barahona, El Seibo y en fin otras más.
Solo a Salcedo se le cambió el nombre hace unos años. Pero resulta que su nombre venía dado por una figura prestante de nuestro país del siglo XIX, no con la antigüedad e historia de nuestro nombre y se cambió el de la provincia, no el municipio cabecera. Ocoa tiene más de cinco siglos de historia documentada.
El turismo y la marca ciudad o marca provincia. Hace unos años se viene promoviendo con insistencia el turismo o ecoturismo en Ocoa. Eso como nueva fuente de generación de desarrollo, empleos, bienestar y progreso para nuestra gente. Esto tiene en uno de sus componentes fundamentales, lo que los entendidos en la materia, llaman “la marca ciudad”, y nuestra marca, nuestro nombre por excelencia es Ocoa y con ese nos conoce el mundo entero. Eso por solo citar el ecoturismo, pues es un tema amplio y con amplitud merece ser tratado.
Sin ánimo de restar méritos a nadie, ni crear un debate estéril. Es curioso saber que ninguno de los que ha propuesto esa idea ha nacido en Ocoa. Mientras tanto, lo que debemos es lograr que se termine el corredor ecológico padre Luis Quinn. Son solo los doce kilómetros de carretera que van de Sabana Larga a Rancho Arriba y que unirán al Sur con el Cibao a través de Ocoa, entre otras tantas cosas que nos hacen falta.
Ocoa fue.. Ocoa es.. y Ocoa debe seguir siendo!!!!!!!
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